Los especialistas en opinión pública suelen decir que inflación y actividad económica son los dos indicadores que más influyen a la hora del voto. Con un nivel general de precios que a pesar del rebote de los últimos meses figura entre los aspectos más valorados en las encuestas, la gran asignatura pendiente del programa económico de cara a las elecciones pasa por un mayor dinamismo en el ritmo de crecimiento del PBI.
Sobre todo, porque el país viene de dos años consecutivos de recesión y más de una década de estancamiento, factores que tuvieron una incidencia directa en la pobre generación de empleo formal y el retroceso de los salarios.
Los datos muestran que a nivel intermensual desestacionalizado, la economía está creciendo desde mayo del 2024 y, de forma interanual, desde noviembre. Aunque a un ritmo que no se llega a reflejar en el bolsillo.
No obstante, el último informe del Indec registró un salto mayor al esperado y las principales consultoras se muestran optimistas de cara a lo que resta del año. "El dato del EMAE fue muy bueno, sorprendió con un crecimiento de casi el 1% mensual. Hacia adelante, vemos un segundo trimestre que va a desacelerar producto de la inflación que subió desde marzo, pero en la segunda parte del año la actividad va a repuntar con fuerza y va a llegar a las elecciones con un buen nivel. Calculamos que va a estar terminando el año en torno al 5 o 5,5%", afirmó Jerónimo Montalvo, economista de Abeceb.
Desde C&T se expresaron en un sentido similar, pero fueron todavía más optimistas respecto a la velocidad de crecimiento. "El ritmo de crecimiento de enero y febrero fue más alto de lo que esperábamos. El año tuvo un arrastre estadístico muy bueno, pero también un crecimiento punta a punta. Y lo positivo es que está empezando a llegar a los sectores más rezagados, aunque a algunos todavía les falta. Nosotros esperamos una suba del 5,9% para este año. Esto es condición necesaria para que se sostenga la recuperación de los salarios reales y el empleo. Son noticias muy importantes para las elecciones", destacó María Castiglioni.
En cuanto a los motores de esta recuperación, en Abeceb anticipan una consolidación de los que ya crecían en 2024 como energía y minería y un rebote en varios que atravesaban una fuerte crisis como la industria manufacturera.
"En agro esperamos un leve crecimiento por los precios internacionales y por la recomposición de stocks del sector ganadero. En industria van a liderar los sectores más mercado internistas por la mejora de los salarios reales y el mayor acceso a financiamiento. Vemos creciendo a línea blanca, a alimentos y bebidas y equipamiento para el sector agropecuario", dijo a este medio la economista Mariangel Ghilardi.
En cambio, entre los rubros que quedarían afuera de esta mejora, en Abeceb señalan a los textiles, la construcción y algunos servicios como hoteles, restaurantes, educación y empleo doméstico.
"Hay un desafío en la apertura de importaciones y en todos los rubros vinculados a la construcción que está golpeada por el incremento de costos en dólares. En servicios, el ingreso disponible de los hogares es más acotado luego del reacomodamiento de precios relativos y eso no ayuda", agregaron.
Cómo impacta la salida del cepo
El nuevo régimen cambiario fue otra de las sorpresas de este otoño y su efecto en la economía todavía está siendo analizado, con un dólar que aún no se sabe en qué nivel se estabilizada a mediano plazo.
Para Mateo Borenstein, economista de Empiria, "la salida del cepo será muy beneficiosa para el crecimiento en el mediano y largo plazo, pero en el corto plazo, el consumo se podría ver levemente afectado dado que las tasas podrían subir y por el impacto de la volatilidad cambiaria en el salario real".
Milagros Gismondi, de Cohen Asociados, también hizo foco sobre la tasa de interés y afirmó que "puede limitar un poco el dinamismo, pero sin llegar a una recesión. Es necesario una tasa positiva para que siga el peso fuerte, pero va a ser cara para la actividad".
Desde Epyca también proyectaron complicaciones con la salida del cepo "porque el tipo de cambio sigue muy apreciado y la aceleración de la inflación de estos meses va a generar caída de los salarios reales", según explicó a Forbes, Florencia Fiorentín.
Por el contrario, María Castiglioni mostró una visión mucho más positiva a partir del incentivo que dará el nuevo régimen cambiario a la inversión.