En los últimos años, las obligaciones negociables (ONs) lideraron el top de activos preferidos de los argentinos, ya que permitieron mantener el poder adquisitivo con baja volatilidad al mismo tiempo que brindaron una renta periódica en dólares. Y dentro de este grupo, las más demandadas por el mercado fueron las emitidas bajo la ley de Nueva York que distribuyen sus rentas en dólar CCL.
El problema es que, justamente por la alta demanda, los precios de estos bonos corporativos, considerados “los más seguros” del mercado argentino, subieron fuertemente, lo que comprimió sus tasas de interés y ocasionó que, a día de hoy, las de mayor calidad crediticia rindan entre un 6% y un 7% anual, apenas por encima del 5% que ofrecen los bonos del Tesoro de Estados Unidos, los activos financieros más seguros del mundo, literalmente.
“El mundo de las obligaciones negociables está, en general, bastante caro. Vos encontrás la gran mayoría de las ONs sobre la par fruto de una excesiva demanda justificada principalmente por el cepo cambiario y la escasa oferta de productos en el segmento conservador o moderado que hay en Argentina”, explicó Fernando Villar, asesor financiero independiente.
“No hay un instrumento extremadamente conservador o moderado que no sean las obligaciones negociables. Entonces, muchos inversores van a este mundo que tiene una cantidad de emisiones limitada y por eso subieron bastante los precios. Acto seguido, cuando los inversores se encuentran con precios altos, muchas veces no convalidan esos precios y cuando llegan licitaciones nuevas, las licitaciones tienen muchísimos dólares ofrecidos y eso hace que bajen las tasas”, añadió el experto.
Por su parte, Joaquín Arregui, director en la consultora financiera Extensio, detalló que a la renta fija se la debe analizar contemplando la probabilidad del riesgo de incumplimiento y/o reestructuración y su vencimiento, porque en base a estas variables se genera el interés.
Teniendo en cuenta estos aspectos, el especialista relató que los bonos corporativos locales deberían rendir entre un 10% y un 11%, en especial debido a que la deuda privada de Estados Unidos perteneciente a compañías mucho más grandes ofrece una tasa que ronda el 8%.
“Me parece que es muy barato que ciertas obligaciones negociales estén rindiendo 6%. Es más, tenemos hoy una curva de corto plazo, es decir, la curva de bonos argentinos de corto plazo, rindiendo, si lo queremos ver con los Bopreales, un 14% anual. Y lo que es un poco más largo, como los AL30, están rindiendo aproximadamente un 19% anual”, mencionó Arregui.
“Dicho esto, podríamos decir que no es correlativo el riesgo que representan estos bonos, por más que digan ser seguros, con respecto a la tasa de interés que están ofreciendo”, finalizó.
En cuanto a la respuesta de los inversores, Villar indicó que en el mercado de las obligaciones negociables hay diferentes posturas que colaboran con el actual desequilibrio de rendimientos. “Hay clientes que quieren desarmar fruto de que las ven caras, otros clientes no se quieren quedar con los dólares en efectivo por mucho tiempo, entonces terminan decidiendo convalidar estos precios. Y bueno, hay un mercado que se encuentra limitado y encepado que empuja que esta situación continúe”, concluyó.