Frente al nuevo Gobierno y las medidas que está tomando, parte del empresariado siente que hay una oportunidad para que por fin el país movilice recursos y capacidades, para acercar inversiones y generar empleo. Javier Goñi, gerente General de Ledesma, sostiene que "hay buenas perspectivas" pero admite que la primera parte del año "será dura y complicada".
En este escenario, la compañía mantiene su plan de inversiones para 2024 y está terminando una nueva planta para producir vajilla descartable fabricada con pulpa de caña prensada, con una visión sustentable del negocio, sin resignar la búsqueda de rentabilidad.
Para Goñi las claves hoy pasan por tener un marco jurídico previsible, una "convergencia hacia un marco impositivo más pro actividad" y un "marco laboral con mayor flexibilidad" para generar condiciones de contratación.
Con el nuevo gobierno hay nueva agenda y tal vez un cambio de época. ¿Qué espera para los próximos meses?
Siempre que hay un cambio de gobierno se renueva la expectativa. Argentina no genera empleo privado hace más de 10 años, hay muchas trabas para los negocios y cambiar eso puede realmente liberar el potencial del país. Hasta ahora hay buenas expectativas, aunque obviamente la situación es bien dura y complicada, y requerirá un esfuerzo grande de todos.
¿Hay que atravesar este puente hasta marzo o abril y después mejora?
Tenemos una primera parte del año más compleja pero la buena noticia viene por el lado del clima, que por ahora está acompañando muy bien. Eso va a hacer una diferencia muy grande versus el año pasado, la humedad de los suelos está muy bien y la siembra soja y maíz está avanzando bien. La otra palanca importante es la reducción de la importación de energía, que también generará un superávit versus este año. Son dos grandes diferencias y eso va a permitir darle más dinámica a la economía.
¿Están revisando el presupuesto 2024 con el cambio de gobierno o mantienen las proyecciones originales?
Nuestro ejercicio va de mayo a mayo, con lo cual estamos en el medio del ejercicio. Habíamos previsto que con el cambio de gobierno iba a haber algún reacomodamiento de las variables macroeconómicas, pero están bastante en línea a lo que teníamos previsto, así que por ahora no hemos hecho ningún cambio.
Tenemos un agresivo plan de inversiones, que seguimos ejecutando. Estamos ahora finalizando una nueva nave en Jujuy para hacer vajilla descartable a partir de pulpa prensada, para reemplazar el plástico de único uso. Se demoró un poco por el tema de las SIRAs pero ya está todo encaminado. Iba a estar produciendo en enero-febrero, ahora será en marzo-abril y todo el plan de inversiones, que es bastante interesante, sigue tal cual.
¿Cuál es la inversión prevista para este ejercicio y cuánto se destinará al proyecto de pulpa prensada?
Este proyecto es una inversión de US$ 5 millones en la primera etapa. Compramos tres máquinas para hacer 50 millones de unidades anuales. Pero la nave ya está diseñada y construida para poner tres máquinas más en un futuro, si el mercado funciona bien. Y a nivel global de la compañía invertimos este año alrededor de US$ 45 millones en renovación de equipos.
¿El nuevo proyecto está pensado para el mercado local o exportación?
En principio, para el mercado interno, pero estamos viendo que hay un interés enorme por este producto y estamos con contacto con gente de Chile, de Uruguay, de Paraguay, que están muy interesados.
Tanto azúcar como papel, las dos actividades principales de Ledesma, apuntan al mercado interno. ¿Cómo ve el consumo dado que se espera más inflación?
Es verdad que azúcar y papel van al mercado interno, pero en azúcar también exportamos (90.000 toneladas el año pasado), lo mismo en papel. Sin duda, por lo menos en los próximos meses, habrá algún acomodamiento del consumo y una caída. Probablemente, en azúcar no lo veamos tanto, porque es un alimento que se sigue consumiendo. Sí puede haber una caída mayor en papel.
En este escenario la estrategia es volcarnos a la exportación y los mercados ya los tenemos desarrollados. En los últimos años, como teníamos mucha demanda interna, no podíamos dar abasto, y dejamos de exportar un poco.
En el caso frutas (jugos y aceites) es todo negocio de exportación. La naranja no va a tener retenciones, aunque el limón sí. Se abrió el mercado de EE.UU. para el limón y ahora estamos esperando que se abra ese mercado para la naranja (fruta fresca). Sería una oportunidad enorme para Argentina.
¿Hay negociaciones con el gobierno de Biden por las naranjas?
Sí, está muy avanzado desde el lado argentino, falta que Estados Unidos lo convalide. La verdad que la cantidad que exporta Argentina no tiene gran impacto en ese país, así que esperemos que se concrete, sería muy importante. Ledesma es el principal exportador de cítricos de Argentina por segundo año consecutivo.
Este año hubo faltantes de azúcar en las góndolas y subas de precios importantes. ¿Está garantizado hoy el abastecimiento?
Está buenísima la pregunta para aclararlo. Venimos de dos años de seca muy fuerte, en los que cayó mucho la producción, y es cierto que hubo bastante tirantez en el abastecimiento, pero ahora ya está normalizado porque los rindes fueron mejores de lo esperado. Así que no debería haber problemas de abastecimiento.
¿El precio ya está en un punto de equilibrio o pude haber un salto?
El azúcar tenía precios muy atrasados, pero ya se equilibró. Hay que ver la inflación para adelante pero hoy está en un precio razonablemente equilibrado.
¿Cómo está hoy el negocio de Ledesma en producción y ventas?
En el ejercicio que terminó en mayo de este año produjimos alrededor de 3 millones de toneladas de caña, y alrededor de 100.000 toneladas de papel. Más o menos el 10% de esos tres millones es la cantidad de azúcar, parte para consumirlo, parte es alcohol (bioetanol) y parte se exporta. Hay que recordar que de lo que uno carga en el auto hay un de 12%, 6% es alcohol de caña y el 6% alcohol de maíz. El bioetanol es un camino interesante, baja la huella de carbono.
La sustentabilidad es lo que viene…
La sostenibilidad está en el ADN de los 115 años de Ledesma. En Jujuy Ledesma donó el Parque Nacional Calilegua, son 65.000 hectáreas y además tenemos 100.000 hectáreas de bosques protegidos. Y el año pasado recibimos uno de los primeros préstamos verdes del Banco Francés.Es lo que se viene. Por eso certificamos la huella de carbono Ledesma Naty y nuestros cuatro campos están certificados con la norma RTRS, que es la más exigente para soja y maíz, así que estamos muy avanzados.
A diferencia de 2015/19 ¿esta vez las inversiones llegarán más rápido?
Hay un gran número de empresarios, nosotros incluidos, que pensamos que había que hacer un cambio de rumbo. Seguramente, hay cosas que no nos van a gustar, pero creemos que es necesario para el país de una vez y para siempre que realmente haya un quiebre. Venimos en decadencia en los últimos 30 años. Esperemos que esta vez permitan que rápidamente se puedan hacer inversiones que generen empleos.
¿Qué pide hoy el empresariado para movilizar inversiones?
Desde mi visión, sin dudas, que haya primero previsibilidad en el marco jurídico, porque las inversiones son de mediano a largo plazo. Que las reglas del juego estén claras, que si invertís, sabés que después podés pagar dividendos.
Número dos, hay que ir haciendo una convergencia hacia un marco impositivo un poco más pro actividad. Hoy tenés impuestos que son muy distorsivos, una carga importante para las economías regionales.
El tercero es el marco laboral, tiene que haber mayor flexibilidad. Hoy tomas una persona y el día de mañana, si tenés que hacer un cambio, quedás preso de leyes, multas y abogados que buscan quedarse con la mayor parte. Es un sistema que hay que cambiar.
¿Expectativas para 2024?
Los primeros cinco o seis meses del año van a ser complicados, pero tenemos que empezar a ver algunas señales que permitan ver que vamos en el camino indicado. Con previsibilidad y un direccionamiento, por más que el camino sea duro, todo se encamina si al final ves la playa.