A pesar de que todas las miradas están puestas en la inauguración del gasoducto que une Vaca Muerta con Salliqueló el próximo 9 de julio, hay otra obra igual o más urgente que pasó desapercibida y que llega justo para evitar un escenario de desabastecimiento en la zona de Córdoba y el noroeste argentino.

Se trata de la reversión de las plantas compresoras de Leones y Tío Pujio que, desde este lunes, permiten incrementar el flujo de gas de 7 a 10 millones de metros cúbicos diarios y así abastecer a la provincia mediterránea con los recursos de Vaca Muerta.

El hecho que motivó la aceleración de los trabajos para llegar a “cortar la cinta” de las plantas antes de la llegada del frío extremo que dispara la demanda gasífera, fue la decisión de Bolivia de recortar sus envíos en un 50% para este año, anunciada a fines de diciembre.

De hecho, en los primeros cinco meses del año ni siquiera se llegó a cumplir con este compromiso y se despachó un promedio de 5,9 millones de metros cúbicos diarios, con varios meses en torno a los 3 Mm3/d que ponían al límite el abastecimiento de la demanda regional. 

Cabe recordar que toda la zona de Córdoba y el NOA sólo pueden ser alimentadas por el llamado “Gasoducto Norte”, un caño que fue pensado para transportar gas desde los yacimientos salteños -que hoy ni siquiera producen 4 Mm3/d- y posteriormente se adaptó para conectar con los pozos bolivianos.

Con ambas cuencas en total declino, los consumos de esa región del país pasaron a depender de las reformas en infraestructura para viabilizar la conexión con los hidrocarburos neuquinos. La urgencia de la obra era tal, que el Gobierno autorizó un aumento tarifario adicional del 15% exclusivamente dedicado a que la transportista TGN financie la construcción que demandó más de 3.000 millones de pesos.

“La adecuación de Leones y Tío Pujio contempló la modificación de los colectores de succión y descarga, interconexiones de los gasoductos troncal y loop existentes, trabajos civiles, eléctricos y de instrumentación complementarios, que incluyen la adecuación de los sistemas de control. También contempló las pruebas hidráulicas en 3 segmentos del Gasoducto Norte troncal y el incremento de la presión operativa en los Tramos 10 y 11”, informaron desde la compañía.

De este modo, se generará un ahorro fiscal estimado en 23 millones de dólares al mes en sustitución de importaciones, pero lo más importante es que se evita un escenario de estrés que podía dejar a muchas industrias y usuarios sin el fluido.

“Hoy Bolivia está mandando 8 Mm3/d, está cumpliendo. Pero tuvo algunos problemas los meses previos y si llega a enviar menos de 5 Mm3/d, vamos a estar muy complicados en invierno, incluso con esta obra en marcha. Por eso es tan importante que el Gobierno licite cuanto antes la reversión total del Gasoducto Norte”, explica a Forbes una fuente de la industria que, a su vez, destaca la ayuda del clima en este comienzo de la temporada invernal donde no se sufrieron días demasiado fríos que espiralicen el consumo.

El “Reversal del Norte” permitiría elevar estos 10 Mm3/d que hoy se empiezan a despachar en sentido sur-norte a unos 19 Mm3/d, eliminando así la dependencia hacia Bolivia y sustituyendo esas importaciones.

“La demanda del norte está entre 22 a 24 Mm3/d. Hasta el invierno del 2024 con esta obra deberías estar bien sumado a los 3 Mm3/d que produce Salta. El tema es si no se llega con la reversión del norte a esa fecha o si Bolivia sigue disminuyendo sus envíos. Ahí vamos a estar complicados y podemos entrar en situaciones de corte de suministro”, advierten en el sector.

Ya en una segunda etapa que todavía ni siquiera cuenta con financiamiento ni plazos estimados de ejecución, la reversión del caño se ampliaría a 29 Mm3/d. Ahí sí se habilitarían exportaciones hacia el norte de Chile, Bolivia y, eventualmente, Brasil, además de potenciar la demanda interna del NOA que hoy tiene que recurrir al uso de combustibles líquidos -más caros y contaminantes- por la imposibilidad de abastecerse con gas natural.