Más allá de cierta volatilidad traducida a los valores en pizarra, en los últimos días, las cotizaciones de los principales granos, finalmente, parecen haber tocado un piso y empiezan a recuperar terreno.
En el caso de la soja, que para la Argentina reviste particular importancia por el volumen de producción y por el aporte en términos de divisas a las arcas del Banco Central, el valor en el Mercado de Chicago, el de referencia para cereales y oleaginosas, cotizó al cierre de la semana a 369 dólares la tonelada para la posición noviembre de 2024, luego de arrojar valores de hasta 343 dólares la tonelada hace apenas siete días.
Pese a ello, se observa una leve baja desde los valores de 375 dólares para noviembre que marcaban los indicadores a mediados de esta misma semana. Esta relativa volatilidad se explica por una conjunción de factores, que por lo que indican los analistas, acompañará al mercado por los próximos meses.
Por un lado, la muy buena cosecha de soja y maíz que se espera en Estados Unidos, junto a la cosecha récord de estos cultivos en Brasil, y en menor medida de Argentina -en especial en el grano amarillo por un área menor de siembra-, llevó a que el mercado diera por sentada la oferta y disponibilidad de granos, lo que contribuyó a deprimir los precios. Esto se combinó con una demanda que hasta fines de agosto aún se mostraba como en estado latente.
Tasas y chinos
La última semana la demanda apareció, en especial en la soja, tanto de grano como derivados. "China se está reactivando, a estos precios empiezan a cerrar los márgenes y buscan asegurarse la mercadería", explica Eugenio Irazuegui, analista de mercados agrícolas en la corredora de granos Zeni.
El experto detalló que el país asiático empezó a comprarle a Estados Unidos y en sólo 10 días adquirió 1,5 Mt (millones de toneladas). Puede parecer poco en relación a los 95/100 Mt que suele importar anualmente, pero "de no estar en el mercado a comprar 1,5 Mt hay una gran diferencia", estimó Irazuegui.
El otro factor que impulsa los precios es la esperable suba de las tasas de interés en Estados Unidos. El pasado 23 de agosto fue el propio presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, el que aseveró que "ha llegado el momento" de que la Fed recorte las tasas de interés.
Desde marzo de 2022 la Reserva Federal acumula 11 subas consecutivas de la tasa, en una clara señal de la consistencia de la política monetaria de ese país para combatir la inflación.
Sin embargo, también es cierto que la tasa de referencia, que es la del bono del Tesoro a 10 años, se mantiene en un rango de 5,25-5,50% anual desde julio de 2023, pese a la insistencia de analistas de distintas vertientes en la necesidad de ir flexibilizando un poco la dureza de la política monetaria en vista de los cambios en el mercado de trabajo y los niveles de inflación más moderados.
Efecto rebote
Todo hace presuponer que en la próxima reunión del 17 y 18 de septiembre la Reserva Federal aplicará una reducción, lo que tendrá impacto en los precios de los granos.
"En los últimos 15 días las variaciones de cartera de los fondos (de inversión) fueron de un 20 a un 30%, es decir que son muchas opciones de compra que se vuelcan sobre CBOT (Chicago Board of Trade) -NdR: es el Mercado de Chicago, el principal y más antiguo del mundo para commodities- y que hacen que el precio suba", explicó Matías Contardi, economista de la Bolsa de Comercio de Rosario.
El analista destacó, además, que esto se da "en un contexto en el que se espera una reducción de la tasa de la Fed en Estados Unidos, lo que haría más competitivos a los granos, dada la depreciación del dólar frente al resto de las monedas".
Hace menos de dos meses, el pasado 15 de julio, la soja se ubicaba en US$400 la tonelada, luego de arrancar el año en niveles de 473 dólares. Pero en ese momento el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA por su sigla en inglés) empezó a marcar un tono "bajista" por la buena campaña de granos en Estados Unidos.
Ahora otro factor que está empujando los precios es que Brasil, que es el principal productor mundial de la oleaginosa, atraviesa un período de escasez de lluvias en una importante área productiva.
"Entre la segunda quincena de septiembre y primera de octubre se empieza a sembrar en Brasil y se prevé otro crecimiento del área sembrada, pero algunas regiones en los estados de Mato Grosso, Mato Grosso do Sul y Goiás tienen importante falta de agua", recuerda Irazuegui.
De acuerdo a los pronósticos tiene que empezar a llover en las mencionadas regiones, pero en el escenario pre siembra se estima que "puede haber un poco menos de oferta" de un gran jugador como Brasil.
En cuanto a Argentina, aún falta un mes para que comience la siembra de soja, pero ya es claro que falta agua. "Vinieron muy bien las lluvias del fin de semana pasado, pero también es cierto que fueron muy dispares", remarcó el analista de Zeni.
Perspectivas
Desde la Bolsa de Comercio de Rosario entienden que a largo plazo el mercado estará "bien suministrado", tanto en soja como maíz. En el caso del grano amarillo, que también vio subir el precio la última semana, aunque en menor medida que la soja, Estados Unidos tendrá una de las cosechas más importantes de su historia.
En Brasil, en tanto, aunque todavía no se haya comenzado con la siembra, las estimaciones oficiales privadas hablan de una cosecha de 160 Mt, que también sería récord. En cuanto al maíz el vecino país está transitando la siembra del maíz de primera, pero lo más relevante es lo que ocurra con la cosecha tardía o de segunda, conocida como safrinha, que tiene buenas perspectivas y representa el 75% del total cultivado.
En el caso del trigo el panorama es más complejo. Si bien en EE.UU. habrá una muy buena cosecha, otros países productores del hemisferio norte atraviesan dificultades, como Francia que "tendrá la peor cosecha desde la década del 80 del siglo pasado", además de malos rindes sobre Alemania, y una importante pérdida por el lado de Rusia, indicó Matías Contardi.
"Lo que está tirando para abajo los precios del trigo es la alta competitividad del trigo ruso, más allá de su caída en la producción, la depreciación del rublo frente al resto de las monedas y el contexto de que haya poco trigo francés y alemán hacen que las cotizaciones FOB del trigo ruso sean mucho más competitivas", remató.