El nuevo Gobierno a cargo de Javier Milei empezó a sanar las cuentas del Estado y mostró tanto una sólida voluntad de pago de deudas como una fuerte postura promercado. En consecuencia, muchos inversores locales poco a poco comenzaron a apostar por algunos bonos soberanos en dólares que habían sido muy castigados en años anteriores justamente por las razones inversas.
El incremento en la demanda se vio reflejado en los precios de los títulos. En promedio, los Globales acumulan una suba del 32% en lo que va del año, con algunos bonos incluso subiendo más de un 40% en moneda dura. De esta forma, los rendimientos se comprimieron hasta rondar el 20%.
Pero no sucedió lo mismo con los bonos subsoberanos, es decir, provinciales. En estos casos, si bien hay una mayor variedad, lo cierto es que los principales avanzaron una media de 5% desde el arranque del 2024, y muchos incluso retrocedieron. En tanto, los de mejor desempeño se revalorizaron alrededor de un 15%.
“Desde que comenzó el año, la performance en los bonos provinciales fue más floja que la de los soberanos, y esto se debe a algo a priori bastante lógico: Nación ajustó lo que las provincias aún no”, comentó Mauro Carrizo, asesor financiero en Cocos Capital.
“Eso se vio reflejado en la suba en las paridades de los soberanos, mientras que a los bonos provinciales aún les falta algunas señales que podrían venir luego de un potencial Pacto de Mayo”, añadió el especialista.
Sin embargo, en junio, los bonos provinciales mostraron una mayor fortaleza que los títulos soberanos, en especial los de Neuquén debido a su vínculo con Vaca Muerta.
“Los bonos provinciales se mantuvieron resilientes en las últimas semanas, no sólo en cuanto a los movimientos que sufrieron sus pares soberanos por la inestabilidad reciente, sino también relativo a lo que sufrieron los indicadores fiscales debido al recorte de las transferencias desde la Nación”, detalló Eric Ritondale, economista jefe en Puente.
De todas maneras, de cara al futuro, la deuda de la provincia no resulta tan atractiva, principalmente al ser comparada con la de Nación, ya que esta depende directamente de las decisiones de Milei y Luis Caputo, ministro de Economía, quienes están firmes en sus posturas de déficit cero.
“No esperamos un mejor dinamismo relativo a lo ya evidenciado en el primer semestre, en tanto el margen de compresión adicional es muy limitado, a diferencia de los soberanos que podrían tener una apreciación considerable de mostrar el Gobierno un mayor delivery en los próximos meses, en lo cambiario fundamentalmente”, indicó Ritondale.
En este contexto, Carrizo señaló que una opción más sensata y comparable podría ser el Bopreal serie 3 (BPY26), el cual se negocia con una tasa interna de retorno (TIR) del 22% y su riesgo corresponde al Banco Central de la República Argentina (BCRA), que también se está “saneando” poco a poco.
“Sabemos que la posibilidad de default es muy baja y da perspectivas a tener muy buenas inversiones, buenas rentabilidades sin mucho esfuerzo, entendiendo que, si vemos el promedio del S&P 500 durante más de cinco años, es del 11% anual y tiene más volatilidad que estos bonos”, sostuvo Joaquín Arregui, socio de la consultora Extensio Inversiones.