A 90 días de que entre en vigencia la estricta norma de la Unión Europea que prohíbe el ingreso al bloque de productos primarios e industrializados que provengan de campos que hayan sido deforestados, la Comisión Europea elevó para su tratamiento en el Consejo y el Parlamento Europeos una propuesta para posponer de 12 a 18 meses la entrada en vigencia de la norma.
La medida, que aún debe pasar por una instancia formal aprobación en esos organismos supranacionales, apunta a abrir una ventana a las industrias de países exportadores y el sector de agroalimentos europeo para que puedan ajustar sus procesos y cumplir con la normativa de Bruselas. Esto afecta en forma directa a las importaciones de cacao, café, aceite de palma, soja, caucho, carne vacuna y madera.
"La Comisión Europea dijo el miércoles que propondría retrasar un año la implementación de una ley que prohíbe la importación de productos básicos vinculados a la deforestación, tras los pedidos de industrias y gobiernos de todo el mundo", señala un despacho de la agencia Reuters.
Agrega que la ley "ha sido aclamada como un hito en la lucha contra el cambio climático, pero países e industrias desde Brasil hasta Malasia dicen que es proteccionista y podría terminar excluyendo a millones de agricultores pobres y de pequeña escala del mercado de la UE".
Desde las industrias aceitera y cárnica de la Argentina hicieron gestiones para que Bruselas reviera la medida, que afecrtaría a unos US$ 4000 millones en exportaciones al bloque. El pasado 29 de julio los ministros del Consejo Agropecuario del Sur (CAS), que reúne a Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile y Bolivia, pidieron la postergación del Reglamento 1115/2023 de la UE porque "podría afectar el comercio agroalimentario global".
También hubo reclamos del presidente de Estados Unidos Joe Biden y hasta de las principales organizaciones de productores de Europa, como Copa (grandes productores) y Cogeca (pequeños agricultores).
Se da vuelta la taba
El punto de quiebre y que parece estar detrás de esta decisión inesperada del Ejecutivo comunitario es que un país clave como Alemania, que en mayo de 2023 había votado a favor de la medida, ahora dio un giro de 180° y pidió la postergación.
El ministro de Alimentación y Agricultura alemán, Cem Özdemir, sostuvo que la dilación en la implementación de la llamada ley de Deforestación era fundamental para dar tiempo a las empresas europeas, a los Estados miembros y los países de producción para "prepararse adecuadamente". Sin embargo, enfatizó que "el contenido de la ley debe permanecer intacto". También Austria y Polonia se manifestaron en este sentido.
A esto se suma el temor a que la regulación sobre deforestación genere tensiones en las cadenas de abastecimiento en Europa y se disparen los precios de las commodities agrícolas.
En la otra vereda, agrupaciones ambientalistas cuestionaron la propuesta de dilación de uno de los pilares del Pacto Verde, que atravesó la primera Legislatura de Ursula von der Leyen. La deforestación es el segundo factor causante del cambio climático, tras la quema de combustibles fósiles.
Entidades ligadas a la producción agroindustrial en Argentina rápidamente salieron a apoyar lo que consideraron de hecho una prórroga, aunque aún faltan varios pasos para eso. La propuesta de la Comisión Europea es que el Reglamento 1115/2023 que debía entrar en vigor el próximo 30 de diciembre se aplique para las grandes empresas a partir del 30 de diciembre de 2025 y para las pequeñas empresas el 30 de junio de 2026.
Dado que faltan menos de tres meses para la entrada en vigencia de la norma anti-deforestación se espera que la Unión Europea haga un tratamiento fast track, que pueda resolver el tema en cuatro o cinco semanas.
Para Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC), el anuncio "es un alivio" y recordó que tiene impacto también en Europa porque es necesario mapear y hacer la trazabilidad, custodia y seguimiento de todos los productos importados una vez nacionalizados.
"La postergación es buena porque muestra cierta flexibilidad en posturas duras de la UE en asuntos ambientales. Aunque no está claro si eso va a tener éxito", señaló Marcelo Elizondo, miembro del Executive Board Mundial de la International Chamber of Commerce (ICC) y presidente del capítulo argentino de la entidad.
Y agregó: "Si lo que se decide es postergación, eso no debería relajar la adaptación de la oferta argentina. Los requisitos están y se aplicarán tarde o temprano. Soy de los que creen que la UE en muchos casos se excede, pero hay que adaptarse si se quiere vender".
Mirada argentina
Para Idígoras un punto crítico es que en la norma europea no reconoce la legislación nacional, en especial la Ley de Protección de Bosques 26.331/2007, que establece tres categorías de conservación de los bosques nativos. La uno o roja incluye sectores de muy alto valor que no deben modificarse; la dos o amarilla, abarca a sectores de mediano valor de conservación donde se puede hacer turismo o actividades científicas; y la tres o verde, refiere a "sectores de bajo valor de conservación, que pueden transformarse parcialmente o en su totalidad, aunque dentro de los criterios de la presente ley".
Otro punto es que hay campos que tal vez sufrieron incendios por sequía, no fueron deforestados y esos establecimientos quedan afuera. Y el tercer punto es la "segregación física", porque una cosa es demostrar la trazabilidad, con imagen satelital que es costosa, pero luego esos granos o bovinos entran en la cadena de comercialización. "Europa exige el aislamiento de esos animales o granos, que no pueden estar jamás en contacto con animales que provengan de lugares desconocidos o deforestados".
La inversión que requiere tener líneas distintas de frigoríficos, plantas de molienda distintas, acopios o cooperativas agrícolas que tienen que construir silos separados que digan Europa, "es un esfuerzo enorme que no tiene sentido, porque en la práctica vos proteges el ambiente no deforestando, pero no significa que posteriormente esa mercadería no deforestada no entre en contacto con otra", apuntó Idígoras.
Mientras tanto, desde 2019 está activa Visec, una plataforma de sustentabilidad ambiental, que reúne información de la cadena de valor de la soja, con un protocolo de Soja Libre de Deforestación y acuerdo con el Consorcio ABC de exportadores de carne vacuna.