La inflación de octubre mostrará una desaceleración tras haber marcado dos meses consecutivos en los niveles más altos de las últimas tres décadas, según los últimos relevamientos privados y del gobierno. El dato oficial se conocerá seis días antes del balotaje del 19 de octubre, aunque los analistas advierten que puede haber un nuevo salto durante el último bimestre, si es que el próximo gobierno avanza en un ordenamiento en el descalabro de los precios relativos de la economía.
La buena noticia para el ministro-candidato Sergio Massa es que el antepenúltimo Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec del año se ubicará por debajo del 12,7% de septiembre y el 12,4% de agosto, influidos por el impacto de la devaluación post PASO. La mala es que a pesar de que no se descarta que la variación del indicador vuelva a un dígito, todavía se encuentra en niveles muy elevados.
El jefe de research de Ecolatina, Santiago Manoukian, dijo a Forbes que esperan una inflación en la zona del 10% e incluso algo por debajo de ese valor. La volatilidad de los tipos de cambio paralelos en la segunda quincena fue menor a lo esperado, a lo que se sumaron los congelamientos del dólar oficial, transporte, luz, gas, combustibles. Hay que tener en cuenta que en los últimos dos meses el IPC acumuló 27%, con una inercia que se consolida en niveles cada vez más elevados, detalló.
Esperamos para 2023 una inflación acumulada en torno al 190%, con impacto en el último bimestre de los desdoblamientos cambiarios y en la carne vacuna tras la subas que se registraron en el Mercado de Cañuelas. Hasta que no se encare integralmente este problema, mediante un plan de estabilización consistente, difícilmente veamos un cambio de rumbo sostenible más allá de alguna mejora en el margen, sostuvo Manoukian.
La consultora Econviews también estimó que la inflación de octubre estará cerca del 10% e incluso puede ser un poco menor debido a los congelamientos de los principales rubros y un menor arrastre estadístico. De todos modos, pronosticaron que en noviembre la inercia volverá a los dos dígitos mientras que una eventual devaluación del próximo gobierno en diciembre sumará presión en el verano.
Por lo pronto, ya subió la nafta, lo cual pegará algo este mes y más el que viene. A esto se sumarán más descongelamientos, entre ellos el del dólar. Diciembre todavía queda muy lejos, pero creemos que será aún peor dado que tendremos el primer impacto de la devaluación. Con todo esto, la inflación cerrará el año en 185%, el registro más alto desde 1990, sostuvo el informe de la consultora que dirige Miguel Kiguel.
El relevamiento que lleva adelante Eco Go, de Marina dal Poggetto, arrojó para la tercera semana del mes una variación del 1,7% en alimentos. En paralelo, la proyección del nivel general para octubre es de 9,8%, es decir, una baja de 1,2 puntos respecto a la semana previa.
La medición que publica semanalmente el secretario de Política Económica, Gabriel Rubinstein, arrojó un alza de 2,2% del 16 al 22 de octubre y un acumulado de las últimas cuatro del 8,4%. Vale aclarar que ese indicador no es comparable con el que realiza el Indec, aunque le pone un piso a la inercia actual.
Un reporte de Wise Capital destacó que las proyecciones a la baja, aunque en niveles elevadísimos, tuvieron que ver con la calma de los dólares financieros y el sorpresivo resultado electoral del 22 de octubre. La brecha cambiaria cayó considerablemente, aunque se encuentra en niveles récord, y las expectativas de un salto discreto del tipo de cambio también mermaron.
La victoria de Massa en las elecciones generales disipó el riesgo de una espiralización en noviembre, ya que la posibilidad de avanzar hacia la dolarización que propone su competidor Javier Milei perdió fuerza tras los comicios. La situación es tan frágil que queda supeditada al cortísimo plazo.
Desde Invecq resaltaron puntos que jugarán a favor del gobierno y otros que no, pero la premisa es que la inflación seguirá desbocada: A favor jugará la fijación del tipo de cambio oficial, así como una menor volatilidad en los mercados alternativos -al menos durante esta semana-. Además, con Massa en carrera, las chances de que las empresas respeten los acuerdos de precios incrementan. Sin embargo, la devaluación encubierta, las crecientes restricciones a las importaciones, y una importante inercia inflacionaria seguirán presionando al alza. Con todo, aún cabe esperar una inflación mensual de dos dígitos para lo que resta del año.
Pese a la calma transitoria poselecciones, la situación sigue siendo crítica, y ninguno de los desequilibrios macro ha desaparecido: inflación corriendo a un ritmo mensual de dos dígitos, con una notable dispersión de precios relativos -inflación reprimida-; un tipo de cambio oficial que se atrasó más de 30% desde la devaluación posPASO; una brecha cambiaria en niveles récord; reservas netas negativas en USD 7.500 M, que caerán aún más cuando se le pague más de USD 3.000 M al Fondo en los próximos días; un desbalance fiscal y monetario in crescendo, de tamaño preocupante; entre otros, advirtió Invecq.