El golpe de la devaluación sigue profundizándose a lo largo del sector energético. Tras autorizar una actualización en los combustibles, como anticipó en exclusiva este medio, ahora el Gobierno analiza qué ajuste otorgar en las tarifas de luz.

A diferencia del resto de los productos de consumo masivo englobados en el programa Precios Justos que buscará controlar las subas a un ritmo del 5% mensual, el carácter netamente dolarizado de la industria energética exige movimientos mucho más altos.

Así, como se otorgó un alza en las naftas que promediaría el 12%, las tarifas eléctricas también verían un recalibramiento por encima de los dos dígitos. Según pudo saber Forbes, el equipo de Flavia Royón ya inició contactos con las empresas del sector y en las próximas horas se conocerían los nuevos cuadros.

Tal como sucedió con el último ajuste del 17% vigente hace tan solo 15 días, el alza afectaría solamente a usuarios comerciales, industriales, el consumo por encima de los 400kwh de los usuarios de ingresos medios y los residenciales de la categoría N1. 

Acá, el peligro, es que no solo se ubican los hogares de altos ingresos, sino todos aquellos que no se anotaron en la segmentación tarifaria. De ahí el descontento social que se produjo durante las últimas semanas cuando llegaron las facturas con los consumos invernales, que siempre son más altos.

La secretaria de Energía ya había anticipado que el precio de generación para el segmento N1 se iba a ir adaptando a las variables del costo monómico. Sin embargo, lo planificado era que la suba de agosto tenga vigencia por tres meses, algo que quedó completamente desactualizado tras el movimiento cambiario el día después de las PASO.

Ante la consulta de Forbes, desde el eslabón distribuidor afirmaron que todavía no han sido notificados por las autoridades y que están aguardando si los trascendidos se confirman por parte del ENRE.

Cabe recordar que, en el lapso de los últimos doce meses, las tarifas eléctricas acumulan una suba del 470% para aquellos que ya no reciben subsidios, del 189% para el segmento medio y del 102% para los hogares más vulnerables.

Además de este incremento, después de las elecciones de octubre está previsto un fuerte ajuste en el Valor Agregado de Distribución que englobaría a todos los usuarios y golpearía proporcionalmente con más fuerza a los de menores ingresos, donde el VAD representa un mayor porcentaje de la factura.