Las oportunidades de exportaciones a la India, el próximo motor económico mundial
Es el país más poblado del planeta, tiene la mitad de la población menor a 35 años, creciente flujo migratorio a las ciudades y exhibe uno de los crecimientos económicos más elevados y sólido del mundo.

Con casi 1.438 millones de habitantes (estimación de 2023) y superando por casi 30 millones de personas a China, el otro gran mercado mundial al que todos le quieren vender, la India se ha convertido en los últimos años en el mayor demandante global de aceites vegetales, un mercado en el que Argentina juega en las grandes ligas.

Los analistas sostienen que el requerimiento de estos productos se profundizará en la próxima década, e incluso puede ampliarse a una vasta gama de bienes agroindustriales que el país podría exportar al subcontinente indio.

Pero como todo en la vida, las oportunidades traen consigo también algunas amenazas. En este caso provienen especialmente de la pérdida de competitividad de la economía argentina, atravesada por un proceso consistente de atraso cambiario y elevada presión impositiva.

A esto se suma el hecho de que la economía india está inmersa en un proceso de apertura, que la lleva a avanzar en forma veloz en acuerdos comerciales con algunos países competidores de Argentina en mercados agroindustriales. El caso de la Unión Europea o Noruega y de Australia, recientemente, muy gráfico al respecto por cercanía y beneficios arancelarios.

Comercio bilateral

En los últimos seis años el intercambio comercial entre Argentina y la India rompió récords en cantidades (dólares) en cinco de ellos, alcanzando nuestro país en todos los casos un amplio superávit comercial, que en los últimos doce años llega a los US$ 17.500 millones.

La India hoy ya es el quinto socio comercial de la Argentina, sólo superado por Brasil, China, la Unión Europea como bloque y Estados Unidos, considerando los datos de 2024 acumulados entre enero y noviembre. Los de diciembre aún no están disponibles.

En ese período se exportaron bienes por US$ 3.444 millones y se importaron productos por US$ 1.196 millones, lo que arroja un intercambio comercial de US$ 4.640 millones, que entre enero y noviembre supera los US$ 4.543 millones alcanzados en 2022.

El único dato disonante en el sexenio analizado (2019-2024) fue 2023, el año de la sequía, cuando las exportaciones se desplomaron 46%, totalizando los 2.454 millones de dólares.

El dato no es menor si se tiene en cuenta que ocho de cada diez dólares exportados a la India se explica por embarques de aceites vegetales.

Potencial de crecimiento 

"A medida que el crecimiento económico de China se estabiliza, India está emergiendo como un actor global clave. Este país espera liderar el crecimiento económico mundial durante la próxima década, con proyecciones que estiman un crecimiento del PIB del 6,5% anual hasta 2034", señala un informe difundido por la Bolsa de Comercio de Rosario, basado en la tesis de maestría en cooperación internacional, finanzas y desarrollo de la Universidad de Roma Unitelma Sapienza de Guido D'Angelo, economista de la Bolsa de Comercio de Rosario.

Un dato a tener en cuenta es que India tiene una tasa relativamente baja de urbanización (36%), esto es personas que viven en ciudades. Es mucho menos que la tasa de China (64%), la Unión Europea (75%), Estados Unidos (83%) y Argentina (92%).

Según el estudio, cada punto adicional de crecimiento de la población urbana en India añade casi 14 millones de personas al consumo masivo. Además, India tiene una estructura demografía joven, con un 53% de la población menor de 30 años, y su rápida urbanización presentan un potencial económico significativo.

"Se espera que India supere a China como el principal motor de la demanda global de alimentos en los próximos diez años", indica el informe. En este contexto, el crecimiento económico ha provocado un aumento significativo en el consumo de aceites vegetales.

En el caso de Argentina, las exportaciones de aceites vegetales (soja, girasol) representan hasta el 84% de las exportaciones a ese destino. Tomando diversas fuentes (Departamento de Agricultura de EE.UU., Asociación de Productores de Aceites Vegetales de la India y el gobierno indio) se prevén tasas de crecimiento acumuladas de consumo de entre el 35% y el 40% entre 2023 y 2033.

"Esto implica que el consumo de aceites vegetales en India en 2033 será de alrededor de 8,2 a 9,7 millones de toneladas en comparación con 2023", reseña el documento difundido por la Bolsa de Comercio de Rosario.

Argentina es clave en exportaciones de aceite de soja, que junto a las de girasol representaron en promedio el 10% de las exportaciones de Argentina entre 2018 y 2023.

Hay que recordar que el aceite de soja es el segundo producto de exportación más importante de Argentina, y solo superado por la harina de soja. Los datos son elocuentes: el 48% de las exportaciones de aceite de soja y el 30% de las exportaciones de aceite de girasol se destinaron a India durante esos años. 

Otros productos

Si bien esto puede denotar una fuerte dependencia de estos mercados, como se vio en 2023 con la sequía, las oportunidades de ampliar la paleta de productos son relevantes.

Un estudio elaborado en junio pasado por Emilce Terré, economista jefe de la Bolsa de Comercio rosarina, y el analista Guido D'Angelo de la misma entidad, coinciden con el potencial de desarrollo del mercado de aceites vegetales, al punto que "casi 1 de cada 3 toneladas de aceite de soja que se comercializan en el mundo tienen a la India de comprador".

Pero los analistas ven también chances en biocombustibles, en especial con biodiésel, que llegará a un corte de 5% en 2030, aunque por el momento la importación de biocombustibles para su mezcla con combustibles fósiles está prohibida a nivel nacional.

A la india también se le vende oro, aceite de girasol, donde Argentina se posicionó como proveedor confiable al margen de los problemas que enfrentan Rusia y Ucrania por la guerra, sus anteriores proveedores, y hasta se empezó a incursionar con yerba mate.

En paralelo, hay oportunidades en las exportaciones de lácteos. "El consumo de productos lácteos con mayor valor agregado está creciendo debido a la adopción de patrones de consumo occidentales en la India", señala la BCR, con la caseína ya insertada en el mercado.

Otro de los frentes interesantes se vincula al hecho de que en India viven unos 200 millones de musulmanes, por lo que exportar productos alimenticios con certificación Halal, como sí puede hacer la Argentina, es clave para crecer en ese mercado. Por supuesto, quedan afuera bebidas alcohólicas y cerdo, entre otros.

En este contexto, en la última década los productos que más crecieron en su importación fueron nueces, almendras, frutas frescas (manzanas, peras, uvas), bebidas alcohólicas destiladas, cacao y sus preparaciones y lácteos, señalan los expertos de la BCR.

Y agregan que Argentina puede profundizar su inserción de legumbres, cacao, otros aceites vegetales (maíz, oliva, etc.), productos avícolas, frutas y vinos.

Vaca Muerta

El comienzo de año llegó también con una notica que revolucionará el mercado energético, a partir de la primera exportación de crudo de Vaca Muerta a la India. Se trata de un embarque de 1 millón de barriles de la Cuenca Neuquina, importados por la empresa estatal india Bharat Petroleum Corp Ltd (BPCL). Más de la mitad de ese volumen fue producido por Vista, la compañía que lidera Miguel Galuccio, según informó la periodista Victoria Terzaghi, en diario Río Negro, citando a Reuters y medios asiáticos.

Este primer cargamento reviste, en algún sentido, carácter de prueba, y seguramente la punta de lanza de nuevos envíos al subcontinente indio. Es que la estatal india Bharat Petroleum tiene previsto encarar una fuerte expansión de sus refinerías, por lo que necesitará más petróleo y además busca diversificar sus fuentes de aprovisionamiento, intentando bajar costos.  

Considerado un crudo ligero y dulce, con bajo contenido de azufre como el WTI (West Texas Intermediate), la apuesta al mercado indio llega en un momento justo donde se empiezan a materializar las obras en infraestructura que permitirán evacuar mucho más petróleo neuquino hacia el mundo.