No todo se escapa de las garras de la AFIP. Puede que los argentinos tengan US$ 360.000 millones bajo el colchón y lejos de la órbita del ente recaudador, pero no todo corre con esa suerte. Según un comunicado oficial, la Administración Federal de Ingresos Públicos avanza contra los morosos. ¿El objetivos de la misión? Recuperar más de 800 millones de pesos en deudas acumuladas por contribuyentes.
La herramienta utilizada para garantizar el cumplimiento de esas obligaciones tributarias adeudadas son embargos sobre billeteras virtuales. La justicia ya habilitó 1269 medidas sobre activos digitales de personas que acumulaban pasivos impagos.
El organismo encabezado por Mercedes Marcó del Pont incorporó en febrero a las billeteras virtuales al listado de activos sobre los cuales puede solicitar la traba de embargos con el objetivo de asegurar el cobro de obligaciones impagas acumuladas.
La decisión le permitió a la AFIP ampliar su capacidad para garantizar el cumplimiento de las obligaciones tributarias. A lo largo de los últimos cuatro meses, juzgados de todo el país autorizaron los 1269 embargos por más de $ 800 millones sobre billeteras virtuales. Magistrados de Tucumán, Catamarca, Santa Fe, San Juan, Salta, Jujuy, Chaco, Formosa, Misiones, Entre Ríos, Ciudad de Buenos Aires, Neuquén, Córdoba, Santa Cruz, Chubut y distintos distritos de la provincia de Buenos Aires, entre otros, aprobaron las solicitudes realizadas por los funcionarios y las funcionarias de la AFIP con el objetivo de recuperar los montos adeudados a través de embargos a activos digitales.
El blanco en los activos digitales
Los embargos sobre contribuyentes morosos que la AFIP requiere a la justicia se concretaban sobre cuentas bancarias, bienes muebles, inmuebles y créditos, entre otros. El desarrollo de los medios electrónicos de pago y su extendido uso llevó a la AFIP a incluir a las cuentas digitales en el listado de activos pasibles de ser embargados para cobrar deudas.
Para determinar sobre qué cuentas solicitar la traba de embargos, el organismo se abastece del régimen informativo que, como sucede con las entidades financieras, obliga a las empresas del sector a reportar información referida a las cuentas de sus clientes.
La normativa de la AFIP no establece un orden de prelación sobre qué activos se debe avanzar primero a la hora de solicitar la traba de un embargo para cobrar deudas. No obstante, la práctica muestra que las medidas comienzan con los activos más líquidos, como las cuentas bancarias. Cuando el saldo disponible es insuficiente o los contribuyentes no poseen ese tipo de colocaciones se procede a solicitar embargos sobre otros activos.
La práctica muestra que las medidas comienzan con los activos más líquidos, como las cuentas bancarias. Cuando el saldo disponible es insuficiente o los contribuyentes no poseen ese tipo de colocaciones se procede a solicitar embargos sobre otros activos.
Las ejecuciones de las deudas fiscales con la AFIP, el paso posterior a la traba de embargos, estuvieron suspendidas durante 19 meses como parte de las herramientas implementadas para amortiguar los efectos económicos de la pandemia.
A lo largo de ese período, el organismo puso a disposición de los contribuyentes distintas herramientas que permitieron avanzar en la regularización de pasivos acumulados como consecuencia de la crisis del gobierno anterior así como resultado de la irrupción de la pandemia.
Según la AFIP, “en línea con el proceso de recuperación económica que experimenta el país y con el objetivo de proteger el interés fiscal”, el organismo retomó en febrero las ejecuciones fiscales de contribuyentes morosos. La AFIP inició las ejecuciones fiscales a los contribuyentes más riesgosos y con mayores montos de deuda. El proceso que se está realizando en forma gradual sumó la posibilidad de solicitar embargos sobre activos digitales.
Casi 10.000 contribuyentes morosos
A principios de este año, AFIP había detectado 9.800 contribuyentes morosos. En aquel momento, el organismo anunció que solicitaría a la Justicia el embargo de las billeteras virtuales para asegurar el cobro de $ 24.000 millones en impuestos adeudados.
Estas billeteras son una herramienta digital con la que se puede pagar cuentas e impuestos, realizar compras en comercios físicos o vía online, gestionar inversiones e incluso transferir dinero, tal se realiza con dinero en efectivo o con tarjetas de débito o crédito.
“El dinero depositado en esas billeteras se embargará en caso de que no sea suficiente o no alcance con la cuenta bancaria a un deudor judicializado”, aclaró la AFIP, quien agregó que “el desarrollo de los medios electrónicos de pago permite incluir a las cuentas digitales entre los activos pasibles de ser embargados”.
El uso de billeteras virtuales en la Argentina
Las restricciones por el Covid-19 y las medidas de prevención adoptadas por la gente en sus operaciones bancarias consolidó el uso de los medios de pago electrónico. Como consecuencia, la Argentina se convirtió en el país donde más aumentó el uso de los agregadores y billeteras virtuales.
Según el X Informe de Tendencias de Medios de Pago de Minsait Payments, el 66% de las personas aumentó el uso de billeteras virtuales. El mayor incremento se dio en la utilización del celular, a través del QR estático, pasando de un 34% a un 54% en el último año.
La perspectiva obtenida en las encuestas a la población es coherente con la opinión de los expertos, de los cuales 8 de cada 10 coinciden en el proceso de desaceleración del uso del dinero en efectivo, aunque 3 de cada 10 ven riesgo de reversibilidad tan pronto finalice la crisis sanitaria.
La Argentina es el segundo país latinoamericano, por detrás de Brasil y Chile, que menos aversión tuvo a tocar dinero en efectivo.
Por otro lado, 9 de cada 10 directivos coinciden en que el impacto que la pandemia aceleró la digitalización de los pagos. Sin embargo, 1 de cada 4 señala que aún existe falta de acceso a estos medios de pagos y cobro digitales, una realidad mucho más visible en Latinoamérica, donde está teniendo lugar un significativo crecimiento de la bancarización y donde la población parece ir más rápido que la adaptación a estos sistemas.