Phil Camporeale, administrador de carteras de la unidad de Gestión de Activos de JP Morgan Chase & Co., recientemente dialogó con MarketWatch e indicó que aumentó su exposición al S&P 500 dada su visión alcista.
Desde el mínimo de marzo de 2020 hasta el último máximo histórico de las recientes jornadas, el S&P 500, el índice accionario más representativo del mundo, se revalorizó más de un 107% producto, entre otros factores, de las bajas tasas de interés y de la elevada emisión monetaria estadounidense.
Si bien las tendencias alcistas suelen alegrar a los analistas e inversores, lo cierto es que, cuando un mercado sube de forma tan artificial y se separa tanto de los fundamentos, las alertas de "posible burbuja" se encienden. En estos escenarios, las fuertes caídas podrían estar a la vuelta de la esquina.
Sin embargo, Camporeale no está de acuerdo con el consenso. Según el especialista, el menor ritmo de contagios y el aumento en el consumo por parte de los estadounidenses podrían incentivar un crecimiento económico que achique esta brecha entre valoraciones y datos reales.
Además, según el experimentado gestor de fondos, la política monetaria de la Reserva Federal (Fed) sigue siendo moderada aún cuando se podría acercar el famoso tapering, el mecanismo que consiste en reducir las compras de activos por parte de la entidad monetaria.
Debido a todos estos aspectos considerados, Camporeale está “optimista para tomar riesgos en los Estados Unidos” y su estrategia consiste en adquirir acciones de compañías de alta capitalización bursátil de forma distribuida entre activos de valor y activos de crecimiento. De esta forma, se conseguiría una cierta estabilidad sin sacrificar los potenciales retornos explosivos.
Sin embargo, no todo es color de rosas. De acuerdo al ejecutivo de JP Morgan Chase & Co., aún existe el riesgo de que la Fed aumente bruscamente las tasas de interés para contener la inflación. Esto ocasionaría que las valoraciones actuales de las empresas caigan y que algunos inversores decidan migrar hacia activos de renta fija, lo que generaría una baja en las cotizaciones de las acciones.