Martín Tetaz y su máquina de lanzar billetes fue furor en la TV. De esa forma le mostró a doña Rosa el nivel de emisión diario que, más temprano que tarde, genera más inflación y, por ende, provoca una perceptible caída del poder adquisitivo de los salarios.
No es la única imagen gráfica de ese motor imparable del crecimiento de la base monetaria. Para tomar real dimensión de los billetes que salen a diario de la Casa de la Moneda, se apeló al ícono del argentinismo: el Obelisco. El nivel de emisión es igual a la altura de ocho obeliscos por día, indicó en septiembre en su cuenta de twitter el economista Bruno Panighel.
Pero no quedó ahí la relación. Como en octubre la emisión se aceleró, la cuenta da un poco más: 9,65 obeliscos por día de acuerdo con el acumulado del año, explica Panighel a Forbes. La cuenta es simple: un fajo de 100 billetes de $ 1.000 tiene una altura de 1,5 centímetros; para alcanzar los 67,5 metros del Obelisco se requieren $ 450 millones. Apilado al nivel de emisión entre enero y octubre es de $ 1.312.712.332.040, lo que da $ 4.346.729.576 por día, lo que da casi los 10 obeliscos diarios.
¿Más números? Se emiten $ 181.113.732 por hora, $ 3.018.562 por minuto, $ 50.309 por segundo. Es decir, desde que usted comenzó a leer esta nota (aproximadamente 55 segundos si no hizo una lectura rápida o salteó alguna palabra) se imprimieron casi $ 3 millones. Y estos relucientes y aún calientes billetes cada vez valen menos.
“En Argentina tenemos un problema de dominancia fiscal. El Banco Central tiene que emitir sí o sí al Gobierno porque no hay otra fuente de financiamiento. Hay un Riesgo País por encima de 1.700 puntos que impide el financiamiento externo. Por otra parte, la presión tributaria ya es insostenible”, explica Diego Piccardo, economista de la Fundación Libertad y Progreso.
“Otra fuente de recursos es la emisión de deuda en pesos que realiza el Tesoro todas las semanas, pero al tener un mercado de capitales muy chico es acotada”, dice Piccardo, y agrega: “Actualmente el 30% del financiamiento es mediante los bonos en pesos y 70% es mediante el Banco Central. Si no solucionamos el tema fiscal, el Central va a estar obligado siempre a financiar el desequilibrio de las cuentas públicas, y eso tarde o temprano se va a reflejar en la inflación”.
Para Miguel Kiguel, la relación entre emisión e inflación “no es algo tan rápido ni tan directo, existe y lo demostró Milton Friedman en sus estudios famosos de la relación en el largo plazo del crecimiento de M2 y precios, pero en la Argentina esa relación es mucho más estrecha. Hoy el efecto es rápido porque, cuando hay más emisión, impacta en el dólar y afecta expectativas, y eso lleva a mayor inflación”.
“El Banco Central está emitiendo más y los absorbe con Leliq y las Pases. Hoy estos instrumentos están en un nivel que aún es manejable porque las tasas de interés estuvieron por debajo de la inflación (38% vs. el 50%). Pero no sé cuánto tiempo más se puede zafar”, advierte. Y expresa con preocupación: “Si se corta a tiempo la emisión monetaria y el Gobierno hace un programa razonable con el FMI, creo que no se llega a mayores. Si no hay programa, ahí la cosa se complica”.
Eduardo Fracchia, director del Área Económica del IAE Business School, la escuela de negocios de la Universidad Austral, considera que “la causa de la inflación está relacionada con lo monetario, pero en realidad es un síntoma de una enfermedad más sustantiva. La emisión entonces obedece a que tengo que meter más gasto público y hacer más déficit fiscal”.
Y señala: “En Argentina además está la inflación Todesca, que es la que proviene del tipo de cambio y es la que vamos a tener casi con seguridad el año que viene. Salta el dólar y provoca inflación, que fue lo que le ocurrió a Macri y que le hizo perder la elección. En 2018/2019 la emisión fue bajísima y, simplificando, perdió la elección por el salto en el tipo de cambio”.
Tratar los síntomas
Entre las aspirinas que aplica el Gobierno para frenar la inflación, Piccardo destaca los controles de precio, y el estancamiento de las tarifas y del tipo de cambio oficial. “En el cortísimo plazo pueden tener un efecto en la inflación, pero al ser medidas insostenibles terminan influyendo en la inflación tarde o temprano”. Y advierte: “La situación es compleja porque el Gobierno no tiene definido lo que va a hacer. No cuenta con credibilidad para tomar medidas, pero hacer un plan de la mano del FMI le daría alguna cuota de sostenibilidad”.
El economista Ricardo Delgado entiende que el fenómeno inflacionario en la Argentina es más sistémico y que no hay que explicarlo a través de una sola variable como puede ser la emisión. “Aunque es un componente central a medida que la inflación va subiendo de escalón”, advierte, y ejemplifica: “Cristina termina con 25% de inflación, Macri con 55%, y hoy está levemente por debajo del cierre de Macri”.
“El slogan simple es hay inflación porque se emite, pero son los 140 caracteres que entran bien en el Twitter, ojalá fuera solo ese problema. Por el contrario, es mucho más complejo. El déficit que figura en el Presupuesto 2022 es de 3,2%, que es el nivel de la Argentina, el punto es quién gana y quién pierde. Es una cuenta que se vuelve a poner pesada. Y la gran incógnita es qué va a pasar con las jubilaciones que están promedio 8 puntos debajo de la inflación y que son el mayor gasto del Estado”, señala.
Delgado enumera: “Hay 40% de pobres. Si el FMI (como siempre) pide devaluación, si no se quiere tener más pobres hay que asistirlos. Por ello, no veo un escenario en el que la emisión se desacelere muchísimo en tanto y en cuanto el Gobierno mantenga este nivel de déficit”.
Piccardo repara en un dato del Presupuesto 2022 que plantea financiarse en 1,8% del PBI mediante adelanto transitorio, “lo cual es optimista porque esperan mucho financiamiento de organismos internacionales. Es llamativo porque prevén algo que no recibió Argentina en toda su historia, unos US$ 12.000 millones y un fuerte roll over del mercado de deuda local”, pero de no conseguirse este objetivo la emisión vuelve a ser la herramienta más utilizada.
Por último, destaca que la gestión de Cristina Fernández de Kirchner fue la que más emitió, con un total de US$ 60.817 millones. Macri bajó este indicador a US$ 43.535 millones, mientras que la gestión de Alberto Fernández llevaba, a septiembre, US$ 16.205 millones. En qué nivel terminará el mandato del actual Presidente solo se sabrá en dos años.