La suba de más de un 150% del precio de los combustibles en el último mes está alterando la ecuación económica de muchos negocios y ya se observa un resurgimiento del interés por el GNC en paralelo a la caída de la demanda de las naftas.

El impacto concreto en la inflación se estima entre 0,4 y 0,5 puntos por cada 10% que sube el combustible. Es decir, unos 6 a 7,5 puntos de inflación en el último mes, sin contar los efectos indirectos por el encarecimiento logístico.

Por ejemplo, el gasoil representa un 40% de los costos operativos de un camión según los datos de Iveco. En tanto, el consultor agropecuario Ernesto Ambrosetti afirmó a Forbes que el peso sobre los costos de una cosechadora llega al 25%. “Por cada peso que sube el gasoil, el campo transfiere 3,6 millones de dólares en impuestos y tasas. Eso implica una suba de costos de 600 mil millones de pesos”, subrayó. 

De ahí que no solo empresas sino también muchas familias están evaluando un cambio en su manera de transportarse. Pedro González, presidente de la Cámara de GNC, dijo a este medio que en los últimos días se produjo un pico de consultas para adquirir estos equipos.

“Los momentos de mayor crecimiento del GNC fue en los años en que hubo grandes aumentos del combustible como en el 2001 al 2022 donde teníamos 35.000 conversiones por día, mientras que en 2023 con los combustibles tan baratos había sólo 5.000 conversiones” destacó.

Fuentes del sector confían en triplicar estos valores rápidamente hasta, por lo menos 15.000 instalaciones por mes y aseguran que si se llegara a ordenar la economía, se podría crecer mucho más porque la falta de financiamiento es la gran limitante.

El cálculo que hacen los especialistas es que, a valores actuales, un equipo se puede amortizar en un año considerando un uso de 22.000 kilómetros anuales y una inversión total en torno a los 1.000 dólares.

“Si la nafta traspasa el umbral psicológico de los 1.000 pesos el litro, es muy factible que veas el famoso pico de adaptaciones a GNC cuando vengan los aguinaldos. Es un reflejo de los tiempos que vienen con precios de energía muy elevados para los sueldos locales. Sería bueno aprovechar la situación para disminuir la dependencia de gasoil importado con un programa oficial de LNG o GNC para buses de larga y media distancia. Ahí podrías tener otra ola de transformaciones y encima con el beneficio de eliminar una parte del subsidio al transporte”, manifestó el consultor energético Cristian Alonso Sisini.

Por lo pronto, los estacioneros ya reconocen una merma del 20% en el consumo de naftas y muchos recuerdan el antecedente del 2001 donde también se vio un fuerte recorte que disparó el traspaso a GNC. “Entre 2001 y 2004 el GNC pasó de tener una demanda de 5 millones de metros cúbicos diarios a unos 8 millones. Un 60% más”, destacó Raúl Bertero, director del CEARE.