El "triple riesgo" de los Cedears causa malestar entre algunos inversores argentinos
Tanto el ámbito bursátil como el mercado cambiario son entornos muy volátiles que pueden cambiar de la noche a la mañana, por lo que la solución es simple: tener una visión de largo plazo.

En los últimos tiempos, los certificados de depósito argentinos (Cedears) ganaron una enorme popularidad en el mercado local. De hecho, según el Instituto Argentino de Mercado de Capitales (IAMC), el volumen negociado de estos instrumentos financieros creció un 110% interanual hasta los $986.016 millones en agosto, frente a los $986.594 millones de las acciones.

Los dos principales motivos de la expansión fueron la cobertura cambiaria directa y el retorno en dólares que ofrecen por estar ligados a activos del extranjero. No obstante, lo positivo sólo se ve reflejado en los "buenos momentos" del mercado. En las "malas etapas", no hay que olvidarse de su "triple riesgo".

El riesgo implícito en dólares

En primer lugar, como los Cedears representan "porciones" de acciones del exterior, uno de sus riesgos es que el activo subyacente caiga en dólares. Por ejemplo, los Cedears de Apple, Nvidia o Coca-Cola podrían valer menos, tanto en pesos como en dólares, por el simple hecho de que las acciones de Apple, Nvidia o Coca-Cola, respectivamente, caen en Wall Street. Y recientemente, en el caso de algunas compañías tecnológicas, la baja del último trimestre superó el 10%.

 

El riesgo del tipo de cambio

Por otra parte, los Cedears abarcan el riesgo implícito del tipo de cambio. Al estar ligados al dólar CCL, si este dólar cae, también lo hará una parte del Cedear (contemplando que la acción subyacente del extranjero no suba lo suficiente como para amortiguar la baja).

Por ejemplo, en lo que va de septiembre, las acciones de Walmart suben un 2,4% en dólares en la Bolsa de Nueva York, pero sus Cedears bajan un 3,4% en pesos en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires porque el dólar CCL retrocede un 6% en el mes.

El riesgo del "canje"

A su vez, los Cedears, según la metodología implementada por algunos inversores, también incluyen un tercer riesgo. Se trata del peligro del "canje", que no es más que la diferencia entre el dólar CCL y el dólar MEP.

En concreto, el tipo de cambio implícito en los Cedears es el CCL, que ahora ronda los $1.220. Pero muchos inversores, por el mayor volumen de operaciones, venden o contabilizan los Cedears en pesos y luego dividen el total por el dólar MEP, el cual ahora está en $1.200. La razón es sencilla: este es el dólar al que pueden acceder.

 

A día de hoy, la diferencia entre ambos tipos de cambio es del 1,6%, pero hace unos meses rondó directamente el 0% e incluso llegó a ser negativo. En cambio, en épocas de volatilidad, la brecha supo alcanzar el 7%. En este último escenario, se pudo comprar una mayor cantidad de dólares que la implícita en los precios de los Cedears al cierre de su venta.

Visión de largo plazo

En algunos momentos, ciertos Cedears llegaron a subir mucho porque su acción subyacente en dólares estaba creciendo, el dólar CCL implícito era "alto" y el canje también estaba en niveles récord por la inestabilidad del país.

Pero tanto el ámbito bursátil como el mercado cambiario son entornos muy volátiles que pueden cambiar de la noche a la mañana, por lo que la solución es simple: tener una visión de largo plazo.

Al final de cuentas, por mucho peso que tenga la situación cambiaria del país en ellos, los Cedears no dejan de ser "porciones" de acciones que cotizan en el extranjero en dólares. Por esta razón, los inversores deben comprarlos apuntando a mantenerlos en cartera durante muchos años y observar sus rendimientos en dólares, ya que con el paso del tiempo será el rendimiento que importe.