La charla forma parte de la segunda edición del Forbes Money Summit, un evento vía streaming en el que más de 20 expertos locales e internacionales analizarán durante dos jornadas la reestructuración de la deuda, oportunidades de inversión, local e internacional y el panorama regional y global post pandemia. Algunos de los speakers, además del profesor Stiglitz, son el ministro de Economía de Ecuador, Richard Martínez Alvarado; el fundador de Consultatio, Eduardo Costantini; el CEO de Greylock, Hans Humes: el exministro de Economía, Hernán Lacunza y el presidente del Banco Provincia, Juan Cuattromo, entre otros destacados empresarios y directivos.
Luego de repasar su extenso vínculo con Argentina (Amo este país) desde lo personal y lo profesional, describió con detalle su vínculo con el ministro Guzmán y el balance de la negociación. Aquí, extractos del reportaje. La entrevista completa se podrá leer en la edición impresa de Forbes de agosto o sucribiéndose al programa del Summit, aquí: www.ticketek.com.ar/money-week/online
¿Está conforme con el acuerdo que logró Argentina, o cree que los rebeldes, obtusos, obstinados e insensibles acreedores privados", tal como usted los definió, finalmente se salieron con la suya?
Fueron obtusos, fueron obstinados y también insensibles. Si hubieran sido más razonables, el acuerdo se habría firmado hace mucho tiempo. De hecho, como sabemos, mientras avanzaban las negociaciones, la economía se iba deteriorando, y obviamente siempre es más fácil partir de una mejor posición. Así que fueron muy obtusos. También fueron obtusos al ignorar las condiciones de sostenibilidad.
El FMI lo dejó bien en claro. En cierta forma fue una negociación peculiar porque la Argentina expuso claramente los parámetros económicos. Presentó el análisis completo. Hasta donde sé, los acreedores no retrucaron en ningún momento. Lo único que podían decir era que querían más. Y yo me cansé de decir: "no pueden sacar agua de las piedras". Me cuesta entender por qué se mostraron tan obtusos, tan testarudos, tan insensibles.
¿Encuentra alguna explicación?
Una posible es que quedó expuesta su falta de juicio al conceder el préstamo hace unos años. Eso debe de haber sido muy vergonzoso para ellos. Nadie quiere cometer errores, creo que eso influyó en el debate. Seguro pensaron que fue estúpido haber hecho esos préstamos. Se supone que ellos son los expertos, pero evidentemente no lo son. Obviamente, no lo van a admitir. Así que van a intentar echarle la culpa a otros.
Usted es el mentor del actual ministro de Economía. ¿Cómo evalúa su desempeño durante la negociación?
Tengo la enorme suerte de que Martín Guzmán trabajara para mí, primero como postdoctorando, después como colega, como parte de mi equipo de investigación, como colaborador, coautor. Y de que colaborara conmigo en un gran abanico de temas, algunos puramente teóricos. Pero quizás lo más relevante para la situación argentina actual es que trabajamos mucho en el análisis de crisis de deuda y en su reestructuración.
Así que el país no podría haber sido más afortunado de tener como encargado de reestructurar la deuda soberana al administrador financiero que más sabe del tema. Es realmente un experto mundial en la materia. Y puso en juego todo ese conocimiento, aunque no fue solo conocimiento, sino también experiencia y también una calma estilo zen para tratar con las actitudes de los acreedores que, digamos, algunos tuvieron una muy mala conducta. Pero él mantuvo el foco en lo que había que hacer y logró el objetivo.
Es cierto, Martín Guzmán es un académico joven y muy respetado. Aunque pasó de una formación muy teórica a la práctica dura, lo cual no siempre es fácil. ¿Experimentó usted algo similar cuando fue asesor de Bill Clinton? ¿Le dio algún consejo a Guzmán antes de que empezara?
Sí, hablamos mucho sobre eso de pasar de la teoría a la gestión, como me pasó a mí con la Administración Clinton y después cuando entré al Banco Mundial, que a su vez son dos instituciones muy diferentes, el gobierno de EE.UU. y el Banco Mundial.
¿Le dio algunos consejos específicos? ¿Cuáles?
Algunos. Martín tenía cierta noción de lo que era porque ya había estado trabajando bastante en la reestructuración de la deuda europea. No es lo mismo que trabajar para un gobierno o el Banco Mundial, pero sí es una entidad pública. Guzmán trabajó mucho para lograr que la Unión Europea adoptara una serie de medidas para la reestructuración. Así que tuvo que trabajar codo a codo con gobiernos y demás. Así que no es que pasó de los cálculos puramente matemáticos al terreno de la política de golpe.
Una de las razones por las que nosotros simpatizamos es que compartimos distintos intereses. Al principio yo era "economista matemático", hacía teoría, igual que él, pero entré en el ámbito académico porque quería contribuir con el mundo, igual que Guzmán. Así que teníamos mucho en común, y la relación fue... es muy enriquecedora. Hablamos mucho. Puedo compartirle algunas de mis experiencias. La misión del ministro Guzmán era llegar a un acuerdo sostenible para la Argentina. Esa misión tomó tiempo, pero logró cumplirse.
¿Por qué demoró tanto?
Se podría haber llegado antes a un acuerdo, pero no hubiera sido tan positivo para la Argentina. Él se mantuvo firme en que no firmaría un acuerdo que no beneficiara a la Argentina, que no fuera sostenible. No firmaría un acuerdo que fuera pan para hoy y hambre para mañana. Vivimos en un mundo muy incierto, lo mínimo que se puede hacer es tratar de lograr un acuerdo que uno sepa que se puede cumplir. Por supuesto que la pandemia complicó mucho más las cosas.
Pero creo que, digamos, una de las razones por las que Guzmán tuvo éxito fue que puso sobre la mesa su compromiso innegable y también su amor por el país, que fue lo que lo hizo volver, de hecho tiene algo que yo también tenía cuando estaba en la Casa Blanca que a otras personas les costaba entender que es cero ambición personal. Yo dejé el mejor trabajo del mundo, el de profesor, y si las cosas no salían bien iba a volver a trabajar como profesor. En el mientras tanto, haría lo que estuviera a mi alcance para hacer lo correcto: atender la pobreza, atender la desigualdad, hacer que la economía fuera más competitiva, más eficiente. Guzmán tiene el mismo compromiso con la Argentina. Creo que eso ayuda muchísimo. Hay una dirección clara, tiene la seguridad de ser un académico con la única ambición de querer ayudar a su país