La Secretaría de Energía tendrá su primera prueba de fuego esta semana al enfrentar una ola de calor que se retrasó más de lo pensado y dio algunas semanas de aire, pero que ahora exigirá al límite la capacidad del sistema eléctrico.
Cammesa prevé que este jueves se romperá el récord histórico de demanda a raíz de temperaturas que podrían llegar a los 37 grados en el AMBA y encendió alarmas en toda la industria.
"El sistema está respondiendo sin mayores inconvenientes. El viernes va a bajar la temperatura y eso es muy bueno porque no se acumulan tantos días consecutivos de calor, que es lo que hace que se recalienten los cables y se generen averías", indicaron a Forbes desde una distribuidora.
"Estamos brindando consejos para tener un consumo eficiente de energía. Es fundamental el aire en 24 grados y evitar el uso simultáneo de otros electrodomésticos que consumen mucho como el horno eléctrico, la plancha o el lavarropas", agregaron.
Por su parte, desde el gobierno estuvieron enfocados en recuperar la mayor cantidad de centrales térmicas "viejas" que estaban fuera de operación para maximizar la oferta y organizar un sistema de reducción de demanda de las grandes industrias que promediará los 105 MW en los días más estresantes.
Más allá de las advertencias para esta semana, las perspectivas más preocupantes están previstas para los meses de febrero y marzo, cuando el ritmo de actividad económica se normalice luego de las vacaciones de verano que suelen disminuir la demanda durante enero por la salida de turistas y el parate de fábricas.
De todas maneras, está claro que el sistema pende de un hilo y por eso la secretaria María Tettamanti ya está planificando el verano del 2026 que, todo indica, será mucho más desafiante frente a una economía que se presume en crecimiento.
En las próximas semanas se lanzarán tres licitaciones en este sentido. La primera sería para instalar baterías de almacenamiento eléctrico en nodos críticos que se cargan durante la madrugada e inyectan energía a la red en el horario de mayor demanda. Según pudo saber este medio, requerirían una inversión de unos 1.000 millones de dólares que se financiarán en un acuerdo entre privados y tendrán una capacidad de 400 MW.
La segunda apunta a expandir la red de transmisión eléctrica que está saturada y no permite instalar nueva generación en muchos de los puntos del sistema donde, por ejemplo, hay un gran potencial de energías renovables.
Nuevamente, las obras se llevarán a cabo por iniciativa del capital privado que recibirá una contraprestación que se trasladará a tarifa, pero se distribuirá en un plazo mayor al que se pensó en un primer momento para que su impacto sea menor.
La tercera carta de la Secretaría apunta a renovar el parque térmico donde al menos el 10% tiene una antigüedad que bordea la obsolescencia y, por lo tanto, tiene un bajísimo grado de confiabilidad. Aunque, en este caso, los periodos de construcción van de 18 a 24 meses en promedio.
Finalmente, el Ejecutivo planea oficializar la Revisión Quinquenal Tarifaria el 1 de abril para dejar en claro un sendero de precios que acelere las inversiones de las distribuidoras. De ahí que, a cambio de autorizar un aumento que rondaría el 10%, exigiría una mejora de las metas de duración y frecuencia de cortes en torno al 30%.