El Ministerio de Finanzas de Japón detalló que, la semana pasada, los inversores extranjeros depositaron en acciones del país alrededor de US$ 8.100 millones netos, la mayor compra desde octubre.
Esta gran demanda global ayudó a las acciones japonesas a extender su buen comportamiento y a superar a otros mercados de valores importantes. Sólo la semana pasada, el índice Nikkei 225 subió un 7%, siendo el aumento semanal más importante desde marzo de 2022 y permitiendo acumular un crecimiento del 25% en el último año.
De esta manera, el índice de renta variable se encuentra en su nivel más alto en 34 años, gracias a factores alcistas como un yen más débil, tasas de interés negativas y el impulso de la Bolsa de Tokio.
De acuerdo a Hikaru Yasuda, estratega jefe de acciones en SMBC Nikko Securities, el Nikkei 225 puede encaminarse a los 40.000 puntos a mediados de año, lo que implicaría una revalorización del 10% desde la cotización actual.
En su informe de análisis, sostuvo que, si bien el reciente avance del índice se asemeja al repunte de abril-junio de 2023, el impulso es más fuerte y sugiere que los fondos de pensiones y los soberanos extranjeros están jugando un juego largo.
Además, los antiguos inversores en China y Taiwán también pudieron haber estado recurriendo a Japón a medida que la geopolítica, las incertidumbres regulatorias y las preocupaciones sobre las perspectivas económicas de China continúan siendo el foco de atención.
"Siento que los fondos están huyendo a Japón", dijo Shingo Ide, especialista en NLI Research Institute. "Una de las razones de esto puede ser la depreciación del yen, pero creo que puede ser que los fondos estén huyendo de China y Taiwán", comentó.