A mediados de septiembre, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) elevó las tasas de interés de los depósitos a plazo fijo al 75% nominal anual, permitiendo que la tasa efectiva ronde el 100%. Como consecuencia, los rendimientos de la caución bursátil, el plazo fijo de la bolsa, también comenzaron a subir.
Si bien la cifra varía constantemente debido a que se maneja por oferta y demanda, actualmente la caución se negocia con una tasa nominal anual de alrededor del 63% a 30 días. Si se opta por colocar el dinero a 45 días, entonces el retorno nominal llega al 66%.
A finales de agosto, este vehículo de ahorro otorgaba una tasa del 55% en el mejor de los casos, lo que demuestra que poco a poco se acerca a los niveles del plazo fijo convencional que se opera en los bancos.
De momento, la caución bursátil no sirve para hacerle frente a la inflación, y tampoco genera más que un depósito a plazo fijo tradicional, pero aún así otorga algunos beneficios a tener en cuenta.
En primer lugar, es sumamente líquida, ya que permite poner a trabajar los pesos desde un día, lo que ayuda a obtener una pequeña ganancia los fines de semana y/o los feriados, momentos en los que el mercado está cerrado y no se pueden comprar y vender activos financieros.
Por otro lado, la caución es una alternativa más segura que el plazo fijo. Los depósitos a plazo fijo de los ahorristas están colocados, en su mayoría, en letras de liquidez del BCRA. En caso de que exista un plan económico como el Plan Bonex de 1989, el usuario podría salir perjudicado.
En cambio, la caución es un préstamo entre privados garantizado por activos financieros. Quien toma el dinero debe congelar parte de sus activos que estén valuados a un monto mayor del tomado, lo que evita una cesación de pagos.