En los últimos años, por la masificación de las redes sociales y el deseo de los jóvenes de ganar mucho dinero rápidamente, comenzó a popularizarse la actividad del trading como el “Santo Grial”. Sin embargo, no hay nada más lejos de la realidad.
Comprar y vender activos financieros para obtener un beneficio económico es realmente muy complicado, ya que requiere de muchos conocimientos, experiencia, tiempo y paciencia.
Y en el caso de la bolsa argentina, los aspirantes a traders también deben considerar una serie de aspectos particulares debido a su complejidad, en la que hay falta de volumen, poca variedad de activos y bastante más volatilidad que en mercados desarrollados.
Tipos de trading
Para Alejandro Álvarez, operador bursátil en Bull Market Brokers, el primer paso es diferenciar entre dos tipos de trading: day trading (intradiario) y swing trading (por tendencias).
“En el day trading, el trader por lo general opera varias acciones en un día, abre y cierra posiciones en la jornada. El swing trading ya abarca una temporalidad un poco mayor: dos, tres, cinco días o un par de semanas”, detalló el especialista.
Las estrategias a armar serán diferentes en función del tipo de operatoria escogida, la cual deberá ser compatible con el perfil del potencial comerciante.
Factores macroeconómicos
Argentina es un país muy político, con mucha volatilidad económica y regulatoria y un fuerte protagonismo del tipo de cambio. Por lo tanto, los traders locales deben prestarles mucha atención a la situación macro que impacta de lleno en los activos financieros.
A su vez, resulta relevante entender cómo las decisiones de política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) influyen en el mercado local, considerado de riesgo por el mundo.
Por ejemplo, cuando las tasas de interés a nivel global suben, los activos de riesgo resultan menos atractivos porque los inversores pueden obtener buenos retornos con bonos del Tesoro. Y viceversa: cuando las tasas bajan, los activos de riesgo atraen capitales.
Gestión de emociones
Al tener que estar frente a una pantalla comprando y vendiendo activos de forma muy seguida y con dinero propio, es normal que el trading sea una actividad muy emocional. No obstante, hay que controlar los sentimientos para poder ser rentables.
“La clave es no dejarse llevar por las emociones que empujan a que uno compre después de fuertes subas por miedo a 'quedarse afuera' y a vender después de una fuerte caída por miedo a 'perderlo todo'”, aseguró Bruno Perinelli, jefe de Trading en Inversor Global.
Cuanto más analítico y “frío” es un trader, más probabilidades tiene de obtener beneficios de manera sostenida a lo largo del tiempo. Al fin y al cabo, cualquiera puede tener un golpe de suerte, incluso un principiante. Lo realmente importante es mantener la rentabilidad durante varios años.
Control de riesgo
Por último, otro aspecto a contemplar para hacer trading es el control de riesgo, que aplica para los operadores de todo el mundo, pero más aún para los del mercado argentino.
Según Álvarez, es esencial saber cuál es el riesgo que se asume, qué cantidad de dinero estará destinado directamente al trade, y aplicar límites tanto a pérdidas (stop loss) como a ganancias (take profit) para proteger el capital.
“No es lo mismo poner $1.000 con un stop loss del 20% que terminar con un 50% de pérdida… Y si el trade cumplió con el objetivo, ya establecemos el take profit; si el activo sube más, bárbaro, superó expectativas, pero también puede pasar que no establezcamos take profit, el activo suba cierto porcentaje más y luego caiga, arrebatándonos lo ganado”, ejemplificó.