Minimalismo financiero: así es la "cartera de dos fondos" para invertir a largo plazo sin complicaciones
Esta cartera se compone de sólo dos fondos de inversión, que pueden ser fondos mutuos convencionales o bien fondos cotizados en bolsa.

Cuando un ahorrista decide convertirse en inversor, se le abre un mundo de posibilidades. Ya no sólo debe guardar parte del dinero que le ingresa mes tras mes, sino que también debe construir un portafolio en base a sus objetivos y necesidades que esté correctamente diversificado.

El problema es que armar una cartera que cumpla con estos requisitos es realmente muy difícil. Afortunadamente, existe una muy popular y sencilla de implementar: la cartera de dos fondos (two-fund portfolio).

Así es la cartera de dos fondos

Específicamente, esta cartera, como indica su nombre, se compone de sólo dos fondos de inversión, que pueden ser fondos mutuos convencionales (con sus respectivas suscripciones y rescates) o bien fondos cotizados en bolsa (ETF, por su sigla en inglés).

 

La idea es que uno de los fondos brinde exposición a un grupo bien diversificado de acciones, para aprovechar su crecimiento, y que el otro se enfoque en una selección de distintos bonos, para gozar de la estabilidad.

Por ejemplo, el fondo de acciones puede ser un ETF que replique el comportamiento del S&P 500, mientras que el de bonos puede consistir en un fondo convencional de deuda corporativa de alta calidad crediticia administrado activamente por profesionales.

“La cartera de dos fondos es una forma simplificada para invertir para esos objetivos de mediano y largo plazo. Nos ayuda a tener una rentabilidad superior a la inflación en dólares invirtiendo por más de tres años", comentó el planificador financiero Jonatan Kon Oppel.

¿Cuánto de acciones y bonos?

Una vez que se escogen los fondos, sólo resta determinar el porcentaje de acciones y bonos por los que apostar en base al riesgo que el inversor esté dispuesto a asumir.

"Según cuánto tiempo vayamos a invertir y la volatilidad que podamos tolerar, debería tener un porcentaje más alto de acciones o de bonos”, indicó Kon Oppel.

Si bien cada inversor es un mundo, se suelen aplicar porcentajes estandarizados como 50% y 50% para obtener un rendimiento equilibrado, 80% de acciones y 20% de bonos para exponerse bastante al crecimiento o 10% de acciones y 90% de bonos, por ejemplo, para construir un portafolio superconservador.

 

“En Estados Unidos, hay una frase muy utilizada por los asesores de inversión para armar carteras que dice 'your age in bonds', tu edad en bonos. Tenés 40 años, 40% en bonos y 60% en renta variable, acciones; tenés 70 años, 70% en bonos y 30% en renta variable. De esa manera, es una forma fácil y sencilla de acordarse y de armar una cartera", relató Mariano Pantanetti, asesor financiero independiente.

Alternativas más completas

Aunque la cartera de dos fondos es muy sencilla de construir y se trata de una buena opción para inversores que no quieren “quemarse la cabeza” demasiado, lo cierto es que existen alternativas algo más completas para obtener una mejor relación riesgo-recompensa a lo largo del tiempo.

“Hay opciones para tener mejores resultados con más seguridad. Para empezar, se puede incluir entre un 3% y un 10% de inversiones en materias primas como el oro. Esto ayuda a que la cartera tenga rendimientos similares con menor volatilidad”, señaló Kon Oppel.

“También, aquellos que por el monto que invierten pueden acceder de forma eficiente a más tipos de fondos de inversión pueden incluir en la cartera ciertos tipos de inversiones, como fondos activos, que tienen mejor rendimiento ajustado por riesgo que aquellos que solo replican un índice”, añadió el especialista.

“Hay otra cartera que me parece más lógica que se llama 'la cartera de las cuatro estaciones' de Ray Dalio, que lo que hace es invertir en cuatro fondos: uno de bonos, uno de opciones, uno de commodities y otro de dinero. Suele ser útil en distintos contextos macroeconómicos”, ejemplificó Pantanetti.

En cualquier caso, lo ideal suele ser informarse muy bien antes de comenzar a invertir y de armar una cartera de inversión y, en el mejor de los escenarios, contactarse con un asesor financiero que pueda brindar sus conocimientos y experiencia para poder obtener mejores resultados.