Finalmente, luego de un 2022 cargado de desequilibrio y volatilidad, los inversores de la famosa cartera 60/40 están gozando de un buen arranque. Concretamente, del mejor inicio de año desde 1991.
Un informe de Bank of America detalló que la famosa cartera compuesta en un 60% por acciones y un 40% por bonos acumula un retorno del 6,8% en lo que va del año, principalmente por las expectativas de que la Reserva Federal dejará de ser tan violenta con sus ajustes monetarios.
El reporte también indicó que los inversores colocaron US$ 7.400 millones en fondos de bonos y retiraron la misma cantidad de las acciones durante la última semana. En cambio, en la semana anterior, invirtieron US$ 7.800 en los activos de renta fija y US$ 16.000 millones en los de renta variable.
“Creemos que los bonos tendrán una década difícil, pero registrarán rendimientos positivos en 2023”, sostuvo el estratega Michael Hartnett. “Simplemente, todo el mundo espera que la Fed haga recortes y que los políticos entren en pánico a través de más cheques de estímulo, reembolsos, condonación de deuda, ante el primer sonrojo de la recesión”, agregó.
Por este motivo, los bonos, tanto públicos como privados, están generando atractivos intereses que están sirviendo para balancear un portafolio centrado principalmente en acciones, llevando a esta combinación a su histórico éxito que le dio una alta popularidad.
En este marco, Jason Pride, director de inversiones en Glenmede, comentó que “el punto de partida en 2022 para una estrategia 60/40 fueron las valoraciones de capital premium y las tasas nominales bajas, con pagos en efectivo cercanos a cero”.
Pero aclaró que ahora "el 40% de renta fija parece normal y el 60% de renta variable no parece tan horrible". "Preferimos la renta fija y esperamos desafíos para la economía que favorezcan los bonos de alta calidad sobre las acciones", concluyó.