El Gobierno autorizó una suba del 20% en los biocombustibles que tomó por sorpresa a las refinadoras y complica el congelamiento acordado hasta noviembre en el surtidor. Con un margen muy justo producto del atraso en los precios de los combustibles luego de la implementación de Precios Justos, las petroleras aceptaron un congelamiento a pesar de la devaluación con la contrapartida de diferir el pago de retenciones a las exportaciones de crudo.
Sin embargo, el incremento de los biocombustibles le pega de lleno a sus costos internos y cambia por completo lo planificado con el Estado. “No estaba pactado, o al menos Flavia (Royon) no nos dijo nada de ese tema, y con YPF marcando la cancha si me voy más caro no le vendo a nadie”, afirmaron a Forbes desde una refinadora.
En concreto, este lunes se oficializó un aumento del 19,4% en el precio del bioetanol elaborado a base de azúcar y del 12,68% en el bioetanol a base de maíz, mientras que la semana pasada ya se había incrementado el precio del biodiesel en un 20%.
Los aumentos diferenciados fueron explicados por analistas del mercado de biocombustibles como el reconocimiento de un incremento de precios del azúcar mayor al del maíz o, como se indicó en los considerandos de la resolución, se incorporaron "alternativas que permitan contemplar los potenciales impactos que pudieran generar, en el escenario macroeconómico actual, la variación significativa en los precios relativos de algunos insumos que componen la estructura de costos de elaboración del bioetanol a base de caña de azúcar y maíz".
Cabe recordar que el corte de bioetanol en la mezcla con naftas es del 12%, en tanto, el del biodiesel llega al 7,5%. Como explicó este medio, la devaluación derivó en un paro total de las 27 plantas de biodiesel, las cuales pedían incrementos de entre el 24% y el 30%.
El Gobierno terminó otorgando un 20%, pero lo hizo después de pactar un congelamiento con las petroleras y sin consultarlo, según cuentan fuentes del sector. La situación es tan frágil que en el encuentro de AmCham Energy, realizado la última semana, hasta el presidente de YPF reconoció esta complejidad de mantener estas pautas al poner en duda su cumplimiento. “Es muy difícil, pero creemos que vamos a poder cumplir y, sino, lo iremos analizando”, destacó.
La realidad es que, históricamente, el precio de la nafta en la Argentina giró en torno a 1 dólar y 1,2 dólares. Ahora, luego de una política de atraso en los impuestos que generan una merma de ingresos de 2.500 millones de dólares al año al fisco y un acuerdo de precios que permitió subas que promediaron la mitad de la inflación durante casi un año, el litro de nafta cotiza a sólo 0,68 dólares a tipo de cambio oficial y a 0,33 dólares según el mercado blue.