Hace varios años que se habla de “la guerra del streaming”, tanto para analizarla como para menospreciarla. Incluso algunos directivos de compañías audiovisuales internacionales llegaron a decir en entrevistas que “no existía tal guerra”, aunque al poco tiempo se los vio presentando el servicio de streaming de la empresa para la que trabajan.
Lo cierto es que la “guerra del streaming” existe y cada vez es más feroz. En la actualidad hay por lo menos ocho plataformas que compiten por la atención, y el dinero, de los usuarios. El objetivo es claro: conseguir la mayor cantidad de suscriptores para que el ingreso por mes en base a las membresías no pare de aumentar. Pero al haber cada vez más competencia, la complejidad de lograrlo es mayor. Y es que la mayor parte de la población no puede sostener el pago de todos los servicios al mismo tiempo y debe elegir sus preferidos.
Eso lleva a que la “guerra del streaming” se dispute en el campo del contenido. Ya sea el existente, comprándolo para transmitirlo de forma exclusiva, o desarrollando nuevo que sea atractivo para los espectadores.
Según un relevamiento del Financial Times, las 8 plataformas más importantes de streaming de Estados Unidos gastarán cien mil millones de dólares durante el 2022 con el objetivo de atraer a los suscriptores. Entre ellas se destacan Disney+, que invertirá US$ 33 mil millones entre producción y derechos deportivos, y Netflix, que planea un presupuesto de 17 mil millones de dólares para producir y comprar series y películas.
Así se está librando la guerra del streaming
"La única forma de competir es gastando cada vez más dinero en contenido premium", le dijo el analista de medios Michael Nathanson al Financial Times. El problema es que nadie está seguro de ganar. Los balances de todas las compañías señalan que deberán afrontar pérdidas en sus sectores de streaming. Tanto Disney como Netflix, Amazon y HBO saben que no recuperarán su dinero invertido, por lo menos a corto plazo.
La única que dice tener la oportunidad de llegar al “break even”, es decir cubrir los gastos, es Netflix. Por lo menos así lo señalaron sus directivos en el último encuentro con los accionistas. Pero para lograr deberán sumar una buena cantidad de suscriptores y por ese motivo apuntan a producir más temporadas de sus series exitosas como es el caso de El Juego del Calamar, Borgen o The Crown.
Incluso, luego de que la Casa de Papel llegara a su fin, uno que fue estirado hasta más no poder, ya se anunció una remake con actores coreanos que se producirá en ese país. Algo parecido ocurrió con El Juego del Calamar, cuyo creador no quería hacer más temporadas por cuestiones artísticas pero los directivos de Netflix lo convencieron a base de millones para que haga más episodios. Exprimir los contenidos hasta agotarlos parece ser el sistema más utilizado por la plataforma de la N.
El problema con los suscriptores
Con la pandemia del coronavirus, todas las plataformas vieron un aumento en la cantidad de suscriptores. Como las personas tenían que estar en sus casas debido a los aislamientos, la contratación de estos paquetes creció. Sobre todo para Netflix, que fue una de las primeras en implementar el servicio de streaming.
Sin embargo, con las recientes aperturas y permisos para salir, muchos decidieron suspender sus membresía, algo que se notó en la disminución del incremento de usuarios. Además, en los últimos meses se sumaron competidores fuertes como Disney+ y HBO, ambas opciones atractivas con catálogos extensos y precios competitivos.
Actualmente, Netflix lidera la tabla de servicios de streaming con 214 millones de suscriptores. Mientras tanto, Disney+ aseguró superar los 118 millones y HBO los 45 millones. Por el lado de Amazon, es más difícil de calcular ya que en Estados Unidos por ejemplo al adquirir una cuenta en la plataforma de ecommerce también se otorga la de Prime, su servicio de streaming. Según los datos de la compañía de Jeff Bezos, la cantidad de cuentas abiertas es de 150 millones.
Si eso es suficiente para sostener el negocio, es algo que nadie sabe. Probablemente, la industria se acomode durante los próximos años y muchas de las plataformas dejen de existir o sean compradas por otras más grandes para sumar su catálogo. Por el momento, es algo difícil de predecir y quien diga tener la bola de cristal al respecto probablemente esté mintiendo.
Lo que sí es cierto es que el gasto en contenido audiovisual será cada vez más y, probablemente, el más alto en la historia de la humanidad. De hecho, según los datos recientes, la deuda de Argentina con el Fondo Monetario Internacional es de 44 mil millones de dólares. Por lo que el gasto de las plataformas de streaming podría cubrirla. Y queda resto para cubrir un futuro préstamo.