El sendero de desaceleración inflacionaria está chocando con una barrera del 4% que luce muy compleja de perforar. Luego de cinco meses consecutivos a la baja, el IPC llegó al 4,2% en mayo y desde ahí no ha presentado grandes mejoras. Un panorama que se repetiría en el mes de agosto por causa de los precios regulados.
La mayoría de las consultoras anticipan un dato muy similar al de julio, que con un 4% resultó más alto de lo que esperaba el mercado. Ahora, en cambio, el consenso de los analistas marca señales que indicarían un panorama más adverso.
Desde Lambda Consultores sostienen que ya el valor de julio dejó un piso alto con una inflación núcleo del 3,8%, es decir, 0,6 puntos porcentuales por encima de los proyectado.
“El piso elevado en la inflación núcleo emerge principalmente de los servicios. La inflación “no transable” dentro de la inflación núcleo está viajando a un ritmo muy por encima de la inflación general y más parecida al ritmo de crecimiento de los salarios formales. Esta forma de “inercia” pone al gobierno frente a un dilema complejo: sin un instrumento para modificarla, la inflación “viaja” a un ritmo más elevado que el deseado por el gobierno, que es la contracara de la recuperación de los ingresos. Sin herramientas de precios y salarios, cortar la inercia es truncar la recuperación”, explican.
Otra luz roja que marcan es la aceleración de la inflación mayorista respecto del mes anterior. “El principal problema del piso alto de inflación es cambiario. El gobierno sigue buscando que la inflación converja al ritmo del deslizamiento. Pero si el piso se mantiene en los niveles de julio, para diciembre casi toda devaluación real de diciembre habrá desaparecido. Si se internaliza la necesidad de una corrección cambiaria, también se adelanta una suba de precios, que empieza a descontarse desde hoy. Modificar el esquema cambiario conlleva el riesgo de convalidar una inflación que quede muy elevada”, agregan.
Por su parte, en Eco Go, una de las pocas que acertó el IPC de julio, dicen que el dato de agosto tendría un leve repunte para ubicarse en el 4,1%. Según sus informes, la mayor presión vendría por los aumentos en transporte y comunicaciones (9,9%), seguido de salud (4,3%), alimentos y bebidas (3,8%), indumentaria (3,8%), vivienda (3,6%) y educación (3,6%).
Respecto a los productos que más aumentaron en la segunda semana de agosto, en Eco Go destacan a las aves frescas y congeladas en primer lugar (8,8%), fiambres y conservas (7,4%), semipreparados en base de ave (6,9%) y pan envasado (6,5%).
Una mirada similar tienen desde Aurum Valores, donde estiman un 4% en el dato general. “Vemos que hay un crecimiento de precios en las últimas semanas a contramano de lo que se veía en julio. Más aun considerando que la núcleo está estabilizada en 3,8% desde hace varios meses y la mayorista de julio fue mayor que la de junio. Eso repercute en la parte de bienes que es la que venía tirando abajo el número de la minorista”, subraya Pablo Repetto.
En C&T se muestran algo más optimistas, cuando en julio habían sido una de las consultoras que anticipaban el dato más elevado (4,4%). “Mirando cuatro semanas móviles, a mediados de mes, vemos una leve baja respecto de julio, teniendo en cuenta que tuviste desde la semana pasada aumento de colectivos y otras subas de regulados. Así, proyectamos 3,5% de inflación para agosto y la núcleo en 3,1%”, indicó a Forbes María Castiglioni.