HashKey Capital develó los detalles de la estrategia de inversión de su próximo fondo de criptomercados, y declaró a Reuters que sus gestores, con sede en Hong Kong, se centrarán en las altcoins en un esfuerzo por amplificar la rentabilidad.
El fondo, cuyo lanzamiento está previsto para el viernes, asignará menos del 50% del capital bajo su control a bitcoin y Ethereum, centrándose en cambio en monedas con una capitalización de mercado más pequeña que están predispuestas a una mayor volatilidad.
"Vemos una demanda sin explotar por parte de inversores profesionales que desean perseguir el 'alfa' en las criptomonedas", declaró a Reuters el gestor de cartera Jupiter Zheng, refiriéndose a una estrategia de inversión que persigue rendimientos superiores a la media en un sector determinado.
Anteriormente, HashKey dijo que tenía previsto recaudar 100 millones de dólares para el fondo en un plazo de 12 meses. Sus clientes son principalmente particulares con grandes patrimonios y family offices con sede en Asia.
Aunque apostar fuerte por las altcoins tiene el potencial de generar rendimientos superiores a los del mercado, la estrategia no está exenta de riesgos y parece ir en contra de la sabiduría predominante en la criptoesfera tras la caída de 2022.
Además de apreciarse más rápidamente que el bitcoin y el Ethereum durante los mercados alcistas -debido, en parte, a la relativa facilidad para manipular las valoraciones de activos de baja capitalización y escasa liquidez-, las altcoins son notoriamente propensas a desplomarse durante periodos prolongados de sentimiento negativo del mercado.
Los rendimientos de las altcoins
Los datos de CoinMarketCap.com muestran que Ethereum y las tres mayores altcoins detrás de bitcoin (excluidas las stablecoins) tuvo un rendimiento inferior al del líder del mercado de criptomonedas desde que alcanzaron sus respectivos máximos históricos.
Dogecoin, una memecoin popular pero ampliamente ridiculizada, se encuentra actualmente un 91% por debajo de su precio máximo histórico. XRP, el token del ecosistema Ripple, que aspira a convertirse en una red de liquidación para instituciones financieras, bajó un 86%. BNB, el token de utilidad que sustenta el intercambio Binance, perdió un 67% de su valor. Y Ethereum, el ecosistema tecnológico que sustenta la mayoría de las altcoins, cayó un 65%.
Por el contrario, bitcoin perdió el 61% de su valor desde que alcanzó su máximo histórico de casi 69.000 dólares en noviembre de 2021. Actualmente representa el 48,8% del valor de todas las criptomonedas combinadas (incluidas las stablecoins y las monedas envueltas, que reempaquetan el valor de los activos derivados).
Las diferencias del bitcoin
La mayor criptomoneda del mundo también sorteó en gran medida los vientos en contra de la regulación en Estados Unidos gracias a su naturaleza genuinamente descentralizada: en julio, se citó a la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) diciendo que "cada activo [cripto] que no sea bitcoin es un valor" bajo la ley estadounidense. Dicho de otro modo, el bitcoin por sí solo está exento de las mayores obligaciones y obstáculos legales que conlleva el comercio de valores financieros.
La sentencia judicial de esta semana contra la oposición de la SEC a un fondo cotizado en bolsa (ETF) de bitcoin al contado es otra buena noticia para la criptomoneda, ya que facilita a los inversores minoristas y a las instituciones la exposición a la moneda.
La apuesta de HashKey por las altcoins se basa probablemente en la convicción estratégica de que estos activos digitales más pequeños, más arriesgados, más centralizados, menos seguros y, en gran medida, no regulados, protagonizarán una oleada de mayor volatilidad alcista durante el próximo mercado alcista, como hicieron en ciclos de mercado anteriores.
Pero incluso si eso ocurriera, y cada vez hay más razones para dudar de que así sea, los inversores sólo se asegurarían ganancias alfa si sincronizan perfectamente su salida, abandonando el barco antes de la próxima e inevitable caída del mercado de altcoins.
*Con información de Forbes US