Marina Dal Poggetto: "El Gobierno le quiere patear la pelota al que viene y el que viene quiere que la pelota explote acá"
La directora ejecutiva de Eco Go Consultores, consultada por empresarios y dirigentes de todo el arco político, analizó la situación económica del país

“Parece que pronosticamos el apocalipsis que nunca llega. La verdad que no es el apocalipsis, pero estamos con una inflación mensual de más del 6%, con todas las variables nominales corriendo con la inflación, y el acuerdo con el Fondo, que es inflacionario”, asegura Marina Dal Poggetto, directora ejecutiva de Eco Go Consultores. 

“Como economistas vemos que todo está atado a un fenómeno inflacionario. Las paritarias estaban funcionando como ancla y ya no sucede. También vemos que el nivel de actividad está alto pero amesetándose y los ingresos de los sectores desprotegidos están perdiendo capacidad de compra”, apunta la economista.

-¿Impacta más la falta de dólares en la capacidad de producir y en la oferta que en la capacidad de comprar de la gente?

-No, en promedio todavía la demanda está alta. Adentro, hay una clase media o media baja a la cual las tasas de inflación a estos niveles le muerden los presupuestos. No llegás a pagar o renovar el alquiler y te caíste del sistema. Hay una dinámica muy perversa en términos inflacionarios que todavía no se ve reflejada en una demanda agregada, en parte por motivos precautorios, pero empezás a ver amesetamiento. Todavía el principal problema de la economía es de oferta. 

 

O sea, si las automotrices tuvieran más dólares, venderían muchos más autos. Ahora, la escasez de dólares llegó para quedarse, entonces el problema es la inflación corriendo a este ritmo, detrás la distorsión de precios. Una jubilación mínima son $ 43.000, más $ 7.000 del bono que se supone que termina ahora, pero un par de zapatillas cuesta $ 40.000 pesos. Atrás hay una brecha cambiaria terriblemente perversa que genera una transferencia muy vio - lenta de ingresos de la exportación a la importación. La mi - tad de las importaciones son subsidios. El subsidio a la im - portación es equivalente a lo que el país gasta en jubilacio - nes, es un disparate.

-Eliminar ese subsidio sería una devaluación y Rubinstein dijo que una devaluación puede terminar en un Rodrigazo. ¿Tiene razón?

-Cada vez es peor, pero porque la nominalidad va más rápido. Al mismo tiempo el cepo es “un gran estabilizador” de este esquema perverso de funcionamiento de la economía, donde hay oportunidades. La represión financiera genera brechas. De pesos, cambiaria, de precios. Hay precios cui - dados, regulados, y hay precios descuidados que el Gobierno no mira.

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-Descontrolados… 

-Si tenés que manejar una empresa, durante los últimos dos años y diez meses lo que tenías que hacer era arbitrar entre brechas. Tenías que conseguir pesos baratos y usar el flujo de fondos de tu compañía, comprar dólares baratos al BCRA. La tasa de inversión hoy en Argentina es récord (después discutamos la productividad) y, si po - días vender en el mercado de precios descuidados, eras Gardel. El modelo es recontra regresivo. Ahora, la escasez de dólares hace que esto no funcione, entonces tenés que bajar el nivel de importaciones. 

La Argentina en los últimos seis meses estaba importando US$ 6.200 millones por mes; ese número en octubre fue de US$ 5.500 millones, en noviembre debería ser menos, y para que te alcancen los dólares, teniendo en cuenta lo que tenés que pagar: al Fondo, a los organismos, la deuda con privados, las provincias y las empresas…

-Preocupante… 

-Lo que tenés que hacer es bajar ese nivel de importaciones a un número… ¿US$ 4.500 millones? La forma de cortar es encareciendo el precio de aquel bien que todo el mundo quiere, en este caso el dólar, y eso se llama devaluar. La devaluación sin plan es un problema; hoy el BCRA está devaluando todos los días, con lo cual con cepo podrías poner el tipo de cambio donde quisieras. Ahora, si solo devaluás, tenés un problema.

-¿Es posible que haya un plan que se pueda anunciar para solucionar este problema en el corto plazo? ¿Cómo se hace para sortear esta dificultad de acá a las elecciones?

-El momento oportuno para avanzar un programa de estabilización era el 3 de agosto cuando Massa asumió, porque asumía con un caudal político. No lo hizo y a mi juicio perdió el tren. Cada día estás más cerca de entrar al escenario electoral, con una nominalidad perversa y con un BCRA que sigue vendiendo dólares. Un programa de estabilización tiene algunos componentes que están en todo. ¿Cuáles son? Primero, la corrección de pesos, gradualismo o shock. No hay forma de hacer un programa gradual en un contexto donde la inflación corre a este ritmo; la mitad del gasto está indexado al pasado, con lo cual si bajás la inflación el gasto se dispara. Pero, además, hay un sistema tributario pensado para una economía sin inflación que se favorece de la aceleración inflacionaria. En todos los impuestos los fiscos se ven mal favorecidos por la inflación, con lo cual la aceleración inflacionaria te hace el ajuste. No tenés financiamiento para el gradualismo, pero a esta nominalidad el gradualismo no te funciona. Ahora, la discusión es qué shock. Tenés corrección de precios relativos, dólar y tarifas, pero el dólar te pega en los costos de las tarifas, en los costos de servicios públicos.

-¿Cuánto tiempo le llevaría a un nuevo gobierno ese shock y esa corrección?

-El programa de estabilización es todo junto. Es corrección de precios relativos, cerrar el déficit fiscal. Ahora, ¿hasta dónde podés llevar las jubilaciones sin que se te muerdan los niveles de subsistencia? Cuidado, tenés que cerrar el déficit cuasifiscal, que hoy es más grande, después tenés que empezar a desarmar qué programa monetario querés, la tasa de interés de arranque tiene que subir, pero después de la devaluación. Las cosas las tenés que hacer todas juntas, el problema es que la devaluación te jode desde el lado de las tarifas, te corrige el cuasifiscal. Qué pasa con los contratos de pesos es la pregunta del millón y es la que te condiciona los próximos meses, porque, si no hay contratos de pesos que te permiten pasar de un esquema de represión financiera a uno distinto, la pregunta es si lo que te cubre es el dólar. Si lo que te cubre es el dólar, la brecha se te va a disparar y, si se dispara, la inflación va a escalar. El escenario va a depender de la capacidad que tenga este gobierno de generar cooperación con lo que viene, que no sabemos qué es.

-Un punto no menor en un año electoral…

-La política te condiciona. Cuando mis amigos politólogos me preguntan, digo: “Decime vos cuál es el escenario político y yo te digo qué economía tenés”. Este gobierno le quiere patear la pelota al que viene y el que viene quiere que la pelota explote acá. La ley de gravedad hace que la pelota caiga, en el aire no queda, con lo cual el riesgo es que le pegue a este gobierno y repique en el otro, y en el fondo estamos todos. Si no generás esquemas de cooperación, tenés un problema.

-Ante ese shock que no sabemos qué implica, ¿cómo va a ser recibido por la sociedad donde ningún sector quiere perder ninguno de sus privilegios o mecanismos de sustentabilidad?

-En esa transferencia de ingresos coordinada por la devaluación, preguntabas si este es un riesgo de Rodrigazo. Bueno, si ponés los precios relativos donde hay que ponerlos y hacés esa transferencia de ingresos directa del importador al exportador, es un Rodrigazo. En el Rodrigazo subiste el tipo de cambio a 160%, el tiempo de cambio financiero 100%, las tarifas, los precios de los combustibles. Momentos políticos distintos.

-Un contexto social distinto, también; hoy tenemos la pobreza. 

-Sí, hoy tenés una pobreza más grande, pero no tenés el nivel de conflicto armado en la calle. El mundo es distinto. Pero en ese momento la descoordinación de la política te llevó la tasa de inflación del 40% en 1974 y de una tasa de inflación parecida desde 1943 hasta 1974 a una tasa de inflación que en 1975 fue 330% y después no bajó.

-Otra vez se repite la historia… 

-Vuelvo a tu pregunta. El programa de estabilización tiene los componentes para estabilizar: tenés que corregir los precios relativos, tenés que cerrar fiscalmente y tenés que cerrar cuasifiscalmente. Para cerrar cuasifiscalmente hay dos opciones: o licuás el excedente de pesos que tiene la economía, que es la más fácil porque rompés el contrato de los tenedores de pesos donde no hay un contrato escrito, simplemente licuás, con lo que te lleva a caminos desconocidos o reestructuras. Si reestructurás, detrás tenés el sistema financiero. Es un delirio pensar en reestructurar con 15 puntos de deuda PBI. La devaluación te puede coordinar un Rodrigazo. Las retenciones son un impuesto que no podés usar con una brecha cambiaria de esta magnitud porque son confiscatorias y no las podés usar si el tipo de cambio se atrasa, no son un instrumento permanente. Ahora, frente a un cambio de precios relativos, que es un cambio en la distribución del ingreso violento, si no las usás no hay forma de que cierres fiscalmente el primer día. La agenda es: estamos todos de acuerdo con que el ajuste lo haga el otro. La agenda de reformas estructurales la tenés que hacer.

 

-¿Qué son las reformas estructurales? 

-Las verdaderas reformas estructurales son: Argentina reventó el sistema de precios, reventó el sistema previsional, reventó el sistema laboral (6 de cada 10 personas que trabajan en la informalidad), reventó el sistema educativo, reventó el sistema de salud. En el medio generás desarbitrajes gigantescos que terminan generando transferencias de ingresos. Hay una acumulación originaria por gobierno en Argentina. En el mundo en general la acumulación originaria se da en un momento, guerras, matanzas, después ordenás, ponés reglas y arrancás. En Argentina lo generás por gobierno. Esa agenda la tenés que tener, los precios de los bienes no pueden ser ridículamente caros con precios de servicios ridículamente baratos. Si querés poner los servicios donde los tenés que poner y no corregís los precios de los bienes, vas a reventar el nivel de ingresos de la población a niveles incompatibles con la política en democracia. Son las dos cosas: es la agenda macro y la micro.}

-Conocés a los especialistas que trabajan con los candidatos. ¿Sentís que lo tienen claro y que eventualmente van a llegar con un plan razonable o los ves todavía no sabiendo cómo atajar esta pelota?

-Lo que veo es que todavía estás en una discusión política donde no están ordenadas las coaliciones. Estás en un esquema de competencia donde Milei te está corriendo el discurso peligrosamente a la derecha. Porque una cosa es que tengas una economía de bienestar trucha y otra que puedas hacer un ajuste fiscal donde solamente lo pague la casta. Es mentira. Vuelvo a que acá estamos todos de acuerdo con que el ajuste lo haga el otro. Entonces vas a necesitar algún grado de apertura de la economía, de desregulación, de sacar los privilegios que tienen distintas sectores.

-Como decía el economista Jorge Eduardo Bustamante, que escribió La república corporativa, el problema en la Argentina no son los ilícitos, sino los lícitos, que permiten que cada sector tenga su privilegio.

-Se van profundizando, van y vuelven, en el medio no se pueden cambiar ninguno de los derechos adquiridos. Massa puso en el presupuesto subirles el Impuesto a las Ganancias a los jueces y Juntos por el Cambio votó en contra; es votar en contra de lo que dice el otro. María Eugenia Vidal cambió el régimen previsional del Banco Provincia y ahora estamos discutiendo si se da marcha atrás. El nivel de discusiones que estamos teniendo es absurdo. Es mucho más fácil estar afuera, con lo cual podés ser disruptivo y decir lo que estoy diciendo yo; si estás adentro tenés que ordenarte.

-Año 2024. Ya pasaron las elecciones. Hay un nuevo gobierno que asumió, pasó el verano, no hubo problemas. ¿Cuál es el mejor escenario?

-La noticia positiva es que ahora está La Niña y hay que ver si llueve o no llueve, pero después viene El Niño, con lo cual en principio llovería, que es lo que te salva siempre la Argentina. Un poco lo que dije es la lógica de cuanto peor mejor, o sea, que se rompa todo entonces la sociedad va a estar dispuesta a afrontar el ajuste. En Argentina se rompió todo dos veces: en 1989 y 2001. 

En 1989 tuviste un acuerdo político entre Alfonsín y Menem, se pasaron por el Congreso dos leyes, la Ley de Reforma del Estado y la Ley de Emergencia Económica, que fueron la base de lo que después, ruptura de contratos mediante, permitió sentar la convertibilidad y el salto en la competitividad que tuviste durante la convertibilidad. La segunda fue en en 2001, Alfonsín y Duhalde después de la salida caótica de De la Rúa sacaron la Ley de Emergencia Económica, que fue el sustento que permitió sentar las bases de la normalización posterior, de nuevo cambio de contratos mediante, pesificación asimétrica, transferencia de ingresos, todo lo que quieras.

Pesos argentinos.

-¿Y cuál es el cambio de contrato que podría ocurrir ahora para un escenario más benigno? 

-De nuevo, para llegar al nivel de una estabilidad financiera, tenés que hacer todo muy mal. Ahora, estamos trabajando activamente para llegar. Entonces, si tenés un gobierno que lo que quiere es llegar hasta el final y patearle el quilombo al que viene (como en 2015), y un gobierno que dice: “Esta vez no me agarran”… Bueno, son los contratos de pesos.

-De haber un cambio de gobierno, la idea de comunicación es que esta vez explotar es vivir con 100% de inflación anual.

-No sé si 100%.

-Digo a nivel de comunicación…

-Es que no me queda claro que sea estable un nivel de inflación en estos niveles. Seguro que no crecés. A la Argentina no le faltan dólares, le faltan dólares al Banco Central. El problema es que no tenés crédito, no tenés moneda, los argentinos ahorramos por fuera de la Argentina, el ahorro de los argentinos va a financiar al resto del mundo. Necesitás que la política se ordene. Hay una cuestión técnica, obviamente, pero sin horizonte y sin gobernabilidad no vas a ordenar este nivel de desquicio que tiene la Argentina.