Para hacerle frente a una inflación que empezaba a estar fuera de control, la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) comenzó a subir las tasas de interés en marzo de 2022. Y en poco más de un año, las llevó desde prácticamente el 0% al rango de 5,25-5,50%, el más alto en más de dos décadas. Sin embargo, con los precios de la economía real enfriándose y acercándose a valores "normales", el organismo monetario parece que finalmente volverá a recortar las tasas, lo que evidentemente impactará en la economía y en los activos argentinos.
Hace dos semanas, Jerome Powell, presidente de la Fed, habló durante la conferencia anual en Jackson Hole y afirmó que "llegó el momento de que la política se ajuste". "La dirección de la marcha está clara, y el calendario y el ritmo de los recortes de tasas dependerán de los datos entrantes, la evolución de las perspectivas y el equilibrio de riesgos", añadió.
El funcionario se mostró optimista con la inflación del 2,9% interanual de julio y detalló que está en una "senda sostenible" a la meta del 2% anual. Además, hizo referencia a la situación del mercado laboral, uno de los indicadores más importantes, ya que la tasa de desempleo llegó al 4,2%, cuando hace unos meses estaba por debajo del 4%.
"Powell dejó claro que la Reserva Federal va a recurrir a recortes de tipos de interés para proteger al mercado laboral, que actualmente es su principal prioridad. Lo que fue leído por el mercado como una fuerte señal de que la entidad comenzará a recortar las tasas a mediados de septiembre", destacó Maximiliano Donzelli, jefe de Investigación en Invertir Online.
Si bien las tasas de interés que gestiona la Fed son las de Estados Unidos, el país es tan relevante a nivel mundial e influye tanto en los demás mercados que los inversores argentinos ya se están preguntando cómo responderán los activos financieros locales una vez que arranque la flexibilización.
"La baja de tasas impacta directamente en las tasas de financiación en dólares", comentó Mariano Sardáns, director ejecutivo en FDI Gerenciadora de Patrimonios, quien agregó que, hasta el momento, el mercado se adelantó a la baja de tasas, por lo que los precios de los bonos en dólares comenzaron a subir.
"Al subir el precio de los bonos, las tasas bajan y eso repercute favorablemente en todo aspecto. Los países y las empresas se financian a tasas más baratas, los consumidores tienen mejor acceso al crédito y, por lo tanto, mejores condiciones de compra, y, por ende, esto repercute positivamente en las propias economías", señaló el especialista.
Los bonos, los grandes ganadores
En cuanto al impacto directo en los activos argentinos, Eric Ritondale, economista jefe en Puente, sostuvo que el recorte de tasas por parte de la Fed de al menos 25 puntos ya está incorporado en los precios. No obstante, un recorte de 50 puntos básicos "podría implicar una suba marginal", aunque no se trate de un disparador sustancial para los bonos locales.
Por su parte, Tobías Sánchez, analista en Cocos Capital, coincidió en que los bonos argentinos podrían salir beneficiados debido a la consecuente baja del costo de endeudamiento para países como Argentina: "Esto hace que los bonos sean más atractivos y su precio suba, ya que los inversores estarían dispuestos a pagar más por esos flujos futuros que ahora se descuentan a una tasa menor".
"Los bonos soberanos locales podrían verse favorecidos en caso de que desciendan las tasas en Estados Unidos, ya que, a pesar de que en las últimas ruedas tuvieron un repunte pronunciado, se mantienen lejos de niveles esperados de US$ 70, que se preveían alcanzar hace unos meses en este momento", mencionó el economista y asesor financiero Adrián Moreno. "Dentro de estos títulos, los más destacables son los largos como el GD35, con mayor duration y gran potencial de upside, fundamentalmente si el mercado gana confort en el sendero de acumulación de reservas", añadió.
Un escenario más complejo para las acciones
Por otra parte, también habría un impulso al alza para las acciones argentinas. "Una baja en las tasas reduce el costo del capital que exigen los inversores, lo que significa que las empresas pueden valorizarse más. Al tener un costo de financiamiento menor, el valor de las empresas y sus proyecciones de ganancias también tienden a mejorar", relató Sánchez.
No obstante, las acciones locales todavía dependen en gran medida de los factores políticos y económicos de Argentina, más allá de la situación internacional. "Estamos en un escenario con mucho vértigo, claramente por lo que estamos viviendo, por todos los cambios que hay. Se entiende la baja de inflación, pero todavía la macro no está muy positiva, la micro tampoco... Entonces, no estamos en un escenario muy positivo aún, sí proyectando para adelante, pero aún no se ve reflejado", explicó Alejandro Álvarez, operador bursátil en Bull Market Brokers.
Más allá de la bolsa
En paralelo, otro impacto positivo de la baja de tasas estadounidenses sería la mayor debilidad del dólar. "El dólar empieza a ser, en el mundo, menos demandado. Entonces, al bajar la tasa, el dólar cayó contra el resto de las monedas: se revaluó el real, el euro, la libra esterlina, el yen... Todas las monedas se apreciaron y en Argentina también el peso se revalorizó", contó Sardáns.
Cabe señalar que el tipo de cambio libre, no gestionado activamente por el Banco Central de la República Argentina (BCRA), ya cayó alrededor de un 16% en términos nominales desde el máximo de julio de 2024. Y teniendo en cuenta la inflación, la baja es aún más profunda. Además, según el ministro de Economía Luis Caputo, el dólar libre caerá hasta converger con el oficial, lo que significaría que la brecha pasaría del actual 30% al 0%.
En consecuencia, por la baja del dólar y el menor costo de endeudamiento, se generaría un entorno local más favorable para las empresas, lo que terminaría resultando en beneficios directos para la "economía real". "No solamente las empresas argentinas se empiezan a financiar a menor tasa de interés en dólares, sino también que, al apreciarse el peso, los bancos empiezan a financiar más en pesos. El peso argentino también ayuda a contener la inflación y el mantenerla en raya permite más crédito, fundamentalmente de consumo", finalizó Sardáns.