El dilema se repite. ¿El inversor debería cubrirse de la inflación o del tipo de cambio en 2022? “El inversor debería estar más preocupado por la inflación que por el tipo de cambio. Este año vamos a tener seguramente la mayor inflación en más de 30 años, porque se parte de un número alto (51% en 2021), pero con mucha inflación reprimida, ajustes de tipo de cambio y tarifas por delante”, plantea Francisco Mattig, Portfolio Manager de Consultatio Asset Management.
Luciano María, CEO de Itaú Asset Management, aporta la misma mirada: “Al igual que en 2021, el inversor debe resguardarse principalmente de la inflación. Los precios correrán por arriba del tipo de cambio oficial, del libre y de la tasa de interés, dado que el muy alto precio de las commodities, más el acuerdo con el FMI, permitirán eludir un salto discreto del tipo de cambio”. Y aclara: “La diferencia respecto de 2021 es que vemos al dólar oficial devaluándose por arriba del libre y cayendo la brecha por debajo del 100%”.
Paula Gándara, Head Portfolio Manager de Adcap Asset Management, hace un recorrido por las distintas opciones de cobertura: “Dado el contexto macro, esperamos un retorno parejo para los instrumentos que ofrecen cobertura por inflación, devengamiento de tasa y devaluación. Sin embargo, en orden de preferencia, están primero los bonos CER”.
En carrera
¿Qué estrategia diseñar para este contexto? Lo primero que deberá saber el inversor más conservador es que obtener rendimientos iguales o superiores a la inflación implicará, probablemente, tener que poner un pie en el mercado de capitales y asumir más riesgo. Diego Martínez Burzaco, Head de Research de Inviu, va al punto: “Lo más conveniente es ir por una estrategia con bonos soberanos atados a la inflación o FCI con ese objetivo. Mi sensación es que, a pesar de que el BCRA inició un proceso de suba de tasas de interés de referencia, por un tiempo vamos a seguir viéndolas por debajo de la inflación. La tasa real será difícil de alcanzar en el corto plazo con plazo fijo”.
En ese contexto, el instrumento más tradicional para el inversor argentino, el plazo fijo, no alcanza para ganarle a la suba de precios. El BCRA dispuso en febrero una nueva suba de tasas de interés de referencia que mejoran el panorama, pero no lo dejan por encima del objetivo. “La tasa nominal actual para plazos fijos es de 41,5% anual, o una tasa efectiva para 30 días de 3,41%”, dice Silvia Trujillo, Product Manager de Fondos de Inversión de Santander Argentina. “El plazo fijo tiene un rendimiento cierto, lo que se ajusta a un inversor conservador.
Cuando ese rendimiento alcanza niveles de tasa positiva, además de conservar el capital, mantiene el poder adquisitivo. Para aquellos inversores que avizoren un escenario de tasas de interés reales positivas y sean de perfil conservador, los plazos fijos pueden ser resultarles un producto suficiente para sus objetivos y necesidades”, explica Trujillo.
Ganar la carrera o empatarla es conseguir rendimientos por encima de la inflación mensual, que ronda el 4%, y la perspectiva de los analistas es que en el año estará más cerca del 60% que del 50%. Así el escenario, subir un escalón para lograr rendimientos reales positivos lleva a mirar instrumentos que ajusten por esa variable. Una alternativa pueden ser los plazos fijos UVA. La contra es que el dinero debe permanecer inmovilizado durante 90 días.
La siguiente “parada” en la ruta de la cobertura son los FCI, una herramienta sencilla para inversores no demasiado acostumbrados a operar en el mercado de capitales. “Sugerimos a aquellos inversores que tengan excedentes de pesos con necesidad de liquidez a mediano/largo plazo tomar posición en instrumentos que ajusten por CER”, dice Nicolás Lo Valvo, analista senior de Balanz, y apunta a los FCI linkeados a la inflación, que en el caso de la gestora es el Institucional con un rendimiento de 59,5% en 2021”.
“Vemos el mayor potencial de upside de los productos ajustados por inflación: dado que suman retorno por el carry del CER, que corre al 4%, más la potencial aceleración, producto de la más rápida tasa de devaluación. Dentro de los FCI, recomendamos el Adcap Balanceado II”, recomienda Gándara.
Mariano Calviello, Head Portfolio de Fondos Fima, apunta dos fondos de la familia que administra que invierten mayoritariamente en activos con ajuste CER: FIMA Renta Pesos, que se enfoca en un plazo entre 4 y 6 meses, y FIMA Renta Plus, que invierte con un horizonte entre 9 y 12 meses. “En nuestro escenario base el mayor riesgo para el primer semestre de 2022 es el de una aceleración de la inflación, con lo cual sugerimos colocarse en instrumentos ajustables por CER, y no a tasa fija”, dice Soledad Tortarolo, gerente de Research Renta Fija de Allaria Ledesma, y sugiere a tal fin el fondo Allaria Renta Fija CER, que en enero 2022 rindió un 4,37%, ganándole a la inflación, que fue de 3,9%.
Cartera de bonos
Inversores que se animan a armar su propia cartera también encuentran respuesta en los instrumentos que ajustan por CER. “Son los indicados para cubrirse contra la inflación. Si bien han tenido un gran desempeño y su alta demanda podría ponerlos más caros, siguen siendo los mejores activos para cubrirse ante este riesgo”, aclara Gándara.
Maximiliano Donzelli, jefe de Research de IOL invertironline, dice: “Sugerimos tres activos que cumplen con los objetivos de lograr un rendimiento en pesos igual o por encima de la inflación. Para resguardar el valor contra la inflación con una cobertura directa, el TX23 es un bono que ajusta su capital por CER. Al momento de recibir su pago, el inversor recuperaría su dinero en base a un valor indexado”.
La segunda recomendación tiene que ver con la estrategia de tasas de interés reales positivas que deberían llegar tras cerrar el acuerdo con el FMI: “Recomendamos el bono Badlar de la Provincia de Buenos Aires con vencimiento en mayo del 2022 (PBY22). Tiene un rendimiento similar al plazo fijo, pero con la ventaja de poder disponer de la inversión de forma inmediata y de capturar subas de tasas de interés”. Finalmente, recomienda incluir instrumentos a tasa fija como el TO26 con rendimientos por encima de la inflación esperada para este año. Vence en octubre de 2026.
“El inversor conservador debería seguir apuntando a proteger el capital de movimientos en precios y tipo de cambio. El contexto internacional ayuda a que la tasa de devaluación del dólar mayorista pueda estar por debajo de la inflación, por lo que seguimos prefiriendo títulos ajustables por CER, aunque siempre es buena la diversificación, y en el espacio dollar linked nuestro top pick es el T2V2, que vence en noviembre”, subraya Juan Manuel Franco, economista de Grupo SBS.
La recomendación de PPI va por incorporar a la cartera una posición mayor en instrumentos ajustables por inflación de corto plazo como el BONCER22 (TX22/T2X2), combinada con una exposición menor a títulos más largos como el Discount Pesos (DICP). Con estas estrategias el inversor se acercará a empatar o superar a la inflación.
Atarse al dólar
Cubrirse en dólares es una estrategia que los argentinos siempre buscan para la parte media y larga de sus carteras. En busca de alternativas que generen una buena cobertura respecto de la evolución del tipo de cambio, el camino puede ir hacia los instrumentos dollar linked (atados al dólar oficial) que se negocian en pesos o a los emitidos en dólares.
En este sentido, Pablo Haro, gerente de Banca Personal de Grupo SBS, plantea que “para aquellos inversores que busquen estar protegidos frente al dólar implícito, la mejor opción es posicionarse en bonos corporativos de empresas con un sólido perfil crediticio”. Recomienda los bonos de Tecpetrol 2022 (TTC1O) y Pampa Energía 2023 (PTSTO). “Ambos están emitidos bajo legislación estadounidense y pagan capital e intereses en dólar cable. Pueden conseguirse con rendimientos superiores a 5% y 8%, respectivamente”.
Desde Mariva encuentran que los bonos de la curva dollar linked son una alternativa interesante, más ahora que se comienza a ver el acomodamiento de la política del BCRA para convencer al FMI. Tanto como cobertura o como especulativo, mantienen valores atractivos para el inversor. “Por otro lado –avanza Haro–, seguimos viendo valor en las coberturas al tipo de cambio oficial y acá destacamos a nuestro FCI SBS Capital Plus. Si bien en 2021 el rendimiento de este tipo de instrumentos fue inferior a la tasa de interés, sigue siendo atractivo mantener la cobertura, ya que la variación del tipo de cambio nominal prevista por los participantes del REM es de 57% para 2022 y de 43% para 2023”.
Tortarolo, de Allaria, describe un escenario en el que el tipo de cambio se moverá en línea con la inflación, lo que implica que, si nuestros socios comerciales (Brasil y China) siguen apreciando sus monedas, se podría ganar competitividad con el tipo de cambio real multilateral. “Los meses que el Gobierno podría acelerar el tipo de cambio oficial o hacer un pequeño salto son mayo-julio, porque para ese momento llevaremos varios meses de casi nulo financiamiento monetario, acumulación de reservas y reducción de los futuros de dólar vendidos por el BCRA”. Como cobertura de tipo de cambio, recomienda el bono soberano dollar linked con vencimiento en noviembre y la ON Hard Dollar de Tecpetrol que vence en diciembre.