Las mejores estrategias de inversión a seguir para incrementar el patrimonio con paciencia
Ganar dinero es lo que cualquier inversor medio persigue para ganarle a la inflación. La pérdida de poder adquisitivo con el paso del tiempo hace que buscar vehículos en los que invertir se haya convertido en la mayor prioridad de los últimos años.
Saber cuál es la estrategia que más conviene para incrementar tu patrimonio a largo plazo es fundamental. Los rendimientos estables generan una mayor tranquilidad con el paso del tiempo. Por eso la cuestión es: ¿qué estrategia te conviene más? Antes de escoger entre inversiones inmobiliarias o comprar oro tenés que tener en cuenta cuáles son las alternativas por las que podés optar.
Las estrategias de inversión pasivas, que se caracterizan por reducir los costos de las transacciones a su mínima expresión, son una de las posibilidades. "Estas no requieren que estés actualizando tus inversiones tan a menudo, y tienen un horizonte de largo plazo", comenta José Luis Cárpatos, director de inversiones de Gloversia Eafi.
Mientras, las estrategias de inversión activas que se enfocan en la optimización del rendimiento estimado son otra posibilidad. "Estas implican costos en el corto plazo debido a que tenés que balancear tu portafolio, hacer transacciones y revisar su comportamiento en el corto y mediano plazo", añade el experto.
No obstante, la duda principal es conocer cómo tiene que construirse una cartera para que genere rentabilidades sostenibles en el tiempo. “Siempre recomendamos apostar por carteras globales que diversifiquen tanto por sectores, como por tipo de activos y geografías (?) Para el inversor que tenga dudas de cómo pueden terminar los mercados el año, tener una cartera bien diversificada le ayudará a reducir los riesgos, capturando todas las oportunidades que da el mercado”, apuntan los expertos de Abante.
Siempre hay que invertir con un objetivo claro. Tanto para la persona que ya tiene su dinero en los mercados, como para el ahorrador que quiere empezar a invertir, siempre es aconsejable hacer un ejercicio de planificación financiera antes de acudir a los mercados financieros.
“Esto le permite conocer para qué invierte, es decir, cuánto dinero necesita y, por tanto, qué rentabilidad le tiene que pedir a los mercados”, destacan desde Abante.
Conocer el objetivo también permite fijar el horizonte temporal de inversión, lo que es fundamental a la hora de saber qué nivel de riesgo puede asumir y durante cuánto tiempo tiene que mantener sus ahorros en los mercados. Definir las metas es clave para trazar la estrategia que se adapte a las circunstancias y te permita estar en los productos que realmente necesita, independientemente de lo que pase en el mercado.
“Los inversores tienden muchas veces a fijarse en lo que está haciendo un conocido y, en ocasiones, a decantarse por productos que desconocen solo porque sabe que otras personas están eligiendolos, sin saber los riesgos que pueden estar asumiendo”, concretan desde Abante.
De este modo, antes de invertir en un producto financiero únicamente porque está de moda, el inversor debe conocer bien sus riesgos y características y analizar si es el activo que realmente necesita y se adapta a sus circunstancias.
Cuando pensamos en inversión, una imagen común que se nos puede venir a la cabeza son las oficinas de Wall Street llenas de gente hablando y haciendo negocios. Invertir en valor, es decir, fondos de inversión que se centran en empresas infravaloradas por el mercado, puede ser una práctica atractiva y con grandes ganancias, pero también es impredecible y peligrosa. Hay que seleccionar los vehículos más solventes.
“Si jugás bien tus cartas e invertís en la bolsa correcta en el momento correcto, podrías generar un buen ingreso extra, por eso, procurá informarte y ser experto en cómo funciona la bolsa antes de emprender esta inversión para incrementar poco a poco tu capital”, asegura Cárpatos.
Dentro de esa diversificación, se aconseja destinar un porcentaje de tu patrimonio a la renta fija. Si sos un inversor más arriesgado: entre un 20% y 30%; y si sos más conservador de un 50% a un 70%. Es decir, inversiones por las cuales recibas cada cierto periodo de tiempo una cantidad de dinero con la que podés contar y que se añade a tus otros ingresos por tu trabajo u otras inversiones.
*Nota publicada en Forbes España