Malas noticias para el maíz: por incertidumbre climática y precios cae 30% la intención de siembra
También incide el temor al impacto de la chicharrita. A diferencia del año anterior, en esta pre-campaña de maíz se redujo de manera muy importante la venta de insumos para el cultivo.

La campaña de maíz 2024/25 enfrenta un combo que genera mucho temor entre los productores. A poco más de un mes de abrirse la ventana de siembra en la zona núcleo, la palabra que domina el escenario es incertidumbre. Y los primeros estudios confirman que la cosecha será magra.

La combinación de falta de certezas sobre la disponibilidad de agua vía precipitaciones a partir de septiembre; la amenaza de la chicharrita, el vector del Spiroplasma o Dalbulus maidis, la plaga que este año hizo estragos en vastas zonas con pérdidas millonarias; y la baja de los precios internacionales, son un cóctel explosivo para productores que vienen muy golpeados aún por la sequía de 2023/24 y que ya no pueden arriesgar tanto.

Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) señala que “la intención de siembra cae un 30% respecto al año pasado en la región núcleo”, la más productiva del país (Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, Norte y centro de Buenos Aires) y la zona maicera por excelencia.

La tradicional encuesta a productores en la pre-campaña revela un panorama muy complejo, con caídas que van del 10 al 60% en la producción. Un dato clave es que a diferencia de lo ocurrido el año pasado “no se están vendiendo insumos ni haciendo operaciones”, estimó la BCR.

Mirando al cielo

El clima está jugando un rol determinante una vez más, y no sólo para el maíz. El documento pone el foco en que el trigo, que ya está sembrado en su totalidad, también está “en alerta”, dado que en la región se han registrado “100 horas por debajo de cero grados y sin lluvias en julio 2024, que se va como uno de los julios más secos de los últimos 60 años”.

Y esta semana se profundizará la tendencia, ya que desde el jueves 25 y hasta el miércoles 31 no se esperan precipitaciones en la región, al tiempo que habrá una baja de la temperatura, con heladas en el sur de la zona.

En este contexto, se destaca que, pese al horizonte complejo, si las condiciones climáticas o de precios cambian, el panorama puede tener un giro a favor, dado que aún no hay decisiones definitivas.

Esto es así al punto que las tareas de barbecho, para preparar los campos para la siembra, los productores optaron por hacerlas abiertas, es decir con posibilidades de sembrar tanto soja como maíz, indicaron Cristian Russo, jefe de Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la BCR, y las analistas Marina Barletta y Florencia Poeta.

Esto se traduce en “una intención de siembra maicera 2024/25 que cae en un 30% respecto del año pasado”, destaca el informe. El punto clave es que hace apenas un año la pre-campaña de maíz 2023/24, y aun en medio de gran incertidumbre electoral, mostraba un panorama diametralmente opuesto.

Entonces fue el cultivo que concentraba las mayores inversiones y los avances tecnológicos y hasta se tomó al maíz como refugio de valor en momentos en que la incertidumbre cambiaria era máxima, por lo que en 2023 “se sembró un 30% más en la región”.

El contraste con la situación actual es muy notorio, con una pre-campaña del cereal en la región que “está en un letargo, cuando falta muy poco para la siembra, apenas menos de un mes y medio”, dijo la Bolsa de Comercio de Rosario.

Sin siembra tardía

Otro cambio importante en el sector maicero es que los productores ya descartaron completamente hacer siembra tardía, por el impacto que tuvo este año la chicharrita hacia los meses de marzo y abril. Fueron esos lotes los más golpeados por el insecto, con destrucción total o casi de cultivos en muchos campos.

Lo llamativo es que la siembra tardía había sido una estrategia muy eficaz en las dos campañas anteriores a la 2023/24, para evitar los efectos de la sequía, que golpeó muy fuerte a los lotes de primera y permitió en muchos casos a los productores “salvar la ropa” con la segunda. Así, tras el comienzo de algunas lluvias a partir de marzo hasta mayo, la campaña terminó con buenos rindes y buen nivel de producción.

En la última campaña la jugada salió mal por la plaga, y ahora todo es incertidumbre. Las dudas de los productores tienen que ver además con que el maíz es el cultivo que requiere más inversión, por eso muchos están pensando en hacer soja.

El factor que completa el combo y retrasa las decisiones de los agricultores es la baja rentabilidad, por la caída de los precios internacionales y la suba de costos. Así, hoy es determinante ser o no propietario del campo que se cultiva.

“Según la última actualización (al 25 de julio de 2024), los márgenes netos del maíz muestran números ajustados”. Y detalla: “En campo propio, el margen es de 380 US$/ha, mientras que en campo alquilado es de 40 US$/ha. Estos números evidencian una caída de 77 US$/ha en comparación con la pre-campaña del año pasado en campo propio”.