El sueño del proyecto de GNL argentino que ya lleva casi una década de discusiones acaba de dar un paso fundamental. YPF y Shell anunciaron un acuerdo que será un verdadero game changer en esta carrera.
El CEO de la petrolera de bandera, Horacio Marín y el vicepresidente Ejecutivo de GNL de Shell, Cederic Cremers, firmaron en La Haya, Países Bajos, un Project Development Agreement (PDA).
En concreto, es más que una declaración de intenciones y apunta a financiar los estudios de ingeniería por más de 200 millones de dólares, el paso que Petronas nunca concretó y terminó sellando su salida que hoy se oficializa.
"Estamos orgullosos de que Shell, líder mundial en la producción de GNL, se una al proyecto. Como pionero en el mercado de GNL, el conocimiento y la experiencia de Shell serán fundamentales para ayudar a posicionar a Argentina como un proveedor de energía global confiable y competitivo", afirmó el presidente de YPF.
"Podemos confirmar la firma de un Project Development Agreement (PDA) con YPF para avanzar en la primera fase del proyecto Argentina LNG. Esta oportunidad está alineada con los planes de Shell para continuar creciendo su negocio de GNL", indicaron desde Shell.
A su vez, Shell también oficiaría de off-taker al comprar parte de la demanda proyectada. En un principio, se contempla la llegada de dos barcos licuefactores de 5 MPTA cada uno, alrededor del 30% de la producción argentina actual (poco más de 40 Mm3/d) por unos 7.000 millones de dólares al año.
La llegada de los buques estará a cargo de la empresa Golar, la misma que cerró con PAE un proyecto algo más chico de 2,45 MPTA. "Nos cuentan que uno de los dos barcos ya lo tiene disponbile, la idea es agilizar el proceso para empezar a exportar lo antes posible", explican a Forbes.
Es por eso que el plan original de una planta en tierra quedó en stand by para darle prioridad a los barcos, que tienen plazos más rápidos (2028 es una fecha de referencia cuando la planta recién hubiera estado en 2031) e implican un menor riesgo al no tener que hundir tanto capital. "Una vez que estén los barcos y que el mundo vea que la Argentina es confiable en este mercado, la planta llega sola", aseguran.
A pesar de la firma con Shell, YPF todavía tiene una larga tarea por delante. El 1 de enero Marín empezará una gira por Asia para seguir avanzando en la contractualización del resto de la demanda, donde emergen varios candidatos de ese continente como India, Japón, Corea del Sur y China, sin contar a otros tantos europeos.
Una vez que se tenga ese contrato firmado, será el turno de salir a buscar el financiamiento en el mercado, en una obra que contemplará la construcción del gasoducto más grande que se haya construido en la historia argentina, el reacondicionamiento del puerto de Punta Colorada y las inversiones en el Upstream para poder contar con ese gas adicional.