Esta semana, las pérdidas de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) superaron el umbral de los US$ 200.000 millones por una medida contable denominada "activo diferido".
Puntualmente, el nivel de la remesa de ganancias al Departamento del Tesoro se ubicó en -US$ 201.200 millones. Y si bien la cifra negativa no afecta la capacidad del organismo para llevar a cabo la política monetaria, el déficit debe cubrirse antes de poder devolver los ingresos excedentes al Tesoro.
Cabe señalar que la Fed compensa a los bancos y a los fondos monetarios para que depositen efectivo en el banco central y mantengan las tasas de interés a corto plazo en los niveles deseados. Sin embargo, en los últimos dos años, la institución liderada por Jerome Powell incurrió en pérdidas significativas y se espera que enfrente déficits récord en 2024.
El motivo es que los costos de gestión de las tasas superaron los ingresos obtenidos de los intereses de los bonos que posee.
La financiación de la Fed proviene de los servicios que presta al sistema bancario y de los intereses generados por los bonos que mantiene. De acuerdo con la ley, las ganancias se devuelven al Departamento del Tesoro, y durante muchos años la Fed devolvió cantidades considerables.
De hecho, según un estudio del Banco de la Reserva Federal de St. Louis, entre 2011 y 2021, la Reserva Federal devolvió casi US$ 1 billón al Tesoro.
Pero la situación actual de pérdidas está ligada al agresivo ciclo de aumento de tasas de interés, que llevó el nivel de referencia de prácticamente el 0% al 5,5%. Por esta razón, la Fed dijo en marzo que sus pérdidas en papel el año pasado ascendieron a US$ 114.300 millones.