Las claves para que el consumo pueda recuperarse en el 2025
Sólo en bienes de consumo masivo las ventas se contrajeron casi 20% el último año. El rol del financiamiento en bienes durables para impulsar el consumo y la elevada presión impositiva que encarece los bienes finales.

La foto de las ventas de diciembre en el canal retail, en el marco de las fiestas de fin de año, marca un escenario con dos perfiles bien diferenciados. Las ventas minoristas en el segmento pyme crecieron 17,7% según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa - CAME, en el último mes del año. En algún sentido, estuvieron impulsadas por promociones bancarias y de billeteras digitales. Pero el consumo cierra el año con caída en torno al 10%.

Más allá de alguna mejora puntual en determinado sector, lo cierto es que hay un efecto estadístico que se observa en los datos de diciembre, por comparación al mismo mes de 2023, un período atravesado por el cambio de gobierno, la fuerte devaluación del peso y su traslado a precios que, sin dudas, tuvo su reflejo en la profunda caída del consumo en aquel momento.

Ahora, la mejoría parece magnificada por ese fenómeno y además, claramente, es algo que empezará a verse en todas las estadísticas en los meses venideros.

También las ventas de Reyes fueron positivas en la comparación interanual. La misma CAME informó esta semana que las ventas de juguetes, pero también equipos de electrónica, audio y celulares, calzados e indumentaria, marroquinería y librería destinados a los más chicos, aumentaron 11,4% en relación a la misma fecha comercial de 2024.

Alimentos en picada

Pero donde es más notoria y por el momento, hasta difícil de revertir la caída, es en el consumo masivo, esto es la venta de alimentos, bebidas, productos de higiene personal y limpieza, concentradas en supermercados, autoservicios mayoristas e independientes y también en las llamadas pequeñas superficies -por contraposición a las cadenas de supermercados - o locales de cercanía.

"En volúmenes, estamos un 20% abajo en ventas en relación al año pasado", dijeron a Forbes Argentina fuentes del sector supermercadista, al cierre de 2024, un año en el que con el correr de los meses se fueron diluyendo las esperanzas de revertir el esperable bajón de ventas inicial que sobrevino luego de la devaluación, en el arranque de la era Milei.

Los datos de la consultora Scentia, que suele relevar el desempeño de los canales supermercadista y autoservicios independientes, van en la misma línea. Aún no está cerrado el mes de diciembre completo pero la caída es similar a la que ven desde las cadenas. Con datos hasta el 29 de diciembre la caída mensual se ubica en el 18% en términos interanuales. El mes anterior el informe había marcado baja del 20% frente a noviembre de 2023.

"A partir de ahora podría haber un quiebre de la tendencia, pero va a ser muy gradual, va a ser un proceso largo la recuperación del consumo", explicó Osvaldo Del Río, director de Scentia. Por eso no sorprende que entre los supermercados reine la preocupación por lo que vendrá.

En su opinión, el principal factor para que no se observe un mayor dinamismo en la recuperación del consumo es la pérdida del poder adquisitivo. "Recién desde noviembre se empieza a frenar el ensanchamiento de las curvas entre inflación y salarios".

"Ese gap entre salarios e inflación no fue menor al 30% en algún momento de 2024", destacó Del Río. Y agregó que "ahora puede haber un cruce de las curvas, pero va a ser lento y gradual".

Semestre complicado

Por su parte, Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market, explica que "el consumo aún está en fase de recuperación". Frente los volúmenes del año anterior, crece, pero es a un ritmo menor en el desestacionalizado frente al mes anterior".

Consultado sobre lo que puede ocurrir en el arranque de 2025, el experto anticipó que "aún queda por delante un semestre de desafíos para el bolsillo de los argentinos".

Y dijo que hoy se observa una economía "creciendo de a poco, la inflación logrando de a poco un descenso en el nivel de precios y salarios recuperando de a poco lo perdido en los últimos siete años".

En ese sentido, las buenas noticias en el segmento retail se irán recibiendo en cuentagotas y por sectores. Es lo que opina Osvaldo Del Río, apuntando que "vamos a notar una recuperación económica muy heterogénea".

En esta lógica considera que los bienes durables (inmuebles, automóviles, motos, electrodomésticos, informática, electrónica) "se van a recuperar primero y el consumo masivo será más lento", por la aparición del crédito en algunos sectores.

No obstante, esto será en el marco de un pronóstico "muy conservador, en el que nadie tiene muy claro cómo sigue eso".

En un informe sobre los cambios en Cuota Simple y las opciones de financiamiento que ofrecen en momentos en que están cambiando los patrones de consumo, Di Pace estima que el ecosistema financiero "se está diversificando con el crecimiento de las Fintech y las billeteras digitales, que están ofreciendo alternativas de pago y financiamiento cada vez más accesibles y competitivas". 

Y explica que "estas herramientas, junto con los acuerdos directos entre bancos y comercios, desempeñarán un papel clave para intentar mejorar el consumo en 2025".

Presión impositiva

Desde la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM), en tanto, aseguran que, tras un año complicado por el impacto de la inflación, para mejorar la competitividad de la producción deben bajar los impuestos que gravan la producción. Eso redundará en mejores precios y más consumo.

"De cada $1.000 (de venta), $490 son impuestos. Este peso impositivo no solo encarece los productos, sino que también afecta la competitividad del país frente a sus vecinos, quienes (sic) tienen una carga fiscal significativamente menor", destaca un reciente comunicado de CADAM.

Por eso, tras pedir una reforma impositiva, y señalar que hay que cambiar el enfoque y "dejar de correr detrás del dólar", la entidad apuntó que cada vez que sube el tipo de cambio, los precios, los servicios y los salarios se ajustan, y se vuelve al punto de partida. 

"La verdadera solución pasa por simplificar y reducir los impuestos en cada eslabón de la cadena de valor y garantizar que los recursos recaudados se utilicen de manera eficiente", remató.