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El punto flojo del plan de Milei que los economistas miran con preocupación

Fernando Heredia

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Mientras que la parte financiera y fiscal genera mejores expectativas, hay un fuerte interrogante por la caída de la actividad económica y las perspectivas de recuperación.

10 Marzo de 2024 09.30

La caída del dólar, el repunte de los mercados financieros, la velocidad del ajuste fiscal y la moderada desaceleración inflacionaria, despertaron el entusiasmo del Gobierno que asegura que los resultados económicos son mejores de lo que esperaban. Sin embargo, hay un punto clave del plan de Milei que genera desconfianza y preocupación entre la mayoría de los economistas: la notable caída de la actividad económica que todavía no encuentra piso.

Los primeros datos oficiales son alarmantes. Las ventas minoristas cayeron un 28,5% en enero y un 25,5% en febrero. El índice de la Construcción marcó una baja interanual del 21,7% en enero, con un desplome del 62% en el asfalto a raíz del freno de la obra pública. El sector manufacturero, por su parte, se contrajo un 12,4% con el agregado de que sus nueve ramas tuvieron un desempeño negativo. Los peores datos se observaron en “informática, televisión, comunicaciones y componentes electrónicos” (-74,2%), “maquinaria agrícola” (-55,1%), “plásticos y caucho sintético” (-49,2%), “carrocerías y remolques” (-37,2%), “productos químicos” (-30,2%), “neumáticos” (-27,9%) e “industria siderúrgica” (-25,9%).

En cierto modo, la recesión era esperada, aunque probablemente no con esta intensidad. El reconocido ex ministro, Domingo Cavallo, se reconoció “preocupado” por el colapso del PBI y le recomendó a Milei que sea más flexible con la política fiscal y de ingresos a los sectores asalariados para revertir este cuadro.

“Me preocupa la recesión. Respecto a la baja de inflación, va mejor de lo que había pensado. Pero en el aspecto que es muy preocupante es en el nivel de la actividad económica: la caída es muy grande. Tienen que buscar formas de atenuarla sin resignar la lucha contra la inflación. Todo lo que hacen para disminuir el déficit fiscal por vía de la reducción del gasto está muy bien. Lo que no me parece bien es cerrar el déficit con aumento de impuestos. Plantearse un déficit financiero cero y tener que recurrir a mantener impuestos muy altos o incluso subir impuestos para llegar a esa meta no es recomendable”, indicó en una entrevista a TN.

Para Cavallo, el mayor peligro pasa por una caída de la recaudación impositiva por la menor actividad económica, por lo que pidió ajustes mensuales en sueldos y jubilados para motorizar el consumo. 

La misma premisa mantienen desde Washington. La portavoz del FMI, Julie Kozack, dijo en su última conferencia de prensa que “el esfuerzo para proteger a los más vulnerables es un pilar fundamental del programa para evitar que el peso del ajuste no caiga desproporcionadamente sobre las familias pobres y trabajadoras”. “Será importante asegurar asistencia social adicional y preservar el valor real de las pensiones", destacó.

Hacia adelante, no existe un consenso entre los economistas sobre la fecha en que la economía empezaría a crecer, pero sí hay prácticamente unanimidad en que no sería durante este primer semestre del año. Los más optimistas hablan de un segundo trimestre con industrias extractivas al alza como el agro, la energía y la minería y una salida en forma de ve corta (V) cuando se logre una estabilización económica que incluya unificación cambiaria y baja de la inflación.

“Los datos que vienen apareciendo son duros, pero en algún punto esperables. El superávit fiscal, junto a la devaluación del peso y la caída de los salarios reales son los mayores causantes del parate de la actividad. Creo que la economía va a seguir bastante deprimida hasta abril por lo menos. Después tenés distintas dinámicas en ascenso como agro, minería y petróleo. Industria y construcción van a tener más problemas para recuperarse. Yo espero una caída entre el 4,5% y el 5% durante el primer cuatrimestre y un piso del 3% en todo el 2024”, manifestó a este medio el economista Jorge Neyro.

Caputo con empresarios
Caputo con empresarios

Gabriel Caamaño, de la consultora Ledesma, dice que un factor que podría acortar los tiempos de recuperación económica sería “la normalización del mercado de cambios”. “Muchas decisiones de compra y venta no se hacen por el control de cambios, pero igual todavía falta mucho para una recuperación. Vas a necesitar que los salarios reales se empiecen a recuperar. Quizás se de a mitad de año, pero es ciencia ficción”, afirmó a Forbes. 

La variable salarios está directamente atada a la suerte de la baja de precios y, en este punto, Fernando Marull es muy optimista. “Los salarios vienen levantando contra alimentos. Por las paritarias, van a venir salarios nuevos con subas del 15% mensual a partir de ahora con precios viejos de alimentos y una inflación que se empieza a calmar”, dijo.

Los expertos suelen explicar que cualquier economía se tracciona en base a cuatro motores. Para el PBI argentino, el más importante, por lejos, es el consumo privado. Acá, el factor sueldos tiene una relevancia vital y el derrumbe del poder adquisitivo es el driver fundamental que justifica el cuadro de situación actual.

El segundo motor es el gasto público, también con un signo contractivo por el ajuste en curso. En este caso, el consentimiento general indica que era saludable su achicamiento, aunque tenga una leve influencia recesiva a corto plazo. 

En tercer término, se ubica la inversión, donde el sendero negativo se repite. Por un lado, por la reducción a cero de la inversión pública y, por el otro, por la espera de la inversión privada a que se ordenen las variables macroeconómicas y que se despeje el panorama político.

El único de los cuatro motores que arrojaría un saldo positivo durante este año sería el de las exportaciones. “El sector externo funcionará como un aliviador que le va a sumar al PBI por lo menos unos 4 puntos por exportaciones que crecen significativamente e importaciones que se destrozan”, manifestó a Forbes, Elisabet Bacigalupo, responsable macro de Abeceb, una de las consultoras con mayor experiencia en materia de comercio exterior que proyecta un salto exportador del 25% y una balanza comercial que cerraría con un saldo positivo de 15.027 millones de dólares cuando en 2023 reportó un rojo de 6.926 millones.

Para Bacigalupo, el dinamismo exportador sumado a la desaceleración inflacionaria, la reducción de la brecha cambiaria y la mejora fiscal, ayudarán a que la recesión encuentre piso en mayo para después iniciar una recuperación en modo ve corta. “De todas formas, el año cerrará con un PBI bajando un 4% y la demanda doméstica en un 8% abajo. Recién en 2025 vamos a poder ver un crecimiento del 5%”, pronosticó. 

Otro especialista en comercio exterior e inversiones que comparte este análisis es Marcelo Elizondo, director de la consultora DNI. Según su óptica, de continuar este sendero de estabilización económica, el consumo también tendría elementos para mostrar una reactivación en la segunda parte del año. 

“Lo primero que hay que hacer es sostener el equilibrio presupuestario a toda costa, pero tratando de que sea más sustentable que licuando jubilaciones o cortando transferencias a las provincias. Lo otro que me parece importante es que el Gobierno pueda avanzar con las reformas planteadas en la Ley Ómnibus y el DNU porque eso va a generar buenas señales para favorecer la inversión, e incluso el consumo. En líneas generales, creo que la orientación es acertada, mi temor es la instrumentación por la acción política”, sostuvo. 

En este punto, las opiniones son divididas y hay muchos otros profesionales que dudan de la salida en forma de ve corta. Por el contrario, vislumbran una crisis en ele (L) al no ver vectores que impulsen el mercado interno.

“Todo indica que la continuidad de esta política económica va a llevar a un amesetamiento y una curva en forma de ele, con algún rebote en algunos sectores en particular que tienen una dinámica propia por la demanda mundial como el agro, la energía y la minería. Para el resto de la producción en general y sobre todo la orientada al mercado interno, no hay un horizonte de recuperación significativo”, subrayó a este medio Martín Kalos, de Epyca Consultores.

A pesar de apoyar a grandes rasgos la mayoría de las políticas oficiales, el economista y diputado nacional por Juntos por el Cambio, Martín Tetaz, es otro de los que anticipa un futuro complejo.

“Hasta que el Gobierno no anuncie un plan de estabilización, no unifique el mercado de cambios y no se vea un derrumbe claro de la inflación, no va a haber una recuperación de la actividad. Todos los planes anti inflación exitosos en el mundo hicieron colapsar muy rápido la inflación. Esta idea de que puede haber una recuperación de la actividad si la inflación baja lentamente, no la veo. Me preocupa esta foto de una Argentina hacia junio o julio con una inflación todavía demasiado alta, del 5% o 6% mensual, y una economía cayendo al 3%. Sería una tragedia”, anticipa. 

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