El precio del oro creció un 1,6% en la rueda de hoy y cerró en US$ 1.725 por onza, aproximadamente. De esta forma, ya acumula una suba del 6,9% desde el mínimo de dos años alcanzado a finales de septiembre y toca valores no vistos desde mediados del mismo mes.
Luego de que un indicador manufacturero de Estados Unidos se desplomó más de lo esperado, el metal precioso se acercó a su promedio móvil de 50 días. El precio se negoció mayormente por debajo de este promedio desde abril, demostrando la falta de confianza del público inversor.
Ahora, el oro está en una zona clave, ya que el mercado espera las nóminas no agrícolas de Estados Unidos para obtener más indicios sobre el futuro de la política monetaria de la Reserva Federal (Fed).
Una impresión más débil de lo esperado podría disminuir aún más las expectativas de aumento de tasas, reforzando los lingotes en un importante punto de inflexión técnico.
“El oro ha vuelto a romper la marca de los US$ 1.700 la onza, lo que significa que la ruptura por debajo de los US$ 1.660 / US$ 1.700 la onza fue para mí una ruptura falsa”, dijo Georgette Boele, analista en ABN Amro Bank NV. “Probablemente hemos visto los mínimos por ahora", agregó.
Si la economía requiere mayores tasas de interés, entonces los flujos de fondos irán hacia los bonos del Tesoro, lo que reducirá la demanda del commodity, impactando negativamente en su cotización.
“La aversión al riesgo ha disminuido y los inversores dejaron de interesarse en el dólar estadounidense como refugio seguro”, comentó Boele. “Algunos funcionarios de la Fed ya son un poco menos agresivos”, añadió.