Peter Oppenheimer, uno de los principales estrategas de Goldman Sachs, brindó dos noticias para los inversores, una buena y una mala: las acciones estadounidenses no están sobrevaloradas, ya que cotizan "a la perfección", pero, por esta razón, son susceptibles a una corrección.
"Si bien esperamos que los mercados de acciones sigan avanzando durante el año en su conjunto, en gran medida impulsados por las ganancias, son cada vez más vulnerables a una corrección impulsada ya sea por nuevos aumentos en los rendimientos de los bonos y/o decepciones sobre el crecimiento de los datos económicos o las ganancias", explicó el especialista.
Tras una suba del 26% en los últimos doce meses, el S&P 500 se está negociando en 5.918 puntos. Y si bien Oppenheimer no predijo una corrección a corto plazo, es decir, una caída de más del 10% desde el máximo, ofreció tres razones para que el mercado sea cauteloso.
Primero, señaló que la velocidad de los recientes aumentos de precios en las acciones probablemente esté reflejando gran parte de las buenas noticias que Wall Street espera sobre el crecimiento económico de este año.
Además, Oppenheimer hizo referencia a las altas valoraciones de las acciones que limitarán los rendimientos futuros. De hecho, Goldman Sachs concluyó que es "extremadamente difícil" para las empresas mantener altos niveles de ventas y márgenes de ganancia durante largos periodos de tiempo.
Por último, el ejecutivo sostuvo que "una concentración de mercado inusualmente alta aumenta los riesgos de la cartera", en referencia a las grandes tecnológicas (Apple, Amazon, Alphabet, Nvidia, Microsoft, etc.) que representan grandes porciones del S&P 500 y otros índices.
Por todas estas razones, Oppenheimer estima que el S&P 500 mismo tendrá un rendimiento total de apenas el 3% nominal durante la próxima década, el cual sería uno de los peores desde 1930.