La Argentina recibió de China un "préstamo puente" para hacer frente a parte del vencimiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI) del 31 de julio pasado. A diferencia de lo que había afirmado ese día el ministro de Economía, Sergio Massa, no se utilizó y tampoco fue activado todavía el segundo tramo del swap de monedas. De hecho, del primer tramo habilitado quedan yuanes sin utilizar por el equivalente a unos US$1.200 millones.
Del último staff report que analizó el Board del FMI surgieron detalles sobre la evolución del acuerdo de monedas por US$5.000 millones que habilitó el Banco Popular Chino en enero pasado. Allí consignaron que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) había utilizado hasta mediados de agosto aproximadamente US$3.800 millones de ese primer tramo habilitado.
Del monto consumido, US$1.800 millones se destinaron a importaciones del país asiático, US$900 millones fueron convertidos a dólares para cancelar deuda con bonistas privados y US$1.000 millones para pagarle al Fondo en junio por primera vez en la historia. Para completar esta última operación se incluyeron casi US$1.700 millones en DEGs que estaban en poder de la autoridad monetaria y fueron comprados por el Tesoro.
El documento del Fondo aclaró que el gigante asiático concedió además un "préstamo puente" en yuanes por el equivalente a US$1.700 millones para que el país cancelara el compromiso previsto para finales de julio por US$2.700 millones. El saldo se completó con US$1.000 millones que aportó la Corporación Andina de Fomento (CAF). Ambos créditos fueron reembolsados el miércoles luego de que el FMI diera luz verde al desembolso pendiente de US$7.500 millones.
"La activación de un segundo tramo por un importe equivalente al del primero sigue siendo objeto de discusión", apuntaron los técnicos del Fondo.
Esa información contrasta con lo que había informado Massa el pasado 31 de julio a través de un mensaje grabado. El titular del Palacio de Hacienda había informado que el Gobierno chino "amplió el uso del segundo tramo del swap" para que la Argentina no ingresara en atrasos con sus obligaciones de deuda. Ante la consulta de Forbes Argentina, desde el Ministerio de Economía prefirieron no realizar declaraciones al respecto.
Sin embargo, desde el BCRA confirmaron a este medio que el segundo tramo del swap con China no se encuentra activo. "Hasta que no terminemos los primeros US$5.000 millones no nos van a habilitar la segunda etapa", explicaron las fuentes.
Según pudo reconstruir Forbes con testimonios de miembros del directorio de la autoridad monetaria que prefirieron no ser identificados, de los US$1.700 millones del crédito puente al FMI había unos US$400 millones en yuanes "no convertibles", que de todos modos fueron aceptados por el organismo.
"Ellos tienen dos tipos de yuanes: continentales y de la isla. Los primeros son convertibles a dólares y los otros no. Como no alcanzaba lo que quedaba del primer tramo para pagar, se usaron unos US$400 millones no convertibles. Por suerte el Fondo los aceptó", comentó una de las fuentes.
La escasez de reservas en el BCRA que profundizó la sequía y la dilación en las negociaciones con el FMI obligaron al Gobierno a buscar alternativas para no ingresar en atrasos con el organismo mientras se llevaba adelante una negociación clave. Para Economía fue importante poner en duda el rol del Fondo como prestamista de última instancia, aunque las maniobras sirvan para ganar más tiempo que expectativas de estabilidad.
A los US$7.500 millones que giró el Fondo la semana pasada tras la aprobación del Directorio hubo que descontarle los "créditos puentes" que consiguió Massa y sus respectivos intereses. La CAF había prestado cerca de US$1.000 millones en julio, China otros US$1.700 millones y Qatar US$800 millones. Pero al menos hubo un leve alivio en las alicaídas reservas de la autoridad monetaria.
No obstante esta mejora transitoria, la consultora Invecq advirtió que la situación cambiaria sigue siendo crítica: "La brecha entre el blue y el tipo de cambio oficial está en torno a 110% (pese a la devaluación posPASO), y el Banco Central cerró la semana con US$ 4.000 millones de reservas netas negativas; un nivel sumamente bajo, no sólo en relación con la meta acordada con el FMI (se deberían acumular más de US$ 7.000 M en los próximos meses), sino también considerando el contexto de volatilidad e incertidumbre actual y futuro, así como el deseo del Gobierno de mantener fijo el tipo de cambio en $350 hasta fines de octubre -y los financieros sin sobresaltos-".