El ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa, lanzó este domingo una batería de anuncios vinculados a refuerzos de ingresos, créditos e incentivos a exportadores con el objetivo de compensar, al menos parcialmente, el impacto de la devaluación. El costo fiscal de las medidas será cercano a 0,4 puntos del PBI, en línea con lo que había informado el Fondo Monetario Internacional (FMI), en medio de la caída de la recaudación por la sequía.
Los economistas anticipan que las iniciativas tendrán un efecto acotado en el consumo, ya que la aceleración inflacionaria licuará rápidamente la mejora en los bolsillos. Además, se espera que la expansión del gasto genere mayor presión sobre los precios internos.
El director de Eco Go, Sebastián Menescaldi, dijo a Forbes que el paquete que anunció Massa incluye mayores transferencias y gastos fiscales por 0,3% del PBI. Luce acotado. Sólo sirve para que caiga menos el consumo o sostenerlo. Por ejemplo, los $30.000 que van a los privados representan una suba de 10% de los salarios netos. Al ser absorbible por las paritarias, el efecto va a ser la diferencia entre el 10% y la inflación (que va a ser de 10% o algo más), señaló el economista.
Para el jefe de research de Portfolio Personal Inversiones (PPI), Pedro Siaba Serrate, los anuncios son aspirinas de ocasión que se pagarán con mayor inflación a futuro. El Fondo devalúa y Massa dignifica. La devaluación que 'impuso' el FMI y su veloz traspaso inflacionario son un golpe duro sobre el poder de compra y la confianza en una economía tambaleante. Pero se necesitaba la contrapartida del FMI: el desembolso de los US$7.500 millones. Asegurados estos, y en su doble rol de ministro y candidato, Massa anunció varios blisters de medidas leves. Muestra así que se ocupa, comentó a este medio Serrate.
El estratega en jefe de Cohen, Martín Polo, proyectó que el índice de precios al consumidor (IPC) registrará en agosto y septiembre aumentos de dos dígitos. Por tanto, anticipó que habrá un efecto efímero en el consumo y se ejercerá más presión sobre la brecha cambiaria.
Paralelamente, el BCRA mantendrá su atención en la evolución de sus intervenciones en el mercado de cambios. En las últimas semanas, se aprobaron muy pocos pagos por importaciones, lo que eleva la deuda comercial y, a su vez, intensifica la presión sobre los dólares financieros, explicó Polo.
En cuanto a la suma fija para trabajadores, bono a jubilados y actualizaciones en los programas de asistencia social, la consultora Fundación Capital anticipó que todos esos segmentos finalizarán el 2023 con pérdidas en términos reales. De este modo, incluso con una suma fija, reaperturas constantes de paritarias y nuevas herramientas de ajuste, el salario real verificará una baja acumulada de 3,1% interanual para los trabajadores formales del sector privado. Por su parte, los informales saldrán peor parados, y prevemos una caída del 15,5% de su poder de compra en 2023. De igual manera, también se verificará una caída en los ingresos reales de los perceptores de la seguridad social, tema que se abordará en la siguiente sección, detallaron.
Lo acotado del paquete de medidas tuvo lugar en un contexto de fuerte caída en la recaudación que resta liquidez al Gobierno y los límites que impone la meta de déficit fiscal del FMI. El organismo aclaró en su último staff report que para cumplir con un rojo primario de 1,9% del PBI será necesario recortar el gasto en 11 puntos en términos reales entre agosto y diciembre. Sin embargo, el Fondo había reconocido que la Argentina aplicaría políticas expansivas por 0,4 puntos del PBI que alejarán más el objetivo.