La caída de Ethereum enciende las dudas de analistas e inversores sobre su futuro
Contributor Group Trefis Team Colaboradores
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Ethereum, la segunda criptomoneda más importante del mundo —solo superada por Bitcoin— sufrió una caída drástica en 2025. Su precio se desplomó más de un 50% en lo que va del año y quedó por debajo de los promedios de 50 y 200 días. Ante este escenario, inversores y analistas comenzaron a preguntarse qué puede pasar con lo que alguna vez se consideró la columna vertebral de las finanzas descentralizadas.
La gran pregunta es qué factores empujan a Ethereum hacia abajo y cuál podría ser el destino de esta plataforma blockchain que marcó un antes y un después en el ecosistema cripto.
Uno de los problemas más importantes que enfrenta Ethereum es la proliferación de redes de escalado de Capa 2. Arbitrum, Base, Optimism y ZKsync Era surgieron con el objetivo de resolver las limitaciones de escalabilidad de Ethereum. Sin embargo, generaron un efecto colateral que afecta directamente a la red principal: el desvío de ingresos.
Cada vez que los usuarios eligen operar en estas redes de Capa 2, en lugar de hacerlo directamente sobre Ethereum, las comisiones por transacción ya no van a la red original, sino a las organizaciones que gestionan estas soluciones paralelas. Este cambio debilitó el modelo económico de Ethereum, que depende de esas comisiones como parte de su sustento.
La posibilidad de aplicar una tarifa sobre las operaciones que se procesan en Capa 2 parecería una solución lógica. Pero eso iría en contra del espíritu de estas redes, que se diseñaron para reducir los costos de transacción. Procesan las operaciones fuera de la cadena principal y solo envían resultados agrupados a Ethereum. Si se encarecen esas transacciones, pierden la ventaja competitiva que las hizo atractivas en primer lugar.
Las dificultades que atraviesa Ethereum se dan en un contexto de correcciones generalizadas. Bitcoin cayó un 10% en lo que va del año, lo que refleja que todo el sector cripto enfrenta tensiones.
El golpe no se limita al universo de las criptomonedas. Los mercados bursátiles tradicionales también se vieron afectados. El S&P 500 retrocedió un 10%, presionado por el aumento de las tensiones arancelarias y comerciales.
La incertidumbre macroeconómica que generaron las disputas comerciales internacionales creó un clima de aversión al riesgo. Ante ese escenario, muchos inversores decidieron salir de activos especulativos como las criptomonedas y refugiarse en alternativas más seguras.
El dominio de Ethereum también se debilitó frente al avance de otros proyectos dentro del universo blockchain. Muchos inversores comenzaron a retirar fondos de Ethereum para redirigirlos hacia desarrollos que prometen mejores rendimientos o ventajas tecnológicas más claras.
La posible aprobación por parte de la SEC de un ETF vinculado a XRP, el token de Ripple, podría acelerar ese desplazamiento. Si se concreta, XRP podría superar a Ethereum y quedarse con el segundo lugar en capitalización de mercado, lo que marcaría un cambio fuerte en la jerarquía cripto que se mantuvo durante años.
Hoy, la capitalización de mercado de XRP ronda los US$ 120.000 millones, mientras que la de Ethereum se ubica en torno a los US$ 190.000 millones.
El camino que tiene por delante Ethereum aparece cuesta arriba. Aunque todavía aloja miles de plataformas descentralizadas y cuenta con una comunidad activa de desarrolladores, su modelo económico sufre presiones desde distintos frentes. Si no logra nuevas formas de generar valor, podría seguir perdiendo terreno frente a competidores más veloces y con estructuras más livianas.
Quienes defienden el proyecto confían en que las mejoras técnicas previstas y la consolidación del mecanismo de consenso por prueba de participación sirvan como impulso para una recuperación. Un ejemplo concreto es la reciente aprobación en Hong Kong de un ETF de Ethereum que incluye la opción de staking.
Ese mecanismo permite bloquear ETH para colaborar en la protección de la red y recibir recompensas a cambio. Al participar, los usuarios contribuyen en la validación de transacciones y en el mantenimiento de la red, pero deben inmovilizar temporalmente sus activos, lo que impide transferencias o ventas mientras estén comprometidos.
De todas formas, con la presión que ejercen competidores cada vez más sólidos, Ethereum enfrenta una disputa abierta si quiere recuperar el liderazgo que supo tener entre las plataformas de contratos inteligentes.
Nota publicada por Forbes US