La deuda pública alcanzó en junio los US$403.809 millones, equivalente al 65% del Producto Bruto Interno (PBI) y un nuevo récord para la gestión de Alberto Fernández. Durante el actual Gobierno el endeudamiento denominado en moneda extranjera creció 4% mientras que el stock en moneda local casi que se duplicó. El problema con este último punto es que el 97% de los vencimientos en pesos está indexado al tipo de cambio o a la inflación, una pesada herencia para la gestión que asuma a partir del 10 de diciembre a la hora de aplicar una corrección cambiaria.
La Secretaría de Finanzas publicó esta tarde su informe de deuda pública en el que consignaron que hasta el mes pasado el stock de deuda bruta ascendió a US$403.809 millones. De ese total, US$401.303 millones se encuentran en situación de pago normal.
“El 36% del total en situación de pago normal es pagadero en moneda local mientras que el 64% restante en moneda extranjera” indicó la dependencia que conduce Eduardo Setti.
En detalle, los compromisos aumentaron US$4.960 millones entre mayo y junio. Esa variación se explicó por la caída de la deuda en moneda extranjera por US$1.852 millones y el aumento en moneda local por US$8.812 millones. El incremento fue de US$25.270 millones durante los últimos 12 meses.
El jefe de research de Romano Group, Salvador Vitelli, comentó que la deuda pública alcanzó un nivel récord para la gestión de Alberto Fernández. “El endeudamiento creció en dólares (4%) y en pesos (99%). El stock total subió 24,5%. Los que venían a desendeudar el país no lo hicieron en absoluto”, apuntó el economista.
En ese sentido, Vitelli destacó el fuerte incremento de la deuda en moneda nacional: pasó de US$71.500 millones en diciembre de 2019 a US$142.600 millones el mes pasado. La variación fue del 99% en ese período, es decir, se duplicó el stock de compromisos en pesos.
De ese total, el 97% de los vencimientos que deberá afrontar el Tesoro se encuentran atados a la evolución del tipo de cambio oficial o a la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec. Esa composición implicará un problema para el equipo económico de quien ocupe la Casa Rosada a partir del 10 de diciembre si es que quiere avanzar en una corrección del tipo de cambio oficial.
Es que, según explicó Vitelli, un salto del dólar generaría un incremento en el stock de deuda local pero la aceleración inflacionaria que resultará de la devaluación también haría lo propio con los títulos atados al IPC.
El Tesoro se vio obligado a ofrecer dicha cobertura a los inversores para conseguir financiamiento ante la incertidumbre propia de los años electorales, la cual se profundizó por los desequilibrios macroeconómicos acumulados durante los últimos años. La deuda en pesos será una de las pesadas herencias que deberá enfrentar el próximo Gobierno.