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Los números que refutan las acusaciones de Massa contra las petroleras

Fernando Heredia

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Al revés de lo que dijo el ministro, tanto la producción de crudo como la refinación creció fuertemente, echando por tierra cualquier sospecha de movimiento especulativo por parte de la industria. El papel de la demanda y las exportaciones.

2 Noviembre de 2023 11.29

“Acopio y especulación”, fue la tesis de Sergio Massa para explicar la crisis de desabastecimiento de combustibles de la última semana. “PAE, Vista y Tecpetrol prefieren exportar que abastecer el mercado interno", acusó con nombres específicos de empresas, algo que molestó particularmente al sector.

Más allá de que, como explicó este medio, los permisos de exportación los otorga la propia Secretaría de Energía, hay datos concretos de producción y refinación que desmienten las declaraciones del ministro.

Según los últimos números de la consultora Economía & Energía, la producción de petróleo se expandió un 9% en los primeros tres trimestres del año y saltó un 6,9% interanual en septiembre. Si bien la exportación de crudo creció un 24% en el acumulado anual, de agosto a septiembre bajó de 169.000 a 127.000 barriles diarios, lo que contradice el salto exportador preelectoral del que habla el ministro.

A su vez, el petróleo crudo que fue procesado en las refinerías aumentó un 5,5% en cantidades durante septiembre, lo que también va en contra del reclamo de “no abastecer al mercado local”. En consecuencia, ese mayor procesamiento permitió que la producción local de naftas crezca un 6,7% interanual en septiembre en el caso de la súper y un 1,5% en el segmento premium. Del mismo modo, la refinación de gasoil premium saltó un 25,7%, aunque la del gasoil común cayó un 1,1%.

nafta, precio, gasolina, impuestos, YPF
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El acumulado de los primeros nueve meses del año, no obstante, marca un fuerte crecimiento en los cuatro segmentos con un alza del 11,1% en nafta súper, 3,4% en nafta premium, 2,8% en gasoil común y 18,7% en gasoil grado 3 (premium).

Otro de los argumentos oficiales para justificar el desabastecimiento fue un supuesto incremento récord de la demanda de combustibles que indicaría el buen desempeño de la actividad económica.

Por lo pronto, hasta los datos de septiembre que están disponibles, eso no se refleja en las cifras medidas por la Secretaría de Energía. El noveno mes del año registró una caída en la venta de naftas del 0,1% interanual y una merma más grande del gasoil (-1,1%). En el desagregado, se observa que las contracciones se explican por un menor consumo de nafta súper (-0,8%) y un retroceso del gasoil grado 3 (-6,3%), combustible que suele ser utilizado por la maquinaria agrícola y que su demanda se vio afectada por la sequía.

Si bien todavía no están disponibles los datos del mes de octubre, no se descarta que la demanda se haya incrementado a lo largo de este mes, pero no en los niveles para justificar un desabastecimiento tan generalizado. El consenso en la industria es que el atraso en los precios genera una distorsión en el mercado, pero que se materializa puntualmente en el segmento importador y no así en la refinación local que siguió funcionando a tope de capacidad sin ningún movimiento “especulativo”.

Con la actual brecha en el tipo de cambio y con la diferencia existente entre el barril criollo respecto al Brent, cualquier operación de importación resulta una pérdida de ingresos para la petrolera que lo realice. Eso hace que la responsabilidad termine recayendo en YPF en la mayoría de los casos.

Este escenario se vio agravado por la parada técnica en la refinería La Plata de la petrolera de bandera, lo que hizo que sus necesidades de importación se incrementen por encima de la media. El eje del conflicto fue que el Banco Central no autorizó la venta de dólares para que YPF pueda concretar estas operaciones e intentó, sin éxito, que lo financie la propia petrolera con sus divisas.

“Ahora de golpe aparecieron los camiones con combustible”, dijo Massa, con suspicacia. En los hechos, lo que apareció fue el combustible importado que antes estaba bloqueado por la falta de coordinación entre la Secretaría de Energía, YPF y el Banco Central. Finalmente, a un valor aproximado de 45 millones de dólares por barco, lo que hubiera costado 180 millones de dólares en importaciones, ahora tendrá un piso de 540 millones. 

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