El año pasado, asistí al Congreso Inaugural de MedFemTech en París, Francia, con el objetivo de traer a la Argentina los últimos avances en reproducción asistida, sector en el cual trabajo hace dos décadas. Una vez ahí, me encontré con mucho más.
Llegué con dos preguntas: ¿por qué este evento, que fue cofundado por la revista Forbes en Francia y que convoca a líderes de diversos sectores (empresas como Amazon Web Services, consultoras del calibre de McKinsey y KPMG, la Universidad de Oxford, entre otros), se centraba en la salud de las mujeres exclusivamente, en lugar de asumir un enfoque global de la salud? Y si existía FemTech, ¿existía también MenTech? (La respuesta a esta última, vale aclarar, es que no).
Volví a la Argentina con la mirada transformada. Primero, porque tomé conciencia de la deuda que tienen la medicina y la ciencia con el 51% de la población del planeta. Históricamente, la salud de las mujeres fue desatendida o subestimada. La data dice, entre otras cosas, que somos diagnosticadas más tarde que los hombres, que experimentamos más reacciones adversas a los medicamentos que ellos, y que solo el 4% del gasto en I+D de productos de salud se destina a nuestras necesidades específicas (para saber cómo la salud femenina ha sido tratada como una extensión simplificada de la masculina, ignorando diferencias biológicas claves y perpetuando desigualdades, recomiendo el libro La mujer invisible, de la periodista británica Caroline Criado Pérez).
Pero, sobre todo, porque pude experimentar de primera mano la magnitud del fenómeno FemTech a nivel mundial. Un fenómeno con menos de una década de existencia "oficial" (el término en sí mismo, una abreviatura de "tecnología femenina", fue acuñado recién en 2016 por Ida Tin, la emprendedora danesa que cofundó la exitosa app de trackeo menstrual Clue, que cuenta con más de 100 millones de descargas y 11 millones de usuarias mensuales en 190 países), pero cuyo impacto social y económico es ya evidente, mientras que su potencial a futuro parece no tener límites.
Enraizado en su propósito de cerrar la brecha de género en la salud y brindar a las mujeres un control sobre su salud de formas que nunca antes habían sido posibles, FemTech se vale de tecnologías disruptivas como inteligencia artificial, aprendizaje automático, big data e Internet de las cosas para generar soluciones digitales innovadoras. Y se ha convertido en un negocio impresionante: el tamaño del mercado se calcula hoy en US$ 25.100 millones y se estima que podría alcanzar los US$ 60.100 millones para 2027.
"Femtech es un negocio de US$ 25.100 millones y se proyecta en US$ 60.100 millones 2027"
FemTech no es solo una tendencia, sino toda una revolución de la cual apenas estamos vislumbrando la punta del iceberg, con áreas clave donde el crecimiento ya es exponencial, como la salud reproductiva, el bienestar sexual, la gestión de la menstruación y la menopausia. Empresas como Clue, Elvie y Flo (esta última convertida en la primera app de Europa focalizada en salud femenina en alcanzar status de unicornio, luego de levantar US$ 200 millones en julio pasado) lideran la apuesta para seguir innovando en este negocio.
¿Dónde está América Latina en todo esto? Nuestra región es clave, dado que cuenta con algunas de las poblaciones más desatendidas del mundo en términos de ciencia y salud. Por si fuera poco, los desafíos para el sector son grandes y variados, y van desde el financiamiento y la regulación hasta los tabúes socioculturales y la protección de datos. Por eso, si queremos fomentar un ecosistema local, el llamado no debe ser solo al sector privado, sino también a las instituciones públicas. Es que está demostrado, además, que existe una relación directa entre invertir en la salud de las mujeres y un aumento del PBI.
La urgencia -¡y la oportunidad!- de acelerar el desarrollo de FemTech en América Latina es indudable: con nichos desatendidos y un mercado listo para ser explotado, quienes se propongan protagonizar y acelerar su llegada a la región tienen la chance de generar un impacto social y económico sin precedentes. Desde FemTech Latam ya estamos trabajando para desbloquear todo ese potencial que presenta el sector.