La llegada de Donald Trump al poder no aliviará las presiones antimonopólicas para las grandes tecnológicas
Esta presión continua sobre las grandes tecnológicas por parte de los reguladores antimonopolio federales indica que el gobierno no buscará alejarse de los casos en el litigio en curso contra Amazon, Apple, Google y Meta.

La elección de los reguladores antimonopolio por parte del presidente electo Donald Trump indica que el escrutinio de las grandes tecnológicas durante la administración Biden probablemente continuará durante el mandato de Trump.

Los nominados de Trump (Gail Slater como fiscal general adjunta para cuestiones antimonopolio en el Departamento de Justicia, Andrew Ferguson para presidir la Comisión Federal de Comercio y Mark Meador como tercer comisionado republicano en la FTC) tienden a alinearse más estrechamente con el ala populista del Partido Republicano, que apoya una aplicación más estricta de las normas antimonopolio, especialmente en lo que respecta a las grandes tecnológicas.

Esta presión continua sobre las grandes tecnológicas por parte de los reguladores antimonopolio federales indica que el gobierno no buscará alejarse de los casos en el litigio en curso contra Amazon, Apple, Google y Meta.

Estas agencias iniciaron las investigaciones que resultaron en muchas de estas demandas durante el primer mandato de Trump, lo que ya es una señal de continuidad en la próxima transición.

 

Además, la reciente investigación sobre Microsoft por parte de la FTC, que todavía está en curso, puede continuar bajo el nuevo liderazgo de la agencia. Por lo tanto, es probable que la esperanza de un alivio inmediato provocado por el cambio de administración se desvanezca.

Sin embargo, la ventaja que estos nuevos reguladores pueden suponer para estas corporaciones es que las sanciones que se buscan en estos casos pueden ser menos extremas que si los reguladores de la administración Biden hubieran permanecido en su lugar.

Por ejemplo, en el caso del Departamento de Justicia contra Google por su dominio en las búsquedas en línea, un Departamento de Justicia dirigido por Trump puede que ya no busque obligar a la empresa a deshacerse de su navegador Chrome.

En cambio, el nuevo liderazgo del Departamento de Justicia puede buscar sanciones menos drásticas, que es más probable que incluyan algún tipo de remedios conductuales, como la forma en que Google utiliza los datos que recopila a través de su navegador.

 

Dada esta mentalidad más abierta de los reguladores antimonopolio, existe una mayor probabilidad de que estas empresas tecnológicas busquen acuerdos que eviten largas batallas judiciales bajo la administración Trump.

Si bien este puede no ser un resultado probable, ya que estas empresas tienen los recursos para luchar y apelar las decisiones si lo desean, alcanzar un acuerdo de este tipo era casi imposible bajo la administración Biden, a menos que las empresas hicieran concesiones significativas.

En este momento, es difícil saber qué tan probables son esos resultados. Sin embargo, cuán posible puede ser podría hacerse evidente en los primeros meses después de que se confirmen estos reguladores, si no durante el proceso de confirmación.

Estas ventajas para las grandes tecnológicas reflejan los cambios filosóficos más significativos que se esperan de los reguladores antimonopolio de Trump al reemplazar a los reguladores de Biden.

 

Los cambios probablemente incluirán dar mayor valor a los remedios conductuales y volver a enfatizar las teorías tradicionales del daño, como el estándar de bienestar del consumidor.

Si bien el Financial Times se ha referido a Slater y Ferguson como agresivos, esa evaluación se hace cuando se los compara con sus pares republicanos, no cuando se los compara lado a lado con los funcionarios de la administración Biden, la presidenta de la Comisión Federal de Comercio Lina Khan y el fiscal general adjunto para asuntos antimonopolio Jonathan Kanter.

Las grandes empresas tecnológicas pueden ser las menos beneficiadas por el cambio de gobierno presidencial, pero es probable que el sector experimente un alivio marginal, aun cuando siga estando entre las principales prioridades de los reguladores antimonopolio y sea la industria bajo mayor escrutinio.

*Con información de Forbes US