“Fue el otoño más frío desde 1980 y no estaba pronosticado”, se justificó el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, para quitarse responsabilidad por la falta de gas de la última semana. Sin embargo, los números de las importaciones muestran una planificación que no guardó relación alguna con el comportamiento medio de la demanda, incluso si se hubiera registrado un clima más benigno.
En mayo del año pasado, por ejemplo, con casi 4 grados más de temperatura, se trajeron 8 buques de GNL a la terminal de Escobar y 4 a la planta regasificadora de Bahía Blanca, donde por el mayor calado, cada barco puede traer un volumen de carga más alto. A su vez, se había comprado un buque adicional en marzo y otro en abril. Con lo cual, se contaba con un stock importante antes de comenzar el mes.
En 2024, por el contrario, se decidió discontinuar la operación de la planta de Bahía Blanca y apenas se registró el ingreso de un barco en abril y tres en mayo para la terminal de Escobar. Con el detalle de que el último de ellos está entrando este viernes 31, último día del mes. Con lo cual, su carga aplica para el consumo de junio.
“Claramente hubo una disputa en la asignación de recursos que llevó a que minimicen al máximo la compra de barcos”, indica a Forbes una fuente del sector que vincula la decisión con la política de recortes que se vio en toda la administración pública.
El problema es que, en la planificación energética, un recorte mal calculado te lleva a un posterior gasto mucho mayor, como se vio con la compra por más de 500 millones de dólares de gasoil y fueloil.
“Para comprar GNL necesitás al menos unos 45 días de anticipación. Tenes entre 20 y 25 días de navegación, más los tiempos de licitación, adjudicación y el proceso del pago. Por eso optaron por comprar combustibles líquidos, que tiene una mayor agilidad logística. Lo paradójico es que el precio del GNL cotiza a menos de la mitad del gasoil, sin contar el costo de tancaje que necesitan los líquidos y el perjuicio de rendimiento en las máquinas térmicas”, puntualizó un experto.
Respecto a la polémica climática, los especialistas consultados por Forbes aseguran que se puede prever con varios meses de anticipación. De hecho, históricamente las licitaciones de GNL se producen en enero y febrero, no en marzo como este año. “Todos preveían un invierno más frío”, destacaron.
En general, salvo un suceso extraordinario como en 2022 donde convenía comprar combustibles líquidos por los altísimos precios del GNL, se recomienda promediar hacia arriba la importación de estos cargamentos. Por un lado, por el resguardo para el sistema para no tener que sufrir un evento como el que vimos estos días. Por el otro, porque de no necesitar el fluido para la demanda residencial, se puede colocar en el segmento eléctrico que siempre tiene un flujo de compras externas de gasoil y fueloil. Y finalmente, porque existen mecanismos contractuales para prescindir de esos barcos en caso de no necesitarlos.
“No se dan cuenta lo perjudicial que fue esto. Se cortó demanda en firme de industrias por primera vez en la historia. Hasta cortaron el tratamiento de propano, butano y etano para industrias químicas. Imaginate las dudas que tiene un inversor de afuera como Petronas que quiere poner una planta de exportación. Si le cortan a una industria que tiene un contrato, la conclusión es que también le podrían cortar a ellos en un futuro. Y nadie va a venir a poner una planta para exportar si tiene dudas sobre si pueden cortarle el gas”, advirtió otro jugador importante de la industria.
De cara al resto de la temporada invernal, todavía existen interrogantes sobre si puede repetirse este fenómeno de cortes cuando lleguen las próximas olas de frío. Para tener referencia de lo justas que están las compras, cabe recordar que, en 2023, se importaron 14 barcos para junio (10 para Escobar y 4 para Bahía Blanca) y 13 para julio (10 para Escobar y 3 para Bahía Blanca). En tanto, esta temporada está previsto traer sólo 8 barcos en junio y 7 de julio.
Como explicó Forbes, la Secretaría de Energía confía en que para agosto ya estén operativas las dos plantas compresoras del Gasoducto Néstor Kirchner y, por lo tanto, no tienen previsto convocar a nuevas licitaciones. La duda pasa por el tender de 8 barcos por el cual ya se recibieron ofertas, pero aun no se adjudicaron.