Si la temperatura global aumenta 3 grados Celsius en este siglo, miles de millones de personas perderán sus medios de vida y la producción económica mundial podría reducirse hasta un 34 %. Sin embargo, invertir menos del 2 % del PBI ahora podría evitar la mayor parte de esas pérdidas, según un informe innovador elaborado por Boston Consulting Group (BCG) y la Universidad de Cambridge.
Tras analizar datos económicos y climáticos, los autores del informe concluyeron que la mayor parte del daño económico derivado del cambio climático no será consecuencia directa de desastres como inundaciones o incendios, sino de la pérdida de productividad. La disminución de la producción laboral, las interrupciones en la cadena de suministro y el colapso de industrias clave —como la pesca y el turismo— figuran entre los principales factores de riesgo.
Entre 2000 y 2023, las pérdidas directas en Estados Unidos por desastres naturales vinculados al cambio climático ascendieron a 700.000 millones de dólares, pero los daños a la productividad fueron casi seis veces mayores, alcanzando los 4 billones de dólares.
"Lo que destaca es que la pérdida de productividad, y no solo la destrucción de capital, es la principal causa del daño económico", señaló Kamiar Mohaddes, profesor asociado de Economía y Políticas en la Cambridge Judge Business School y coautor del informe. "También es evidente que el cambio climático reducirá los ingresos en todos los países y sectores, afectando a industrias que van desde el transporte hasta la manufactura y el comercio minorista, no solo a la agricultura y otros sectores comúnmente asociados con la naturaleza", remarcó.
No obstante, el informe también destaca que, con una inversión equivalente al 1 % o 2 % del PBI en medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a los impactos climáticos, el calentamiento global podría limitarse a 2 grados Celsius. Esto permitiría reducir los daños económicos hasta en un 90 %, con pérdidas que representarían solo entre el 2 % y el 4 % del PBI.
Para alcanzar este objetivo, las inversiones en mitigación deberían multiplicarse por nueve, mientras que las destinadas a fortalecer los sistemas de adaptación tendrían que aumentar por 13. A pesar del esfuerzo requerido, los autores del informe aseguran que el retorno de la inversión resulta convincente.
"La justificación económica para la acción climática es clara, pero aún no se conoce ni comprende ampliamente", sostuvo Annika Zawadzki, directora general y socia de BCG, y coautora del informe. "La inversión tanto en mitigación como en adaptación podría generar una rentabilidad aproximadamente diez veces mayor para 2100", agregó.
Los autores concluyen que estos retornos representan una enorme oportunidad para la humanidad. Al analizar el promedio de entre el 11 % y el 27 % de la producción económica acumulada obtenida mediante inversiones climáticas, descubrieron que:
- Con solo una ochentava parte del ahorro resultante, es decir, 324.000 millones de dólares, se podría erradicar la pobreza extrema en todo el mundo.
- Una séptima parte de los ahorros alcanzaría para cubrir todas las necesidades globales de inversión en infraestructura durante este siglo, en sectores como la energía, las telecomunicaciones, el transporte y el agua.
- El gasto en atención sanitaria podría triplicarse a nivel mundial.
- Una octava parte de los ahorros permitiría cubrir todos los gastos militares globales hasta el año 2100.
El informe detalla cinco pasos clave para concientizar al público y a los líderes políticos sobre los riesgos de la inacción y las oportunidades que ofrece la inversión climática:
- Replantear el debate sobre los costos del cambio climático, incorporando, por ejemplo, el costo económico de la acción climática en la agenda de las Naciones Unidas y en otras reuniones multilaterales.
- Generar mayor transparencia sobre el costo neto de la inacción, mediante informes sólidos sobre el riesgo climático elaborados por las empresas y evaluaciones macroeconómicas periódicas por parte de los bancos centrales.
- Fortalecer las políticas climáticas nacionales para acelerar la mitigación y la adaptación, priorizando la financiación y las medidas que ayuden a las comunidades a enfrentar los riesgos climáticos.
- Revitalizar la cooperación internacional en materia de cambio climático, impulsando la presentación de planes climáticos nacionales ambiciosos antes de la cumbre COP30, que se celebrará en noviembre de 2025 en Belém, Brasil.
- Mejorar la comprensión del costo neto de la inacción, analizando los impactos acumulativos del cambio climático sobre la economía global a lo largo de este siglo.
El informe de BCG-Cambridge se publica poco después de otro estudio realizado por analistas financieros, que advierte que los objetivos climáticos actuales de los países implican riesgos de "impactos sociales y económicos catastróficos", ya que no contemplan amenazas significativas para la naturaleza y la sociedad.
En enero, el Instituto y Facultad de Actuarios (IFoA), integrado por especialistas en riesgo e incertidumbre financiera, alertó que "el cambio climático no mitigado y los riesgos derivados de la naturaleza se subestimaron enormemente", lo que podría provocar una caída del 50 % del PBI mundial entre 2070 y 2090.
En relación con la publicación de dicho informe, Sandy Trust, autor principal y miembro del Consejo del IFoA, expresó a los medios: "No puede haber economía sin sociedad, y una sociedad necesita un lugar donde vivir. La naturaleza es nuestra base, ya que nos proporciona alimentos, agua y aire, así como las materias primas y la energía que impulsan nuestra economía. Las amenazas a la estabilidad de esta base representan riesgos para la prosperidad humana futura, y debemos tomar medidas para evitarlos".
*Con información de Forbes US.