Hace algunas semanas, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) decidió aumentar las tasas de interés de los depósitos a plazo fijo hasta el 69,5% nominal anual. De esta forma, la tasa efectiva anual (TEA), que contempla la reinversión de las ganancias, es de casi el 96,6%.
Al observar esta sorprendente cifra, muchos ahorristas están contemplando la posibilidad de colocar parte de sus ahorros en pesos en estos vehículos financieros para poder obtener un pequeño rendimiento. ¿Conviene hacerlo?
Los mismos problemas de siempre
La tasa de interés de los depósitos a plazo fijo aumentó, sí, pero estas alternativas de “inversión” siguen teniendo los mismos problemas de siempre: rendimiento real pobre, baja liquidez y alto costo de oportunidad.
Nominalmente, un 96,6% parece muy atractivo, pero a este retorno hay que descontarle la inflación, que se cree que rondará el 95%, según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del propio BCRA. Es decir, si el pronóstico es correcto y las tasas no vuelven a aumentar, se obtendría una ligera ganancia de casi el 2%.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que el plazo mínimo de un depósito a plazo fijo es de 30 días, un periodo de tiempo que, en Argentina, puede ser una eternidad. Un comentario agresivo de un político, un leve rumor sobre las reservas o algún que otro factor económico podrían hacer que el “dólar suba”, lo que eliminaría el beneficio monetario medido en moneda dura, ya que no podríamos pasarnos a la divisa estadounidense rápidamente.
Además, el plazo fijo tiene un alto costo de oportunidad, “el sacrificio” que se realiza al concretar la estrategia tomando como referencia la potencial ganancia de las otras alternativas de inversión (acciones, Cedears, bonos, inmuebles, etc.). Un activo con un alto costo de oportunidad debe retornar un beneficio que supere a tal costo, lo que no suele suceder con los depósitos a plazo fijo.
La opinión de los expertos
“A pesar de que el rendimiento parece elevado, va de la mano posiblemente con los próximos datos de inflación. Yo no veo conveniente invertir en plazo fijo en este momento por eso y también por la falta de liquidez del instrumento. En cualquier momento, una disparada del MEP deja a un inversor licuado en dólares”, comentó Fernando Villar, asesor patrimonial en Bull Market Brokers.
En su lugar, el especialista sostuvo que una alternativa más sensata y rentable podría ser armar una cartera de inversión compuesta por diferentes instrumentos financieros que permitan “hacer tasa” y activos dolarizados.
“Hay fondos comunes de inversión que se suscriben en pesos que tienen obligaciones negociables que siguen al MEP y otros que combinan dollar linked con bonos o letras CER que podrían dar mejores rendimientos con liquidez en caso de necesitar salir”, detalló Villar.
Por su parte, el especialista en finanzas Darian Yané explicó que a él sí le parece una buena idea aprovechar los vehículos financieros en pesos como el plazo fijo o el plazo fijo UVA precancelable, ya que cree poco probable que el dólar se dispare tan salvajemente como para licuar la totalidad de la ganancia.
Para el experto, si se toma como referencia una tasa promedio de aproximadamente 80%, la cuestión está en ver las probabilidades de que el dólar libre suba en igual o mayor proporción.
“¿El dólar va a subir un 80% en un año? ¿Se va a ir de $300 a $540? Y… la verdad que me parece mucho”, estimó.
No obstante, aclaró que su estrategia es también comprar algunas stablecoins y ponerlas a generar interés en dólares y siempre armando estrategias con poco capital, no colocando todo de una, para mitigar los riesgos.