“Por sí o por no: ¿vas a sacar los subsidios a las tarifas?”. El cruce de Massa contra Milei en el debate presidencial de este domingo desató una breve discusión sin mucho contenido de lo que será uno de los grandes temas de agenda del próximo gobierno.

El ministro de Economía acusó al opositor de pretender un ajuste del 300%, a lo cual, Milei dijo que la quita de subsidios sería una reforma de “segunda generación” que concretaría recién cuando empiece a crecer la economía.

La realidad es que se trata de un tema muy delicado que ningún candidato quiere reconocer, pero que, en ambos casos, deberán aplicar ajustes incluso mayores a ese 300%. El Presupuesto 2024 establece una baja de subsidios significativa del 1,7% al 1% del PBI que el Gobierno dice que alcanzará, en parte, por una baja de costos del sistema.

Si bien es cierto que la mayor generación hidroeléctrica y la sustitución de importaciones de combustibles por la puesta en marcha del gasoducto Vaca Muerta y el “Reversal del Norte” implicarán un ahorro concreto, su impacto será muy acotado en relación con la necesidad de actualización tarifaria.

A su vez, en diálogo con Forbes, el economista Alejandro Einstoss asegura que, si se cuentan las deudas con los productores de gas y las generadoras eléctricas, el porcentaje de subsidios sobre el PBI saltaría al 3% a fines de 2023, lo cual incrementa la magnitud del ajuste para cumplir con la meta del FMI.

Según marcan desde el Instituto Mosconi, para volver al nivel de cobertura tarifaria del 82% de febrero del 2019 -antes del congelamiento de Macri-, las facturas de electricidad deberían multiplicarse por cinco en el AMBA para la categoría de bajos ingresos y por cuatro para los ingresos medios.

“Eso sin actualizar el Valor Agregado de Distribución (VAD) que viene atrasado desde mayo”, agregó el especialista Julián Rojo, lo que agrandaría todavía más esta brecha. Actualmente, el Estado paga con subsidios alrededor del 84% de las tarifas de usuarios de ingresos medios y el 86% de los ingresos bajos, un nivel muy parecido al del 2015, con la salvedad de la corrección para los altos ingresos que implementó la segmentación.

De hecho, si se observa lo sucedido desde la vigencia de la segmentación, se puede tener una referencia clara de lo que puede pasar en 2024 con el resto de las categorías. Para que los altos ingresos paguen la totalidad de la tarifa, los aumentos en electricidad llegaron hasta el 500% desde junio del 2022.

Los expertos del sector presumen que, gane quien gane, la categoría de ingresos medios sufrirá una suerte similar a partir del año próximo, ya que el sistema no aguanta seguir subsidiando a casi el 70% de los usuarios en esa proporción.

El principal desafío será el reordenamiento de los precios relativos en un contexto de altísima inflación y una eventual devaluación que todo el mercado descuenta. “Es prácticamente imposible corregir las tarifas con esta inflación. Primero hay que ordenar la macroeconomía”, dice Einstoss.