El nivel de actividad económica entró en un sendero recesivo que, de acuerdo a los últimos datos y perspectivas de las consultoras, se profundizará en los próximos meses y provocará una caída del PBI tras dos años consecutivos de crecimiento.
Como explicó Forbes, abril fue el primer mes del año en marcar una tendencia negativa que revirtió el acumulado positivo del primer trimestre del año, a pesar de que sectores de gran importancia como la industria y la construcción habían cerrado con un alza del 1,6%.
En mayo, por el contrario, la construcción registró una baja interanual del 2,9% y la actividad manufacturera tuvo una leve alza del 1,1%, aunque a nivel intermensual desestacionalizado cayó en un 1,5%, lo que arroja un panorama sumamente adverso para el quinto mes del 2023.
Es probable que la economía haya caído en mayo. A la contracción de la industria y la construcción hay que sumarle el agro, que volverá a mostrar una caída significativa como en abril. Hacia adelante las perspectivas tampoco son favorables. Pese a que el impacto de la sequía comenzará a disiparse paulatinamente, la actividad muestra signos de agotamiento cada vez más claros, y el divorcio entre los pocos sectores dinámicos (energía, minería, entre otros) y el resto de la economía se profundizará, aseguró un informe de la consultora Inveq.
Para junio las perspectivas no son mejores, dado que las ventas en los comercios minoristas pymes registraron una merma de 3,6% interanual, según el relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
Desde la cámara empresaria argumentaron que "el mercado está ofreciendo pocas opciones de cuotas sin interés y eso frena compras de valores más elevados, que repercuten sobre todo en el sector indumentaria, perfumerías y electrodomésticos". "A esto se suma la incertidumbre política de un año electoral que impacta en la economía por lo que las expectativas de los comerciantes en los próximos meses se tornan más prudentes en cada nueva medición", agregaron.
Para la consultora Econviews, en los próximos meses las consecuencias de la sequía van a ser más notorias. Vamos a tener la producción de soja más baja en más de 20 años y, si hacemos la sumatoria de cosecha de los principales seis cultivos, este año prevemos 78 millones de toneladas cuando el año pasado fue de 126,6 millones. Junto con la incertidumbre de las elecciones, vamos a terminar el 2023 con una caída del 3,8% respecto al año anterior.
La firma manifestó que, a diferencia de lo habitual, el 2023 muestra que la obra pública no viene con cara de año de elecciones. La obra pública está muy condicionada a la situación política. Tanto en el privado como el público hay más gente esperando a que la actividad disminuya, pero mientras en el privado el 22% de los encuestados es pesimista, en la construcción pública esa cifra asciende a 30%, subrayaron.
En relación a la restricción externa, en Inveq proyectan que dada la situación crítica en materia cambiaria y de reservas -y sin muchas herramientas al alcance de la mano-, es probable el Gobierno recurra a su receta habitual: endurecer el cepo. De esta manera, en los próximos meses enfrentará un importante trade-off: pisar aún más las importaciones para descomprimir la tensión cambiaria, pero a costa una mayor recesión en plena carrera electoral.