Junio fue el noveno mes consecutivo con una inflación superior al 3%, pero con una composición que mostró un nivel mayor en el caso de la denominada inflación núcleo que alcanzó el 3,6% y anticipa complicaciones en materia de precios para los próximos meses e incluso para 2022, de acuerdo con el análisis de la consultora Ecolatina.
La entidad rescató que el índice de 3,2% marcó una desaceleración de una décima de punto porcentual respecto de mayo y representó el menor nivel desde octubre del año pasado, pero al mismo tiempo advirtió sobre las presiones inflacionarias para el futuro, que anticipan un 48% para todo 2021 y un piso del 40% para el año próximo.
En ese sentido, Ecolatina remarcó que el 25,3% del primer semestre equivale a una inflación anualizada del 57%, es decir que si en la segunda mitad del año se repitieran los índices de enero a junio, el IPC de 2021 pasaría a ser el más alto de las últimas tres décadas.
De todos modos, la consultora prevé un promedio mensual del 2,8% para los meses que restan del año, con lo que el nivel de 2021 se ubicaría en torno del 48%, en línea con el promedio de los pronósticos difundidos por el Banco Central en el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM). Sin embargo, señaló que se dejarían atrasos pendientes para el año entrante en el que difícilmente la inflación pueda perforar el 40%.
Ecolatina destacó que por segundo mes consecutivo el capítulo Alimentos y bebidas no alcohólicas (el de mayor ponderación en el IPC) se ubicó cerca de 3% (3,2%, similar al nivel general), mostrando una marcada desaceleración respecto al 4,4% promedio que había mostrado en el primer cuatrimestre del año. De todas maneras, el desarme de precios máximos y las subas del precio de la carne otorgaron presiones al capítulo, alertó.
En un análisis de la composición de la inflación del mes, Ecolatina resaltó que la inflación núcleo (que excluye a los precios de productos estacionales y a los regulados) fue del 3,6%, cuatro décimas más que el nivel general, que fue impulsado a la baja por la suba de sólo 0,5% en los estacionales.
La consultora prestó especial atención a la suba de la inflación núcleo, por entender que capta con mayor precisión la inercia al estar despojada de factores coyunturales como fue, en junio, la caída en los precios de frutas y verduras, que habitualmente son los que muestras las oscilaciones más pronunciadas.
La inflación núcleo, indicó, viene ubicándose por encima del 3,5% desde octubre del año pasado, dando cuenta la importante rigidez presente en el proceso inflacionario, especialmente considerando que no hubo un salto importante del tipo de cambio oficial.
Asimismo, Ecolatina puntualizó que en los próximos meses, la reapertura de paritarias, en un contexto en el cual perdió relevancia la pauta del 29%, podría reavivar nuevas presiones, en especial en el caso de los servicios privados, que fueron los que menos aumentaron en el primer semestre.
Por otra parte, recomendó tener en cuenta que el menor alcance de los controles de precios tras el desarme de los precios máximos generará que los bienes de consumo masivo no muestren una desaceleración importante.
A pesar de estos factores, el menor ritmo de depreciación del tipo de cambio oficial y reducidas autorizaciones de subas de los precios regulados en la previa electoral ayudarían a que la desaceleración mensual del Nivel General se reafirme en el segundo semestre del año, admitió.
En consecuencia, la entidad previó que luego de observar una inflación promedio del 3,8% en el lapso enero-junio para el segundo semestre espera que se ubique en torno al 2,8% mensual promedio.
Con estos números, la interanual se mantendrá en la zona del 50% durante los meses del segundo semestre y cerraría con una suba aproximada de 48% en 2021, dejando atrasos pendientes para el año entrante: difícilmente la inflación pueda perforar el 40% en el 2022, finalizó.
Con información de Noticias Argentinas.